Esta leyenda cubana fue un maestro perfecto del pitcheo y el primer lanzador latino en ser estrella en Grandes Ligas

Su nombre completo fue Adolfo Domingo De Guzmán Luque.

Se le conoció en el mundo beisbolero como “El Habana Perfecto’’ y “Papá Montero’’.

Adolfo Luque fue junto al boxeador Eligio Sardiñas “Kid Chocolate’’, el ajedrecista José Raúl Capablanca, los peloteros José de la Caridad Méndez, Cristóbal Torriente y Martín Dihigo, los seis principales exponentes del deporte cubano en las tres primeras décadas del pasado siglo.

Fue una estrella de la Liga Profesional Cubana y de Grandes Ligas. Mánager en Cuba y México. El primer lanzador latino en ser estrella en Grandes Ligas.

El primero en liderar en victorias, efectividad, blanqueada y WHIP.

El pionero latino en participar y ganar un partido de Serie Mundial. Miembro de los Salones de la Fama de Cuba, México y Cincinnati.

Luego de su retiro fue entrenador de pitcheo de los Gigantes de Nueva York.

Nació en La Habana, el 4 de agosto de 1890. Sus padres tenían una buena posición económica y esto llevó a que recibiera una buena educación escolar.Desde niño comenzó a practicar béisbol y antes de ingresar al profesionalismo actuó como tercera base del Club Vedado, en la Unión Atlética Amateur de Cuba.

Era blanco de piel, tenía los ojos azules y era de baja estatura. Su voz fue gruesa y con fuerte temperamento. Fuera del terreno de juego vestía con pantalón hacendado, guayabera blanca y sombrero de pajilla, que lucía llevando siempre un tabaco entre sus dientes.

Jugó en cinco décadas y tiene placa en el Salón de la Fama. ¿Quién fue esta leyenda cubana del béisbol?

Frecuentaba las vallas de gallos y compartía con grupos de personas jugando el dominó en una mesa con una botella de ron. Por esta combinación de elementos humanos y deportivos muchos historiadores consideran que Luque traspasó los límites de la leyenda para convertirse en un personaje mítico.

Después de jugar con el Vedado en la Unión Atlética, el mánager del Club Fe de la Liga Cubana, Agustín “Tinti’’ Molina, lo firmó con su equipo y por ser un buen bateador con buena defensa realizó el debut como tercera base en 1912. Luego pasó a ser lanzador, posición donde alcanzó notoriedad.

Además del Fe, actuó con los equipos Almendares, Habana, Cienfuegos y Orientales.

Sus principales virtudes como serpentinero fueron una curva efectiva, el control perfecto de sus envíos, el coraje que impregnaba en la lomita, el aplomo que demostraba en momentos difíciles del juego y su inteligencia al ser un estudioso de las virtudes y debilidades de los bateadores rivales. Si uno de ellos le conectaba con facilidad un tipo de lanzamiento, luego no se lo repetía.

Luque es el lanzador con más temporadas en la Liga Cubana, con 22. Es segundo en victorias (106), cuarto en juegos completos (113), séptimo en promedio de ganados y perdidos (.599), décimo en partidos lanzados (216).

El 17 de febrero de 1923 estableció un récord de más ponches consecutivos, con siete. Lideró en siete temporadas en victorias, en otras cuatro en ganados y perdidos, dos veces en blanqueadas, juegos completos y promedio de triunfos y fracasos, mientras que en otra ocasión encabezó las carreras limpias con 1.27.

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Su última temporada fue en 1938/39. Como mánager conquistó siete campeonatos con Almendares y uno con Cienfuegos. También dirigió los Havana Cubans de la Liga Internacional de la Florida.En 1957 fue elegido al Salón de la Fama del Béisbol Cubano.

En el Salón de Actos del Estadio Latinoamericano de La Habana (antiguo Estadio del Cerro) se encuentra una estatua de su figura en honor a su ilustre carrera.

