Lionel Messi en Inter Miami-Newell’s: un mundo de emociones que serán difíciles de olvidar para el crack
Las vueltas de la vida lo aterrizaron en Barcelona, hace ya 22 años, en aquel febrero de 2002. Allí construyó el prólogo de la leyenda. Antes, mucho antes, era un niño rosarino con sueños de pelota con una camiseta roja y negra sobre su piel. “Fue un sueño que tuve siempre, desde chiquito y es algo que siempre lo tengo ahí: el poder jugar en el fútbol argentino. Desde chico iba a la cancha y yo quería estar ahí…”, describió alguna vez Lionel Messi su amor por Newell’s. Por el Parque Independencia, la mística del Coloso.
Anoche, el corazón debió latirle más fuerte al enfrentarse en un encuentro de preparación con su propio pasado. Con su historia de vida. Fue 1-1 en el DRV PNK Stadium, en uno de esos partidos en los que todos quieren estar. Tantos, que terminaron entrando ¡40 jugadores!, ya que el Tata Martino hizo siete cambios, y el uruguayo Larriera realizó once variantes. Ya sin Messi en la cancha, Shanyder Borgelin puso en ventaja a las Garzas; lo empató Franco Díaz a siete del final, tras un error defensivo del local.
Días de niñez y de tribuna. “Con siete u ocho años, me acuerdo que iba con mi papá, mi tío y mis hermanos. Siempre íbamos a la platea. Si no era un partido muy complicado que pudiera terminar en lío, como un clásico, íbamos siempre que podíamos”, contó más de una vez. El Piojo Manso era una debilidad. “Yo viví la época de Manso, Terremoto Cejas, Cobelli, Real y Zamora… aunque a Zamora lo vi poco”.
Newell’s, el club donde jugó Messi de muy pequeño, se enfrentó anoche con Inter Miami, en el estadio DRV PNK, en la ciudad del sol. Fue un viaje al túnel de los recuerdos, mientras se prepara a todo ritmo para una exigente temporada, en la que la Copa América será el banquete estelar.
Messi fue titular, superadas las molestias musculares que lo marginaron de los partidos de la gira por Asia. La idea de Mauricio Larriera, el DT de Newell’s, era que los jugadores sufrieran el menor desgaste posible, motivo por el cual aprovechó el amistoso para darles minutos a los suplentes y juveniles. El plantel profesional rojinegro, integrado por 25 jugadores, regresará a nuestro país hoy y quedará concentrado en un hotel de la ciudad de Buenos Aires, a la espera del partido del lunes como visitante de Estudiantes, en La Plata, por la sexta fecha de la Zona B de la Copa de la Liga Profesional.
Gerardo Tata Martino, el DT de Inter Miami, además de símbolo ineludible de la historia de Newell’s, lo vivió de manera especial. “Intentamos disfrutar este partido porque vemos a mucha gente feliz. Para mí es muy especial, por mi vínculo con Newell’s”, reconoció el entrenador rosarino, de 62 años.
Según se supo, Leo se recupera de una inflamación en el aductor, no tiene una lesión que amerite hacerlo descansar y llegaría en óptimas condiciones al primer partido de la temporada regular de la Major League Soccer (MLS), pautado para el miércoles 21 frente a Real Salt Lake.
El veterano DT les pidió un favor a los hinchas del Parque: “Que disfruten esta posibilidad de jugar un amistoso internacional contra Inter Miami, yo sé que se viene el clásico de Rosario…”, advirtió, en referencia al duelo efervescente, previsto para el domingo 25, en el estadio “Marcelo Bielsa”, tal vez, el símbolo máximo de la entidad leprosa.
Ever Banega, a los 35 años, rechazó volver a Boca, justamente por la pasión de su sentimiento. Está en Newell´s y actuó frente a Messi, un socio (uno de tantos) de selección. “Ojalá Lionel se ponga alguna vez la camiseta de Newell’s en forma oficial. Sabemos que es muy difícil que ocurra, pero es un sueño que tenemos. El mejor legado de Leo es que todos quieren jugar con él. Todo se lo ha ganado en base a su esfuerzo”, insistió. El reencuentro sobre el césped, tiempo después, ya es un recuerdo para toda la vida.
Cuenta la historia que cuando tenía seis años, el pibe de oro estampó su firma por primera vez como jugador de fútbol. Fue en un carnet de Newell’s, que le daba rienda suelta para formar parte de los equipos de las divisiones formativas del club en la Asociación Rosarina de Fútbol. La historia duró unos cinco años como jugador del equipo “más popular” en los campos de juego juveniles.
En ese lapso, cuentan los especialistas en estadísticas, jugó 176 partidos y convirtió 234 goles, según expertos de la Asociación Rosarina de Fútbol. La categoría ‘87, el equipo que integraba Leo, era una máquina. Prácticamente invencible, de acuerdo con los propios compañeros del 10. Se suscribe que estuvieron dos años y medio sin perder un partido.
Después, el vuelo a Barcelona. Y la historia tan bien conocida. Hasta este reencuentro de un jueves por la noche en Florida.