Loewe propone plumas y arte contemporáneo para el hombre en su desfile parisino

El diseñador británico Jonathan Anderson saluda al público al final de un desfile en Londres el 18 de febrero de 2017 (Niklas Halle'n)
El diseñador británico Jonathan Anderson saluda al público al final de un desfile en Londres el 18 de febrero de 2017 (Niklas Halle'n)

En medio de una instalación de arte contemporáneo, el estilista norirlandés Jonathan Anderson impuso un desfile de moda masculina muy depurado este sábado en París, con plumas para decorar la cabeza de los hombres.

La clave fue el minimalismo, el "acto radical de moderarse", en palabras de Anderson, quien contó con un parterre de celebridades para su muy concurrido show: el cineasta Pedro Almodóvar, el actor estadounidense Jeff Goldblum y la pareja de actores (en la vida real) Rebecca Hall y Morgan Spector, así como la papisa de la moda Anna Wintour, entre otros.

Anderson se esfuerza en ofrecer un giro a la ropa de lujo y añade con ironía arrugas, pliegues inesperados o tijeretazos a las piezas clásicas.

Una chaqueta de motorista negra, con su conocida cremallera en diagonal para abrigar al usuario, se acaba en cambio en cuello muy abierto.

Una camiseta sin mangas se presenta con una delicada capa de escamas doradas, a juego con las plumas de pájaro doradas con las que muchos modelos desfilaban, y que ocultaban sus rostros.

En el suelo, diminutas figurillas negras de Paul Thek (1933-1988), un escultor y autor de instalaciones artísticas estadounidense, una silla de estilo modernista, un libro abierto de una de las escritoras preferidas de Anderson, Susan Sontag ("Contra la interpretación").

En palabras de Anderson, "Paul Thek fue capaz de crear instalaciones que hicieron que la gente cambiara su manera de ver el arte contemporáneo".

Anderson corta un polo veraniego de color verde hierba a la altura del ombligo y le pone un estrecho cinturón de piel, que luego se reproduce de nuevo para sujetar el pantalón.

Y no duda en utilizar el material por excelencia de una marca peletera como Loewe para presentar un abrigo largo, elaborado con dos tipos de cueros diferentes, ensamblados longitudinalmente, hasta los pies.

Colores tierra, ocres, no forzosamente ligados con la primavera o el verano, sino con la idea de salir al campo.

Pantalones cargo muy amplios, anudados en forma de ola a la altura de la cintura, o de estilo otomano.

Y también camisetas y suéteres de colores pastel, que se prolongan como si fueran overoles.

"No creo que haya ropa para mí, pero me encantó", declaró Almodóvar con una sonrisa a la AFP al término de la pasarela.

"Para mí venir aquí es como asistir a un show, al cine, a la ópera, al teatro: cada personaje tiene que ir vestido de un modo, de esa manera se cuentan muchas emociones", añadió.

jz/pc