Los donantes vivos de riñón padecen un leve aumento del riesgo de gota

Por Anne Harding NUEVA YORK (Reuters Health) - Los donantes de riñones padecen un leve aumento del riesgo de desarrollar gota. "En general, esa diferencia de riesgo es pequeña, del 1,4 por ciento a los ocho años", dijo por vía telefónica la doctora Ngan Lam, de la Universidad Western, London, Ontario, Canadá. "Cada año, 27.000 personas donan un riñón y conocer las consecuencias en el largo plazo es muy importante", agregó. El aumento del ácido úrico en sangre favorece la aparición de gota, según publica el equipo de Lam en American Journal of Kidney Disease. Dado que los donantes de riñón registran altos niveles de ácido úrico que el resto de la población, habría que investigar si también serían más propensos a padecer gota. El equipo analizó datos de 1988 donantes vivos de riñón y de 19.880 no donantes emparejados elegidos entre las personas más saludables de la población general. En 8,4 años de seguimiento, el 3,4 por ciento de los donantes y el 2 por ciento de los no donantes desarrollaron gota. Los donantes también eran más propensos a utilizar alopurinol o colchicina (3,8 versus 1,3 por ciento). "Para poner los resultados en contexto", el equipo comparó a los donantes con un grupo control de la población general, sin incluir a las personas con antecedentes de gota. Ni el riesgo de desarrollar gota ni la posibilidad de recibir una receta de alopurinol o colchicina varió estadísticamente entre ambos grupos. "En términos absolutos, el aumento estimado de la incidencia de gota a 20 años era pequeño", escribe el equipo. "Nos tranquiliza que la posibilidad de que un donante desarrolle gota no sea estadísticamente mayor a la de la población general", señala. Y concluye: "Recomendamos replicar esta primera observación en próximos estudios antes de compartirla con los donantes potenciales y sus receptores en el proceso del consentimiento informado. El aumento absoluto de la incidencia de la gota es pequeña y no debería desalentar a los potenciales donantes vivos de riñón, los receptores o los programas de trasplante". La Organización Médica Académica del Sudoeste de Ontario financió el estudio. FUENTE: http://bit.ly/1HweZro