Luis Arce gana el pulso y devuelve la paz a Bolivia tras el fallido golpe de Estado

Luis Arce gana el pulso y devuelve la paz a Bolivia tras el fallido golpe de Estado

Vuelve la calma a Bolivia tras el golpe de Estado fallido que se produjo el miércoles en el país suramericano. Los bolivianos vivieron con mucha tensión las horas posteriores a la acción dirigida por Juan José Zúñiga. El comandante en jefe del Ejército de Bolivia lideró un grupo de militares fuertemente armados, que irrumpieron con tanques en la plaza Murillo de La Paz, frente a la Casa Grande del Pueblo, sede del Ejecutivo, y tumbaron la puerta del edificio.

Zúñiga, a quien habían destituido la víspera, anunció la constitución de un nuevo Gobierno, la restauración de la democracia y la liberación de los 'presos políticos'; entre ellos, la expresidenta Jeanine Áñez, política de la oposición conservadora, y el gobernador opositor Luis Fernando Camacho.

En Bolivia los ánimos se han ido caldeando en los últimos meses, y este intento de derrocar al Gobierno actual es visto como el punto álgido de las tensiones, más allá de los intereses de Juan José Zúñiga. Los ciudadanos han manifestado en numerosas ocasiones su descontento con las autoridades de un país que atraviesa una grave crisis económica y en el que Luis Arce y Evo Morales, otrora presidente boliviano, se enfrentan por hacerse con el control de la formación política que gobierna.

Pese al temor inicial de los ciudadanos, el intento de los militares de acceder al poder no contó con un apoyo determinante, y la clase política reaccionó enseguida mostrando su repulsa al golpe de Estado y ofreciendo una imagen de solidez en torno a la defensa de la democracia.

Para justificar su acción, Zúñiga se remitió a la preocupante situación económica que se registra en el país. La nación sufre con una inflación que va en aumento, y el crecimiento de la economía marcha al ralentí. Muchos bolivianos culpan a los gobernantes de la notable pérdida de poder adquisitivo a la que tratan de hacer frente como pueden. Bolivia hoy no se parece en nada al país que alrededor del 4% cada año, en los tiempos anteriores a la pandemia bajo la gestión de Arce, hoy presidente del país, y entonces ministro de Economía en el Gobierno de Evo Morales.

Los intentos de golpe de Estado no son algo inusual en la nación suramericana, ya que han sido varios los que se han producido en el último siglo. La historia se repite de manera cíclica debido a los constantes enfrentamientos de la clase política. Parte del conflicto es la lucha de clases entre las áreas urbanas y sectores del mundo rural que no gozan de los mismos derechos y movilizan a sus bases para alzar la voz y reclamar una mejora en sus condiciones de vida.

En esta ocasión, para posibilitar la vuelta a la calma, Luis Arce nombró a un nuevo responsable de las Fuerzas Armadas, que ordenó a los militares sublevados que regresaran a los cuarteles. El exgeneral Juan José Zúñiga, que fue arrestado y tendrá que rendir cuentas a la Justicia, ha acusado al presidente Arce de orquestar un "autogolpe" para "hacer aumentar su popularidad". También quedó detenido el comandante de la Armada, Juan Arnez Salvador, que junto a Zúñiga, ha sido acusado de liderar el fallido golpe de Estado en Bolivia.