Los científicos han descubierto por qué los nómadas bajau pueden pasar tanto tiempo sin respirar bajo el agua

Es un misterio que durante años ha desconcertado a los científicos. Los indígenas de la tribu bajau, en el sureste de Asia, sólo necesitan una bocanada de aire para sumergirse hasta 70 metros bajo el agua y pescar en modo submarino durante varios minutos. ¿Cómo lo logran?

Conocidos también como “nómadas del mar“, este grupo que vive sobre todo en Filipinas e Indonesia ni siquiera necesita ayudas convencionales para bucear. En cambio, se apoyan en pesas, gafas de madera hechas a mano y una sola bocanada de aire.

Buceador Bajau de Indonesia (AFP Photo/Melissa Llardo)
Buceador Bajau de Indonesia (AFP Photo/Melissa Llardo)

Los científicos han estudiado la extraordinaria capacidad de los bajau y han llegado a una conclusión: pueden pasar tantos minutos sin respirar gracias a una mutación genética que ha ocasionado, entre otras cosas, que tengan un bazo más grande. Este órgano, entre otras funciones, puede almacenar células rojas portadoras de oxígeno.

En su estudio, cuyos resultados fueron publicados en la revista Cell, los científicos se guiaron por una pista de investigaciones previas: algunas especies de focas que pueden bucear por más tiempo tienen bazos más grandes de lo esperado.

Inspirados en ello, el equipo usó un dispositivo de ultrasonido para medir el bazo en 43 “gitanos del mar” y en 33 personas de un grupo vecino de agricultores, el Saluan.

“El tamaño del bazo es aproximadamente un 50% más grande en estos nómadas del mar que en los [Saluan], es realmente una característica fisiológica extrema”, dijo el profesor Eske Willerslev, un coautor del estudio, de la Universidad de Cambridge.

El equipo notó que la tendencia se mantuvo, independientemente de si el individuo de bajau era un buceador o no, e incluso cuando se tuvieron en cuenta factores como la edad, el sexo y la estatura.

Una adaptación evolutiva

Las pruebas genéticas revelaron que ciertas versiones de genes se encuentran con mayor frecuencia en los bajau de lo que se esperaría, y muchas aparentemente están relacionadas con cambios biológicos que podrían ayudar a las personas a sobrellevar las condiciones de escaso oxígeno.

Entre ellos se encuentra una forma de un gen relacionado con un aumento en el tamaño del bazo, un efecto que el equipo revela probablemente se deba a un aumento en los niveles de la hormona tiroidea.

Fundamentalmente, una contracción del bazo es una de las características del llamado “reflejo de buceo”: un conjunto de respuestas en los mamíferos que ocurre cuando la cabeza está sumergida.

Un bazo grande significa que se pueden bombear más glóbulos rojos que transportan oxígeno al sistema circulatorio cuando el órgano se contrae, permitiendo que las personas permanezcan bajo el agua por más tiempo, indicó la revista científica, citada por el diario británico The Guardian.

Otra mutación tiene que ver con un gen relacionado con una característica diferente del reflejo de buceo: el estrechamiento de los vasos sanguíneos hacia las extremidades, que ayuda a la entrega de sangre oxigenada a órganos como el cerebro, el corazón y los pulmones.

El análisis posterior realizado por el equipo científico reveló que estas ventajas genéticas no son el resultado de la casualidad, sino de las adaptaciones evolutivas que surgen de la selección natural.

El equipo dice que los hallazgos permitirían a los expertos identificar a los pacientes que podrían estar en mayor riesgo de muerte si experimentan una falta de oxígeno, por ejemplo, durante la cirugía.