Liberas, una plataforma que busca brindar herramientas efectivas y antipunitivistas contra las violencias basadas en género

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Con la convicción de que el Estado no ha sido capaz de garantizar el acceso ni a la información ni a la reparación del daño, y de que es indispensable abordar las violencias no solamente desde la heteronorma y las relaciones heterosexuales sino también desde las diversidades y disidencias, la organización Balance puso en marcha la plataforma Liberas, destinada a quienes atraviesan algún tipo de violencia sexual o basada en el género.

Tras un ejercicio previo que se inició en 2020, un observatorio judicial mediante el que se analizaron cifras relativas a carpetas de investigación, delitos denunciados, ocurrencia y resultados, los activistas se dieron cuenta de que las denuncias resultaban en, a lo mucho, un 2.5% de sentencias. Esto reforzó su hipótesis de que el punitivismo no es el camino y que, por el contrario, Liberas debía apostar por el antipunitivismo.

En la mayoría de los casos, además, se trataba de procesos inconclusos. “La sentencia no repara, no construye una vida distinta, sino que solo es un actuar más del Estado”, afirma Brenda Velázquez Montiel, oficial de Incidencia y Comunicación del programa Libertad y Ambiente Seguro de Balance. Aunado a ello, el trabajo de la organización se enfoca en poner en el centro el goce, la autonomía y el ejercicio libre de los derechos sexuales y reproductivos, para lo que es indispensable garantizar vidas que no estén rodeadas de la violencia a la que muchas personas, de todas las identidades y diversidades, se enfrentan diariamente.

Si bien las mujeres viven violencias basadas en el género con frecuencia, en 2022 México registró 87 homicidios contra poblaciones LGBTTTIQ+, de acuerdo con la organización Letra S. En los últimos cinco años, el país acumula 453 asesinatos de personas sexodiversas; las mujeres trans son las víctimas más numerosas, con 48 casos tan solo el año pasado. Sin embargo, podrían ser muchas más. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha recomendado a los estados crear sistemas de información y denuncia que incorporen variables sobre orientación sexual e identidad de género.

“Construimos esta plataforma Liberas con objetivos muy específicos, como proponer estrategias que nos permitan cuestionar las dinámicas de violencia en nuestras relaciones desde el antipunitivismo y poniendo a las víctimas en el centro. También retomamos el término de víctimas no como una categoría determinante del resto de nuestras vidas y de quiénes somos, sino como una manera de nombrar un proceso transitorio: soy víctima en este momento de esta situación, pero en otros espacios soy amiga, colega, colaboradore… y nuestra vida tiene sentido más allá de ese rol”, añade Velázquez Montiel.

Así, uno de los principales objetivos es cambiar las narrativas de “víctimas infinitas”, sin capacidad de agencia, que siguen reproduciéndose sobre todo en la violencia contra mujeres. Además, las herramientas que ofrece Liberas no solo están dirigidas a la persona que vive la violencia, sino también a aquellas que están a su alrededor y la acompañan en el proceso, pues este tiene efectos en todos los ámbitos y áreas de sus vidas.

Para allegar esas herramientas y lograr ese acompañamiento, la plataforma abre con la pregunta “¿Cómo te encuentras?”. Las posibles respuestas, que dan acceso a los siguientes pasos de la ruta, son “No sé si estoy viviendo una situación de violencia”, “Estoy viviendo una situación de violencia”, “Alguien que conozco está viviendo una situación de violencia” o “Quiero saber más sobre violencia sexual y basada en género”.

Cada una da acceso a una evaluación de la situación que se está viviendo o mayor información sobre modalidades y tipos de violencia. “Para Balance, la violencia basada en género está conformada por todos aquellos actos encaminados a menoscabar el bienestar de una persona debido a su identidad y/o expresión de género, causando daño físico, psicológico o de cualquier otro tipo”, describe el micrositio. 

Luego de detallar los tipos de violencia, y ofrecer una sección de herramientas que permiten reconocerlas y nombrarlas, desarrollar estrategias para acompañar a quien las atraviesa, comunicar de manera más asertiva y construir formas más sanas de relacionarse con otras personas, también recaba servicios de atención a víctimas de violencia, un listado de servicios de emergencia, asesoría, denuncia, acompañamiento tanto estatal como ofrecido por organizaciones feministas, LGBTTTIQ+ y otras.

Plataforma contra violencias basadas en género
Plataforma contra violencias basadas en género

“Para nosotras era importante también abordarlo no solo desde la heteronorma y desde las relaciones heterosexuales, sino también desde las disidencias, justo pensando en que la violencia no viene simplemente así en el binario de hombre-mujer, sino que todas, en las construcciones que tenemos diversas, no solamente las de género, podemos ejercer violencia; la plataforma tiene un lenguaje neutro donde no hablamos de ‘tu agresor’ o ‘tu novio’, ‘tu novia’, sino de manera general como la persona quien te agrede o de quien recibes la violencia”, detalla Velázquez Montiel.

