Los estadounidenses están inundando México, una tendencia que Biden ignoró en su visita sobre la inmigración
CIUDAD DE MÉXICO –Marcos Del Rosario Santiago lleva más de una década viviendo en la Roma, una colonia ubicada en la zona oeste de Ciudad de México que en aquel tiempo era prometedora.
Sin embargo, Del Rosario ha sido testigo de un cambio en su vecindario. Están apareciendo Airbnbs por doquier en los apartamentos residenciales que las personas ya no pueden permitirse, algunos de los cuales incluso se comparten entre tres o cuatro compañeros de piso. En la panadería del barrio, donde a menudo pide un café y pan dulce, solía escuchar a la gente ordenar en español, aunque no fueran mexicanos. Dice que ahora ve y escucha a más extranjeros hacer sus pedidos en inglés.
“Algunos de ellos ni siquiera se esfuerzan por hablar español”, dijo.
Aunque a muchos mexicanos les preocupa cada vez más la gentrificación provocada por la afluencia de estadounidenses que se han mudado al D.F., como solía llamarse la capital, Del Rosario cree que tener vecinos nuevos no es necesariamente algo malo.
Diversidad. Es la singular palabra que usa Del Rosario para describir el impacto de este nuevo fenómeno. ¿Y el aumento de los costes del alquiler y la comida? “Bueno, ese es el precio a pagar por el progreso”, afirmó.
A menos de cinco millas del vecindario de Del Rosario, la semana pasada el presidente Joe Biden se reunió con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador para hablar sobre cómo evitar que grandes grupos de migrantes entren ilegalmente a Estados Unidos.
“Estamos trabajando juntos para abordar este reto siguiendo las leyes de nuestras naciones y protegiendo los derechos humanos de los migrantes que viven en circunstancias desesperadas”, dijo Biden en la conferencia de prensa del martes en el Palacio Nacional en la Ciudad de México.
A pesar de que la retórica sobre la inmigración en Estados Unidos se ha enfocado en devolver a los migrantes a México, existe otro fenómeno creciente y en gran medida ignorado: los estadounidenses que migran a México.
Durante la última década, México se ha convertido en el principal país al que se mudan los estadounidenses, una tendencia que aumentó durante la pandemia. En 2022, la cifra de estadounidenses que residen de manera temporal en México marcó un récord.
Según un análisis de Bloomberg, el número de estadounidenses que se convirtieron en residentes temporales en México aumentó un 85 % entre 2019 y 2022.
Los estadounidenses también optan por mudarse a México porque el proceso es relativamente sencillo, en comparación con otros países.
La mayoría de los expatriados que van al sur trabajan para empresas con sede en Estados Unidos, cobran en dólares, de manera que pueden aprovechar un cambio de moneda favorable, y no necesitan pasar por el engorroso proceso de solicitar una visa si planean quedarse durante 180 días o menos.
Algunas colonias de la Ciudad de México, como Roma, La Condesa y Coyoacán, están empezando a parecerse a zonas gentrificadas de Estados Unidos como East Austin en Texas, Brooklyn y el barrio de Wynwood en Miami.
En una cafetería llamada Ojo de Agua, una cadena de Ciudad de México que ahora está abriendo locales en Estados Unidos en zonas como el distrito de Brickell en Miami, suenan las 40 mejores canciones pop estadounidenses, a pesar de que se encuentra ubicada en el vecindario La Condesa.
Un grupo de personas que hablaban inglés se encaminaron hacia la cafetería y se sentaron en una mesa larga donde cabían los diez. Inmediatamente, una trabajadora se acercó para saludarlos hablando en inglés. Les explicó el concepto del restaurante y les dijo que debían hacer el pedido en la caja.
Mientras el grupo de ciudadanos estadounidenses se instalaba en la cafetería, una pareja de habla hispana sentada en una mesa en la acera acababa de recibir su agua de fresa y batido, disfrutando del clima ventoso de unos 15 °C.
Una banda de mariachis se detuvo para darle una serenata a la pareja. Al mismo tiempo, la canción “Cool for the Summer” de Demi Lovato sonaba por toda la cafetería, compitiendo con la melodía de los mariachi.
La migración de ciudadanos estadounidenses a México no es nueva, apuntó Ariel G. Ruiz Soto, analista de políticas del Instituto de Política Migratoria, un grupo de expertos enfocado en la política de inmigración.
Lo que es novedoso es la demografía de los estadounidenses que se están mudando a México.
“Más ciudadanos estadounidenses, generalmente nómadas digitales, pueden trabajar desde México, cobrar en dólares de empresas con sede en Estados Unidos y mejorar sus condiciones de vida”, dijo Ruiz Soto. Sin embargo, el número de trabajadores remotos estadounidenses representa solo un par de miles en comparación con los millones que viven en la ciudad.
