Libros de texto gratuitos: hagamos como adultos lo que queremos proponer a niñas y niños

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En Save the Children tenemos el mandato permanente de examinar, valorar, proponer y ejecutar acciones para que niñas, niños y adolescentes puedan ejercer en plenitud todos sus derechos, en un marco de vida digna y plena. Por ello, hacemos un puntual llamado a que la discusión sobre los Libros de Texto Gratuitos para la educación básica (LTG) no se empantane en la áspera descalificación mutua, y sobre todo a evitar que se aleje de lo central, que es el interés superior de la niñez y la adolescencia.

Exhortamos a que el debate se ajuste a la civilidad entre los dialogantes, al respeto al marco constitucional y de las convenciones internacionales de derechos humanos, y a la mejor evidencia disponible, siempre en la corresponsabilidad que involucra a las autoridades, a las familias, a las y los docentes, a los especialistas y a quienes trabajamos en campo, pues según las atribuciones y posibilidades que a cada quien corresponden, a todas y todos nos toca ser garantes de los derechos de la niñez a la educación y a la participación.

En los últimos meses se ha dado una intensa discusión sobre los avances y versiones preliminares de los LTG. México tiene, como nación, una larga tradición de materiales educativos que se entregan a cada generación en las escuelas primarias del país, una estrategia de equidad y de construcción de ciudadanía común de la que podemos sentirnos legítimamente orgullosos. Los materiales a los que se refiere el debate actual tienen cambios sustantivos, tanto en la organización de los contenidos -por campos formativos- como en los enfoques -un acercamiento que subraya lo comunitario y los procesos colectivos.

Revisando las versiones disponibles, encontramos elementos de gran valor, de replanteamientos frescos y atentos a lo intuitivo, lo histórico y lo experiencial, que por supuesto saludamos. Por ejemplo, el libro de “Múltiples Lenguajes” para segundo grado de primaria comienza justo con una poesía/reflexión sobre la igual dignidad y la enriquecedora diversidad, sigue con una invitación a conocer los logros de deportistas mexicanas de todas las entidades y disciplinas, continúa con un texto sobre la vaquita marina y la responsabilidad para su preservación con especie, prosigue con un asomo a las bebidas tradicionales de cereales para el calor, típico de zonas distintas del país, todo con una invitación a emprender la lectura y el diálogo sin seguir necesariamente un orden lineal y atendiendo a la curiosidad natural, lo que representa atención a los procesos personales y reconocimiento de las necesidades por etapa evolutiva, principios que sostenemos.

Pero también hay desajustes de nivel y áreas de oportunidad en la ruta para los aprendizajes esenciales, que tienen que ver con la convivencia y el discernimiento ético, el sentido crítico, la expresión oral y escrita, las habilidades de investigación y de formulación matemática. Por ejemplo, en el mismo libro para segundo grado que arriba fue mencionado, se presenta un reto de comprensión e imaginación espacial, con cubos, en el cual se pide una respuesta que implica imaginación compleja, pero que no fue preparado con ningún antecedente; sigue un ejercicio parecido, de despeje por pares a propósito de pesas. Aquí no hay historia contextual, no hay indicación de procedimiento o sugerencia de exploración; siguen tres hojas de retos semejantes, de dificultad medio o alta, que contrastan en extremo con el abordaje de las primeras hojas. Las matemáticas quedan así descarnadas, dificultosas, ocasionales y artificiales.

Es crucial para Save the Children poner en la conciencia pública la convicción de que los materiales educativos son herramientas para facilitar la interacción entre docente y estudiantes, y de los estudiantes entre sí y con su propia exploración del mundo y la sociedad. No hay texto, ni en el pasado ni en el presente, que determine fatalmente el éxito o fracaso educativo. Considerar que un fraseo específico, una imagen determinada, un abordaje conceptual es definitivo y fatal en sus efectos es una postura imposible de sostener: no sólo es contraria a toda la ciencia del aprendizaje y sus bases neurológicas y psicosociales, sino que tiene un adultocentrismo inaceptable, pues consideraría la mente y el ánimo de cada niña y niño como una masa maleable a voluntad.

Es soberbia inaceptable si, entre las y los diseñadores y redactores, se sostiene que no hay mejora o corrección posible a las versiones presentadas. Es empecinamiento inaceptable de quienes cuestionen contenidos o enfoques si se sostiene que el mero contacto con un material determina lo que una niña o niño puede pensar, desear o decidir. Darle una importancia tan desproporcionada a una herramienta oscurece el proceso, es un error pedagógico grave, polariza la conversación y sobre todo es una injusticia en la consideración de niñas y niños como personas ciertamente en formación, pero desde ya con plena dignidad, como agentes libres y en camino de tomar sus decisiones.

Nos preocupa que este debate, que llega a reiteraciones, simplificaciones, burlas y amenazas, sí es un proceso educativo, pero distorsionado: modela en las niñas y niños, y en sus madres, padres y cuidadores, actitudes deplorables. Resulta que quienes dicen importarles su educación no colaboran para enfrentar los retos de infraestructura digna, tiempo suficiente, los servicios complementarios de alimentación, salud y atención socioemocional, sino que se enfrentan sin pudor y nombrándose enemigos entre sí.

Queremos destacar el encuentro educativo. La interacción entre docente y estudiante puede tener objetivos formales, materiales recomendados, monitoreo de avances. Pero siempre lo fundamental es la habilidad, talento y compromiso de la maestra o maestro que acompaña a cada estudiante, y que como adulto responsable anima los procesos grupales. Por nuestro contacto en campo, sabemos que hoy las y los docentes esperan con inquietud más claridad y certeza, requieren formación y acompañamiento -que no podemos dejar de exigir y propiciar- y esperan con ilusión un giro en su actividad que les dé más espacio a la creatividad, a los ajustes según el contexto, a recuperar saberes y a no dispersarse en un exceso de temáticas no relacionadas.

El aprendizaje integrado, contextual, con gran equilibrio entre el despliegue personal de potencialidades y la construcción colectiva de la convivencia son todas aspiraciones legítimas que nos pueden y deben unir a favor de la niñez y la adolescencia. Pero la mejor causa no se defiende con torpes razones, con abuso de autoridad o con incumplimiento de los procesos judiciales. La vida auténticamente democrática a la que supuestamente estamos invitando e introduciendo a la nueva generación no puede basarse en la mentira, la descalificación o la postura de que el fin justifica los medios.

No corramos el riesgo de incongruencia: no podemos decirles a las niñas y niños que el bien público se construye desde la diversidad y el respeto, que deben confiar en las instituciones democráticas, que deben escuchar con atención y expresarse sin temor, mientras que damos el lamentable espectáculo de lo contrario. Hagamos ya como adultos lo que queremos proponer a niñas y niños.

Reiteramos nuestra disposición y trabajo arduo, refrendado en la experiencia de campo y en la propuesta pedagógica, que hemos desarrollado por ya más de 50 años en México, para colaborar en el entendimiento, el acercamiento y el fortalecimiento de todas y todos quienes auténticamente quieren vida digna y plena para niñas, niños y adolescentes.

@SaveChildrenMx