A las herramientas, se suma la sección “El chismógrafo”, que no tiene la finalidad de recabar testimonios de las relaciones o agresiones sino de los procesos de denuncia, para reivindicar el chisme como un espacio de cuidado, información y conocimiento y, por otro lado, una función de seguridad para quienes conviven con las personas que están ejerciendo la violencia: el botón “Salir ahora” elimina la visita del historial y no permite el regreso a la página. 

No sé si estoy viviendo violencia

“A Ro su novio le ignora por días si no hace lo que él quiere” o “La novia de Margarita está celosa de sus amigas y le pidió que les deje de hablar como una prueba de que ella es más importante”, describe la plataforma como ejemplos de violencia emocional/psicológica, que es “cuando se busca dañar la estabilidad psicológica y emocional de una persona con la intención de controlarla, provocando en ella sentimientos de inseguridad, insuficiencia, dependencia y baja autoestima que repercute en cómo la persona violentada vive su día a día y lleva a cabo su proyecto de vida”.

De entrada y en varios lugares de la plataforma, Liberas hace énfasis en los tipos y las modalidades de violencia: qué es de manera general, dónde se manifiesta (modalidades) y cómo (tipos), sin que pretendan ser únicamente definiciones de texto académico. Mediante ejemplos, la plataforma busca hacer familiares los contextos para que las personas puedan identificarse con lo descrito.

A ello se suman como herramientas importantes el cuestionario que ayuda a identificar si la violencia está presente en las relaciones, con preguntas respecto de la incomodidad u obligación que pueden generar ciertas conductas hasta la presencia de golpes u otro tipo de violencias físicas. En ellas, se plantean los temas de manera que hagan sentido y con las palabras que generalmente hacen “ruido” dentro de las relaciones.

“Da un aproximado pero también reconocemos que no hay mayor aproximación que la que tú sientes, y que nadie es más experto en el proceso que la misma persona”, señala Velázquez Montiel. La elección de las herramientas se hizo a partir de una mirada integral y no solo enfocada en una persona que sufre violencia. A quienes acompañan es importante darles la visión de que no es un proceso lineal o fácil, y de que es necesario reconocer la autonomía de la persona.

Del mismo modo, mediante un análisis trimestral de los cuestionarios, Balance busca obtener información que permita hacer recomendaciones para mejorar la calidad de los servicios de atención, prevención y acceso a la justicia, para saber si son las herramientas que las personas que atraviesan violencia requieren y cómo se pueden fortalecer las respuestas a las necesidades de las víctimas.

Para ello, también están habilitados dos formularios: uno para recabar el testimonio de las personas respecto de sus procesos de denuncia, si es que los tuvieron —y de qué manera les sirvieron para reparar— y en caso contrario, que puedan expresar por qué no. El otro es para dejar una reseña de cada servicio utilizado, tanto estatal como de organizaciones, ya sea para recomendarlo o evitarlo, como una forma de cuidado colectivo. Del mismo modo, pueden sugerirse instancias para añadirlas una vez que estén verificadas y se conozca su funcionalidad.

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La apuesta antipunitivista

Las herramientas que propone Liberas desde su enfoque antipunitivista se relacionan con la premisa de que la denuncia no solo es posible ante instancias estatales, sino que también pueden promoverse quejas en espacios laborales o mediante protocolos internos, como en las universidades. Por otro lado, hay una mirada hacia el autocuidado, el autoconocimiento, la autopercepción y la construcción de vidas que se agencien la justicia y lo que esta representa para cada persona. 

De esa manera, se proponen tres rutas de acción para atravesar el momento de la violencia. La primera es la ruta crítica: cuando el nivel de riesgo es muy alto y es necesario actuar, y que se despliega en cuanto se ingresa a la plataforma. En estos casos, ante una amenaza inminente, no se pueden modificar la intención o los medios, pero sí la oportunidad. Por ello, se enlaza directamente a refugios y servicios de emergencia. “Recuperamos la posibilidad de actuar y no depender de que el Estado te dé una medida de protección”, destaca Velázquez Montiel.

Por otro lado está la ruta judicial, en la que, si existe el deseo de denunciar, es importante contar con todas las herramientas y que las personas vayan preparadas para no vivir revictimización o negación de los servicios. Se describe a dónde acudir, qué hacer, a qué se tiene derecho y qué pueden pedir las autoridades, así como un glosario para acercar los términos legales de manera sencilla y amigable. Además, se presentan rutas y lugares especializados por delito.

En tanto, la ruta de reparación autónoma es una guía para el autocuidado, la generación de condiciones para sanar y reconstruir la vida en términos de gozo y autonomía. “De no ser siempre la víctima, de tener otros espacios, de también ser la persona que toma su taller de bordado, que lleva a sus hijes a la escuela o que tiene otras relaciones; construir esas otras cosas porque para nosotras es importante poner sobre la mesa que la seguridad y las redes de apoyo son muy importantes, porque entre todes podemos construir esa seguridad y cuidarnos, ejercer cuidados colectivos de manera horizontal”, describe.