EN MEXICO

En 1953 dirigió el equipo mexicano de Guadalajara, en una serie de cuatro juegos de la Liga de la Costa contra Hermosillos, obteniendo la victoria.

También fue estratega de los equipos Puebla, Veracruz, Nuevo Laredo, Mexicali y Yucatán.Fue primo por rama materna del famoso torero Manololete.

En Puebla fue querido y admirado por todos los que lo conocieron.

En esta ciudad, el hermano de su última esposa Yvonne Recek le hizo una composición que tituló: “Elegía a Papá Montero”.También fue amigo personal de Ernest Hemingway cuando el escritor norteamericano tuvo como residencia la ciudad de La Habana.

GRANDES LIGAS

Debutó en Grandes Ligas en 1914 con los Bravos de Boston de la Liga Nacional. También actuó con los Rojos del Cincinnati, los Brooklyn Robins y los Gigantes de Nueva York.

A partir de 1918 cuando se une a los Rojos de Cincinnati se convierte en una luminaria de esta pelota.En 1919 termina con nueve triunfos y tres derrotas con 2.63 de efectividad para ayudar a su equipo a ganar la Liga Nacional para enfrentarse en la Serie Mundial al entonces poderoso equipo de los Medias Blancas de Chicago.

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Luque lanzó cinco entradas como relevista ante los Medias Blancas en la Serie Mundial de 1919, la misma donde ocho peloteros del Chicago fueron separados para siempre del béisbol al comprobarse que se entendían con los apostadores,En 1921 alcanzó 17 victorias con 3.38 de efectividad.

Aunque perdió 19 juegos, 11 de estas derrotas fueron por el margen de una carrera.En 1923 se corona líder los lanzadores al sumar 27 victorias con sólo ocho reveses y efectividad de 1.93, logrando seis blanqueadas. De sus ocho reveses cuatro fueron por la diferencia de una carrera.

Además de liderar en victorias, lo hizo en promedio de ganados y perdidos (.771) y de WAR Lanzador con 10.7.En 1925 volvió a tener un gran año al terminar primero en efectividad (2.63), en WHIP (1.17), en blanqueadas (4) y alcanzando 16 victorias.

En las postrimerías de su carrera Luque fue cambiado a Brooklyn y con 43 años de edad retorna en 1933 a la Serie Mundial con el uniforme de los Gigantes para convertirse en una figura clave en la victoria de su equipo ante los campeones de la Liga Americana, los Senadores de Washington.

Ocurrió en el quinto juego de este clásico. Con la serie favorable 3-1 a los Gigantes y el choque igualado a tres carreras en la quinta entrada, el mánager Bill Terry trajo al cubano de relevo en busca de sofocar una amenaza de los Senadores.

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Luego de detenerla, se mantuvo en la lomita de manera impecable hasta la novena cuando los Gigantes le habían dado una ventaja de una anotación (4-3).

Washington, en el final de la novena amenazó con empatar e irse arriba al llenar las bases teniendo en la caja de bateo al peligroso inicialista Joe Kuhel.

El piloto Bill Terry salió a la lomita con la idea de pedirle la bola al cubano y traer a un relevista. Pero cuando fue hacerlo, el antillano le pidió con carácter que lo dejara lanzar pues él iba a resolver la situación.

Y así sucedió, pues Terry confió en Luque dejándolo en el montículo. En los siguientes tres lanzamientos ponchó a Kuhel para que los Gigantes se coronaran campeones de la Serie Mundial.

Su último partido fue el 26 de abril de 1935.

Terminó su carrera con 194 triunfos y 179 derrotas, (.520), efectividad de 3.24, actuó en 550 desafíos con 367 de abridor, tiró 26 blanqueadas, completó 206, ponchó a 1,130 bateadores y salvó 29 juegos.

Luego de su retiro pasó a ser entrenador de lanzadores de los Gigantes bajo las órdenes de Bill Terry (1935-38) y Mel Ott (1942-45).Adolfo Luque murió en La Habana a la edad de 67 años, el 3 de julio de 1957.