Los médicos de EEUU compran casas más costosas en algunos estados... y esta es la razón

El lugar común dice que en Estados Unidos los médicos y los abogados obtienen muy buenos salarios y ganancias y ciertamente los datos muestran que los ingresos promedio de esos profesionales son importantes y mayores que los de muchos otros.

De acuerdo al portal Payscale la media del salario de un médico internista es de 173,104 dólares al año y la de un abogado que trabaja en un despacho es de 92,670 dólares al año. Ciertamente, los médicos y abogados con más trayectoria, clientela y jerarquía obtienen ingresos superiores, en algunos casos de rango millonario.

Según el Washington Post, existe una tendencia entre los médicos en Estados Unidos a comprar casas más caras, y es de suponer más grandes o lujosas, que los abogados. Y no necesariamente porque los profesionales de la medicina tengan familias más numerosas o les agraden las habitaciones más espaciosas o los acabados más refinados.

La razón sería más pragmática y defensiva.

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Médicos en ciertos estados compran casas más caras que otros profesionistas, en parte para proteger su patrimonio de demandas de negligencia. (AP)

De acuerdo a un estudio reciente publicado por The National Bureau of Economic Research citado por el Post, el temor de los médicos a ser demandados en casos de negligencia por sus pacientes los llevaría a proteger su patrimonio comprando casas más costosas en comparación con las que adquieren otros profesionales, principalmente en estados en los que las leyes de bancarrota protegen de modo ilimitado o muy ampliamente a la vivienda principal de una persona de ser embargada para cubrir sus deudas o pasivos, la llamada ‘homestead exemption’.

Por ejemplo, en estados como Florida, Texas, Iowa, Kansas, Oklahoma y Dakota del Sur esa protección es ilimitada, si bien a escala federal habría un tope para el valor protegido del inmueble. En promedio, en esos estados los médicos compran casas 13% más caras que las que comprarían si no existiese esa protección, algo que no sucede con los abogados y otros profesionales, pero sí con los dentistas, según el mencionado periódico.

Para ejemplificarlo, el estudio señala que médicos que ganan entre 300,000 y 350,000 dólares al año (la media del ingreso a escala nacional en Estados Unidos era 51,939 dólares en 2013) y viven en estados con ‘homestead exemption’ ilimitada, compran casas que valen en promedio 613,712 dólares, cifra que es 528,090 dólares en el caso de otros profesionales. En cambio, en estados donde esa protección es limitada la diferencia promedio entre el valor de las casas que compran los médicos y otros profesionales es de menos de 2,000 dólares. Un fenómeno similar se da entre médicos de otros niveles de ingreso.

Eso estaría vinculado a la necesidad de un médico de preservar la mayor cantidad posible de sus recursos, expresados en el valor de su casa, en el hipotético (aunque frecuente) caso de que fueran demandados y hallados culpables de negligencia médica. Esa posibilidad sería lo suficientemente ominosa como para motivar, si el estado donde vive lo permite, una inversión adicional en una casa, aunque una vivienda más cara también implique mayores impuestos y otros desembolsos.

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Tan solo en 2014 el monto de los pagos en casos relacionados a negligencia médica ascendió a $3,900 millones en Estados Unidos. (AP)

Aunque eso da un beneficio a los doctores que se encontrasen en ese supuesto, una protección de esa naturaleza afecta a veces a las víctimas en casos probados de negligencia médica, pues podría darse el caso de que los bienes de un médico hallado culpable o que haya aceptado un arreglo fuera de corte no fuesen suficientes para cubrir la compensación otorgada a su paciente o a sus familiares (y algunos añadirían la comisión u honorarios del abogado que los representó), al no poder capturar el valor de su vivienda para ello.

Lo deseable, ciertamente, es que las negligencias no sucedan y la gran mayoría de los médicos no las cometen. Pero existen (como también las acusaciones injustas al respecto), y el temor de los médicos a ser demandados y a perder su patrimonio por ello es muy real, como por otra parte es justificada la exigencia de compensación de las víctimas de esa negligencia.

Para poner en perspectiva el fenómeno, tan solo en 2014 el total de pagos realizados como compensación en casos de negligencia médica fue de casi 3,900 millones de dólares, 4% más que en 2013, de acuerdo a un reporte de Diederich Healtcare, si bien esa cifra resulta significativamente menor a la que se registró 10 años atrás.