Los pequeños traviesos

Los pequeños traviesos

Dicen que ser niño es la mejor etapa de la vida y para muchos, esto fue así. Sus padres le daban cariño, amor, dulces y un entorno lo más feliz posible. Los fines de semana eran para convivir con toda la familia y de lunes a viernes, vivían jugando en la escuela. Fue en este sitio donde todos tuvieron sus primeros mejores amigos.

Sin embargo, esas compañías infantiles en diversas ocasiones fueron las causantes de los mayores regaños en la historia de la humanidad. ¿Quién no hizo travesuras con sus amigos y terminó castigado sin ver televisión o salir a jugar? Recordemos algunas acciones con las que sacamos canas verdes a nuestros papás.

El visitante fantasma

Estás sentado leyendo este artículo y tocan el timbre. Con pesadumbre, te levantas de tu asiento, caminas pensando quién podrá llamar a esta hora y abres. No hay nadie. Te diriges de nuevo hacia tu lugar y el “ring” vuelve a sonar. Te asomas y, al parecer, nadie tocó. Justo cuando estás cerrando la puerta, escuchas la risa de unos niños que están escondidos en alguna parte de la calle.

La mayoría de los que ya no somos pequeños jugamos “tin tin, corre” o a tocar timbres. Fuimos el terror de las unidades habitacionales, colonias y departamentos. Nos reconocían por las risas, los pasos apresurados para bajar escaleras y nuestra cara de inocencia cuando iban a casa a reclamar.

¿Cuál era la gracia de este juego? La adrenalina. Para alguien que tiene siete u ocho años, es una experiencia excitante, divertida y llena de compañerismo; los amigos no deben delatar al otro y, sobre todo, tocar todas las puertas posibles.

Para aquéllos que no hayan hecho eso en su niñez, este video del programa chileno 31 minutos ejemplifica lo que los pequeños sienten al correr para no ser descubiertos. Trata de ser paciente y no te enojes si eres víctima de esta inocente broma.



¿Ahí lavan ropa?


El recibo teléfonico decía que tu familia se había excedido en el número de llamadas realizadas a otros lugares. Lo extraño es que sólo vives con tus padres y hermanos, quienes no están la mayor parte del día. Tú vas a la escuela y tienes la tarde libre... El castigo es un mes sin dinero para gastar con tus amiguitos.

Aunque actualmente este tipo de bromas pueden terminar en una auténtica extorsión, hace algunos años todavía era divertido marcar números al azar haciendo preguntas, fingiendo ser mayores y hasta para insultar a aquéllos compañeros de clase que nos hacían la vida imposible.

Una de las preguntas más conocidas para hacer caer a alguien es. “¿Ahí lavan ropa?”. Como jamás se llama a una lavandería, la otra persona contesta que no y el bromista dice “Ay, pues qué cochinos”. Otros preguntan sobre si los refrigeradores andan o si está “Aquiles bailo yo”.

Un niño experto en estas bromas es Bart Simpson. Aquí una de sus llamadas:

 

Las travesuras que cuestan millones

Algunas acciones de los niños no son tan divertidas como parecen. Por ejemplo, hay pequeños que incendian sus casas, provocan accidentes o cortan los cables del teléfono justo cuando ocurrió algo grave. También hay quienes causan la muerte de otras personas o la suya por querer ser graciosos.

Una travesura grave es la que está pagando Apple en Estados Unidos. Cientos de niños hicieron compras por jugar con tablets o smartphones sin que éstas fueran autorizadas por sus padres. Sin embargo, al dar click o tocar con el dedo la opción de adquirir, el dinero era descontado a la tarjeta de crédito del progenitor.

A pesar de que la empresa reembolsará 32.5 millones de dólares, no desea que esto vuelva a suceder, por lo que se analizan estrategias para evitar que los menores compren cosas sin la autorización de los adultos. El portal Voz de América publicó dos casos en los que seguro papá y mamá estaban furiosos:

“Una niña, por ejemplo, gastó $2.600 dólares en el juego Tap Pet Hotel, un juego en el que los niños pueden construir un hotel para sus mascotas. El juego es gratuito pero requiere comprar golosinas y monedas para sus mascotas. Otras de las aplicaciones, aparentemente preferidas por los niños, son Dragon Story y Tiny Zoo Friends, que reportan varias compras únicas superiores a los $500 dólares”.

Y tú, ¿qué travesuras hiciste de niño?