Un libro sobre el virtuoso Lilí Martínez Griñán

Acaba de ser publicado por la editorial UnosOtros de Miami y presentado en la Florida International University un ensayo sobre la vida y obra del virtuoso pianista, arreglista y compositor cubano Luis “Lilí” Martínez Griñan (Guantánamo, 1915 – La Habana, 1990). Su autor, el Dr. Benjamin Lapidus es profesor del Departamento de Arte y Música del John Jay College of Criminal Justice (CUNY) de Nueva York, además de músico, director y profesor de guitarra, teoría y música caribeña. Lapidus ha tocado el tres cubano y el cuatro puertorriqueño con los músicos de Buena Vista Social Club, Bobby Carcassés, Andy González, Juan Pablo Torres, Rubén Blades, David Oquendo, Cándido Camero y muchos más.

El hombre y su música. Lilí Martínez Griñán, título de esta nueva entrega de UnosOtros y su editor Armando Nuviola, es una obra colectiva en la que participan especialistas del ámbito musical. El volumen cuenta con un detallado retrato biográfico del homenajeado realizado por el profesor Ramón Gómez Blanco y la licenciada María Josefa Sánchez Heredia. Nos enteramos de la infancia de Lilí en su Guantánamo natal, uno de los once hijos del matrimonio de un español con una guantanamera. Su vocación musical comenzó desde muy temprano tocando en orquestas comerciales, serenatas y fiestas locales, hasta que fue contratado por el director José Andrés Corsino para interpretar el piano junto a su orquesta en la Base Naval de Guantánamo a partir de 1935. Fue allí que Lilí conoció a “Peruchín” (Pedro Nolasco Justiz), otro virtuoso del piano originario de Banes, en el norte de Oriente, con quien nunca dejó de colaborar. Y en 1937 creó su primera agrupación: Los Champions, originalmente fundada como Orquesta Hatuey por Conchita Bravo Rodríguez, su profesora. Años después, en 1945, nos lo encontramos ya en La Habana, en donde tocó con Arsenio Rodríguez y con Antonio Arcaño, quienes empezaron a llamarle “La perla de Oriente”, antes de que entrara en el Conjunto Chapottín. En 1952 Lilí terminó estudios de Criminología, y a pesar de hablar perfectamente el inglés y el francés siguió tocando en cabarets y clubes durante las décadas de 1950 y 1960.

Lilí Martínez, de izquierda a derecha, primero de pie, con el conjunto de Félix Chappotín, promoción de los años 50, Cuba.
Lilí Martínez, de izquierda a derecha, primero de pie, con el conjunto de Félix Chappotín, promoción de los años 50, Cuba.

Benjamis Lapidus recuerda que “Lilí nunca viajó fuera de Cuba, a excepción de una visita que realizara a Curazao, para tocar con Estrellas de Chocolate. Sin embargo, su estilo incorpora una poderosa combinación de repertorio clásico, jazz norteamericano, son montuno y música autóctona guantanamera, como el changüí, el kiribá y el nengón”. Para él esto no fue un impedimento para que “se pueda apreciar su legado al escuchar a Charlie y Eddie Palmieri […] Alfredo Valdés, Sonny Bravo, 11 Luis Varona y Larry Harlow (en Estados Unidos); a Alfredo Rodríguez, en Francia; a Papo Lucca, en Puerto Rico, del mismo modo que a cualquier pianista de música cubana contemporánea o a salseros en Puerto Rico, EEUU, Colombia, Perú, entre otros lugares”.

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El libro pretende subsanar olvidos cometidos por especialistas sobre los aportes clave de este legendario músico. En 1968, siendo de los grandes pianistas cubanos, lo enviaron a dirigir un conjunto de poco renombre en la provincia de Holguín, e incluso Helio Orovio no lo mencionó en su diccionario de 1981 sobre la música cubana. Por suerte, en décadas posteriores han tenido lugar varios homenajes tanto en la capital cubana como en Guantánamo con jornadas dedicadas a Lilí y su obra trascendental desde que registrara Cero guapos en Yateras, la primera de éstas, en 1946.

El libro publica la lista exhaustiva de composiciones del maestro, además de un estudio muy completo a cargo de la musicóloga guantanamera Isabel Ramírez, establecida en Valladolid (España). Incluye además un análisis de seis solos de Lilí por Michael Eckroth, quien es pianista en Nueva York, y ha colaborado con muchos iconos del jazz internacional. Se completa el volumen con la discografía del músico a cargo del investigador y coleccionista cubano Emilio Cueto, establecido en Washington, y una entrevista de Lilí realizada por el productor y también coleccionista René López (residente en Nueva York) y filmada por Howard Dracht, en 1984, en Lawton, barrio habanero, ahora transcrita y rescatada para este libro.

Conjunto de Arsenio Rodríguez, 1940. Agachados, de izquierda a derecha aparecen Félix Alfonso, Lázaro Prieto y Lilí Martínez.
Conjunto de Arsenio Rodríguez, 1940. Agachados, de izquierda a derecha aparecen Félix Alfonso, Lázaro Prieto y Lilí Martínez.

Para el Dr. Lapidus “Lilí forma parte de una extensa tradición de pianistas y músicos de la provincia de Guantánamo que alcanzaron renombre a nivel internacional y destacaron en todo el orbe, como Zenaida Manfugás, Ivette Hernández, Salvador Lestapier y Pucho Escalante”.

Vale la pena recordar entre los títulos ya publicados por la editorial UnosOtros, la cronología exhaustiva del pianista Ernesto Lecuona, los libros de ensayos sobre Bola de Nieve, Chano Pozo, Pérez Prado, Vicentico Valdés, Rolando Laserie, la Orquesta América, la Orquesta Aragón, el Niño Rivera, además de estudios sobre rumberas matanceras y los rumberos en general, un diccionario de compositores cubanos, una historia imprescindible de la música y otro ensayo sobre la música cubana en el exilio (Cuba, patria y música).

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El libro de unas 250 páginas trae los puntos de vista de personalidades del ámbito musical sobre el homenajeado, como la del pianista y compositor Gonzalo Rubalcaba para quien “Lilí ha dejado una huella insuperable porque tiene un sello muy particular” o para el gran Eddie Palmieri quien afirma: “Para mí él era mi inspiración total, todo lo que hacía me parecía bien. Es el mejor pianista que jamás haya tocado nuestra música, la música afrocubana que se convirtió en la música afrocaribeña.

William Navarrete, escritor establecido en París.