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Los negocios turbios que financian la lujosa vida del líder norcoreano Kim Jong-un

Con la ayuda de China o sin ella, Donald Trump ha asegurado que está preparado para frenar el amenazante crecimiento nuclear de Corea del Norte. De manera que la Casa Blanca necesitaría de la ayuda de Pekín si quiere ahogar los flujos de ingresos que mantienen a flote al régimen de Kim Jong Un.

El líder de Corea del Norte, K,im Jong-Un, pasa delante de militares de su país. Foto de Newsweek
El líder de Corea del Norte, K,im Jong-Un, pasa delante de militares de su país. Foto de Newsweek

Según John Park, director del Korea Working Group en la Escuela Kennedy de Harvard, Estados Unidos necesitaría convencer a China para que sanee su comercio con Corea del Norte, si bien otros analistas desean que la Casa Blanca trate con mano dura a las compañías chinas que se cree que colaboran con Pyongyang para que el régimen logre hacer negocios.

Sin embargo, no todo el dinero de que dispone Kim Jong-un para su vida extremadamente lujosa de yates de color brillante y hasta para mantener una estación personal de esquí, así como para sus experimentos en materia militar, provienen de este país vecino.

Según datos de Naciones Unidas procesados ​​por el MIT Media Lab’s Observatory of Economic Complexity y citados por CNN, en 2012 las importaciones fueron de 3.470 millones, una buena parte de ellas proveniente de China.

El problema está en que, si se extrae a su principal aliado de la ecuación, se verá que Corea del Norte destinó más a los artículos de lujo que a las importaciones lícitas desde el resto del mundo.

Kim Jong-un visita un laboratorio. Foto de Newsweek
Kim Jong-un visita un laboratorio. Foto de Newsweek

Tan solo en 2012, Corea del Norte adquirió bienes de lujo por un valor de 645.8 millones de dólares.

Al parecer, operaciones ilícitas de todos los colores y en todos los sectores de la economía estarían sosteniendo la vida personal de la dinastía Kim y apuntalando a su hermético régimen.

Entre otros, se trataría de la venta ilícita de armas a países como Irán y Siria, pero también, al decir de reportes de inteligencia, la venta al por mayor de drogas ilegales, la comercialización masiva de Viagra o de cigarrillos falsificados.

Pyongyang ya ha sido acusada internacionalmente del hackeo de bancos, del comercio de drogas, la falsificación de dinero y hasta del tráfico de especies animales en peligro de extinción.

“El dinero que Corea del Norte produce a partir de actividades ilícitas representa el 40% de su economía real”, ha declarado Bruce Bechtol, profesor de ciencias políticas en Angelo State University, en Texas, autor además de cuatro libros sobre Corea del Norte.

Ya en 2008, un informe del Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos aseguraba que Corea del Norte podría generar cada año entre 500 y 1.000 millones de dólares gracias a sus operaciones ilícitas.

“Corea del Norte venderá cualquier cosa a cualquiera, siempre y cuando paguen”, declaró hace unos días Anthony Ruggiero, ex subdirector del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, en un conversatorio auspiciado por la Fundación para la Defensa de Democracias.

Al referirse al resultado de las actividades ilegales que nutren a Kim Jong-un, Sheena Greitens, una profesora de la Universidad de Missouri que ha dedicado parte de su carrera a estudiar las actividades financieras ilícitas de Corea del Norte, considera que “ese es el ingreso que va directamente a los bolsillos o las cuentas bancarias de los dirigentes de Corea del Norte”.

De ahí que regresemos a las posibles presiones que debería ejercer el gobierno de Trump sobre el del dictador norcoreano. “Este es un régimen realmente bueno en encontrar nuevas y creativas formas ilícitas de ganar dinero -insiste Greitens- y eso procede a veces de nuevas actividades”.

“Si se quiere frenar la capacidad de Corea del Norte de ganar dinero con esas actividades ilícitas, hay también que acabar con su capacidad de adaptación”, concluyó la investigadora.