Lula da Silva quiere a un civil al frente de Defensa, en medio de una delicada relación con los militares

Lula da Silva junto a representantes de las comunidades indígenas de su país, en la cumbre del clima COP27 en Egipto
Lula da Silva junto a representantes de las comunidades indígenas de su país, en la cumbre del clima COP27 en Egipto - Créditos: @AHMAD GHARABLI

BRASILIA.- El deseo del presidente electo de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, de nombrar a un civil en el Ministerio de Defensa, en una ecuación que combine el diálogo con los militares y la capacidad política de reducir su participación en el gobierno, ha retrasado la definición del área.

Mientras que otros espacios de la transición ya tienen sus nombramientos, ofreciendo señales de cómo estará compuesta la futura administración, los grupos de Defensa e Inteligencia -que reúne a organismos como el Gabinete de Seguridad Institucional (GSI) y la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin)- ni siquiera tienen un miembro.

El equipo de transición está trabajando para encontrar alternativas que, al mismo tiempo, estén alineadas con el futuro gobierno y sean bien recibidas por los militares, pero Lula solo dará su aprobación cuando regrese de su viaje a Egipto, donde participó en la COP27, y Portugal.

Entre los candidatos se encuentra el ministro del Supremo Tribunal Federal (STF) Ricardo Lewandowski, una personalidad del agrado de Lula. Pero miembros de la transición y militares estiman que su elección generaría ruido con los uniformados debido a las críticas hechas por los comandantes de las Fuerzas Armadas al alto tribunal.

Lula y su mujer Rosangela durante la conferencia del clima en Egipto
Lula y su mujer Rosangela durante la conferencia del clima en Egipto - Créditos: @MOHAMMED ABED

A falta de consenso, se baraja también el nombre del vicepresidente electo, Geraldo Alkmin, considerado un buen operador y que cuenta con el respeto de los militares. Pero si no funciona, destituirlo sería, como mínimo, una situación incómoda por su puesto en el Ejecutivo.

Otra alternativa sería Aloysio Nunes, exministro de Relaciones Exteriores, afiliado al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) y aliado de Alckmin. Se trata de una posibilidad que se discute entre bastidores, pero su nombre no es de consenso entre los partidarios del Partido de los Trabajadores (PT), la formación de Lula.

Otras variantes

También suena el nombre de Celso Amorim, asesor de Lula para el área, que ya ocupó el cargo y también fue ministro de Relaciones Exteriores. Sin embargo, es visto con reserva por los militares, que estiman que cuando era canciller le dio prioridad a la política exterior en detrimento de los intereses de las Fuerzas Armadas.

Otra variante es la de Aldo Rebelo, que ocupó el cargo entre 2015 y 2016, bajo el gobierno de Dilma Rousseff, la sucesora de Lula tras sus dos primeros gobiernos. Es un hombre respetado entre los militares, pero al mismo tiempo no es cercano al presidente electo.

También cabe mencionar el nombre del exmiembro del STF Nelson Jobim. Socio del banco BTG Pactual, ya declaró sin embargo que no tiene intención de dejar el sector privado para volver a Brasilia.

Lula da Silva y Geraldo Alckmin tras las elecciones del 30 de octubre
Lula da Silva y Geraldo Alckmin tras las elecciones del 30 de octubre - Créditos: @NELSON ALMEIDA

Mientras se esperan definiciones en Defensa, en materia económica Alckmin aseguró este viernes que el próximo gobierno respetará la disciplina fiscal, y consideró injustificada la caída de la Bolsa de Valores ante el proyecto de presupuesto de Lula y las recientes declaraciones del futuro mandatario sobre la ampliación del gasto social.

“No hay motivo para que la Bolsa caiga, Lula tiene experiencia, fue presidente ocho años. Cuando llegó al gobierno, la deuda era del 60% del PBI, y cuando terminó el gobierno era del 40%. Fue un ejemplo de responsabilidad fiscal”, señaló.

Alckmin representa el ala moderada de la coalición que asumirá el gobierno en enero, y coordina el equipo de transición que esta semana presentó al Congreso un Proyecto de Enmienda Constitucional (PEC) con alteraciones al Presupuesto para aumentar el gasto en 2023, incluyendo programas sociales como la Bolsa Familia.

Lula declaró el jueves en Egipto que no va a supeditar las políticas sociales al vaivén de la Bolsa, y que lo tiene sin cuidado las oscilaciones bursátiles. La Bolsa bajó el 0,49% y acumula una caída de más del 5% en noviembre.

“Estamos frente a una emergencia, no podemos hacer todo en 30 días cuando ni siquiera tomamos posesión del gobierno”, señaló Alckmin al canal Globo News, y dijo que es necesario considerar la Bolsa Familia y otros programas.

O Globo/GDA y ANSA