Ruiz Soto agregó que a México y los funcionarios de Ciudad de México no les preocupa el aumento de los “nómadas digitales” y señaló que el país depende en gran medida del turismo.
De hecho, en octubre la alcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, se asoció con Airbnb para aumentar el número de trabajadores remotos que acuden a la ciudad. En aquel momento, Sheinbaum desechó las preocupaciones sobre el aumento del precio del alquiler afirmando que los que vienen se están mudando a zonas donde el alquiler ya era alto.
No obstante, parte de la reacción de los lugareños ante el aumento de los trabajadores remotos de Estados Unidos se basa en la percepción social y los temores que genera el incipiente grupo de ciudadanos que se están mudando al país, según Ruiz Soto.
En el pasado, los turistas o inversores estadounidenses llegaban a la ciudad de forma temporal. Ahora los estadounidenses se están quedando y los restaurantes y negocios locales los están atendiendo. Los restaurantes y cafeterías tienen menús en inglés. Algunas empresas incluso están publicando sus anuncios de televisión en inglés.
“Aunque todavía se trata de un número relativamente pequeño en una ciudad de millones de habitantes, los mexicanos tienden a percibirlo como un cambio significativo en el tejido social al que estaban acostumbrados”, dijo Ruiz Soto.
Incluso algunos estadounidenses que llevan más de una década viviendo en Ciudad de México están notando el cambio cultural.
Dan DeFossey, un neoyorquino que lleva 13 años viviendo en Ciudad de México, dijo que cuando se mudó por primera vez a la urbe se vio obligado a integrarse porque había muy pocos estadounidenses.
“Teníamos que integrarnos en la cultura mexicana”, contó DeFossey refiriéndose al pequeño grupo de estadounidenses que conoció cuando se mudó por primera vez a Ciudad de México. “Si caminabas por la calle y hablabas inglés, la gente se giraba y te miraba. Fue una experiencia diferente. Nos vimos obligados a aprender español e integrarnos en la cultura”.
DeFossey, propietario de un restaurante-barbacoa de estilo texano en Ciudad de México, dijo que los nuevos trabajadores remotos de Estados Unidos confían en gran medida en las redes sociales para encontrar buenos restaurantes, los mejores vecindarios o simplemente “lugares geniales donde ir”.
Afirmó que, debido al crowdsourcing, todos los estadounidenses están terminando en el mismo vecindario, como la Condesa o la Roma.
DeFossey señaló que, aunque la llegada de tantos estadounidenses a Ciudad de México genera cierto hastío, ya que a algunos de sus amigos les preocupa sentirse como “un extraterrestre en su propia ciudad”, entre otros aún persiste cierto orgullo al constatar que la gente quiere mudarse a México.
“A la gente le emocionaba saber que los estadounidenses querían mudarse a su ciudad”, afirmó. “Y creo que esa sensación todavía perdura un poco”.
Mientras muchos lugareños y funcionarios locales se acostumbran al nuevo grupo de estadounidenses, el máximo líder de México a menudo ha adoptado una postura más nacionalista durante su gobierno. López Obrador ha atacado repetidamente a Estados Unidos y no ha tenido reparos en llamar “extranjeros” a los nuevos inmigrantes, incluyendo a los estadounidenses.
Pero su mensaje no está haciendo resonancia en el público mexicano, dijo Duncan Wood, asesor principal del Instituto México en el Wilson Center, un grupo de expertos en políticas públicas.
“Lo vimos el año pasado, cuando el presidente intentó arremeter un par de veces contra Estados Unidos, pero tuvo que dar marcha atrás porque las encuestas de opinión mostraron que en realidad los mexicanos tienen una opinión muy favorable sobre Estados Unidos”, dijo Wood.
Señaló que ahora muchos mexicanos tienen vínculos con Estados Unidos o han visitado más el país.
“De hecho, creo que hoy desconfiamos menos de Estados Unidos que hace 20 años”, dijo Wood.
Aunque muchos mexicanos aceptan que los nuevos estadounidenses echen raíces en Ciudad de México, a algunos todavía les preocupa el aumento de los precios para los mexicanos que ya no pueden vivir en los barrios que una vez llamaron hogar.
Betsabé Basáñez, quien tiene una casa en el barrio La Condesa desde hace casi 20 años, dijo que ahora el alquiler está “por las nubes” y que las tiendas y cafeterías han comenzado a aumentar los precios.
“La mayoría de las personas que vivían allí alquiladas han tenido que irse”, dijo Basañez, quien tiene 43 años. “Se mudaron a los vecindarios cercanos simplemente porque no podían pagarlo”.
“No es tan barato como hace tres años”, agregó.