La ‘Ley Menstrual’ se estanca en Chile y miles de mujeres se ven afectadas

Santiago de Chile, 11 nov (EFE).- La pobreza menstrual afecta cada día a millones de niñas y mujeres en todo el mundo, también en Chile, país en el que la verdadera dimensión de este problema se desconoce ya que no existen registros ni el Estado hace esfuerzos suficientes para atajarlo, denuncia la sociedad civil.

“La mancha significa vergüenza, lo que quieres ocultar, pero al final, la mancha más grande es la vergüenza de la indiferencia de un Estado frente a una problemática”, dijo a EFE, Ariadna Toro, cofundadora de la organización ‘La Mancha de Chile’.

La pobreza menstrual o pobreza asociada a la menstruación, según la Organización de Naciones Unidas (ONU), hace referencia a no poder pagar los productos menstruales o acceder a ellos, no contar con instalaciones de saneamiento e higiene, ni educación o conocimientos para gestionar la salud menstrual.

“Nuestro propósito es que el Estado pueda garantizar educación en torno a la menstruación y garantizar el acceso a estos productos para la población más vulnerable”, añadió Toro.

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En 2022 el Senado aprobó un proyecto ley para promover los derechos menstruales de forma libre y digna. Este ha sido enviado de nuevo a la Cámara de Diputados para correcciones.

“No tenemos una ley mínima, lo único que logramos fue que en el presupuesto de 2022 había un apartado que financiaba insumos de higiene menstrual y técnicos en enfermería”, dijo a EFE Sofia Larraguibel de la organización Girl Up.

“Pero otra cosa es que el papel aguanta mucho, y no hemos encontrado pruebas, entonces pedimos también transparencia”, añadió.

Asimismo, Constanza Lizama, creadora de la fundación Mujer Mundo y ganadora del premio Mujer Impacta 2024, denunció en una entrevista con EFE que “Chile tiene mucho resentimiento porque deja que pasen cosas y no hace nada”.

Menstruación digna

“La pobreza menstrual es como un iceberg: arriba está la educación, productos, baños, instalaciones sanitarias, y abajo un montón de cosas ocultas que parten de la menarquía y terminan en la menopausia”, explicó Lizama.

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Las mujeres representan aproximadamente el 50 % de la población mundial, aún así, “la menstruación es un tema tabú y cuando se habla de ella es de forma negativa”.

“Se tiene que dejar de llamar Andrés, o mis días o irritable o indispuesta, ese lenguaje hay que cambiarlo, debemos hablarlo públicamente y no como si fuese un crimen”, exigió Larraguibel.

Toro aseguró que la menstruación digna forma parte de los derechos humanos y sexuales reproductivos, y sin una educación menstrual se vulnera la dignidad humana y el “no poder vivir la menstruación de forma digna”

Según contó Larraguibel, un tercio de las niñas y adolescentes dejan de ir a estudiar o trabajar por menstruar, es decir, que faltan a su derecho a la educación por no tener acceso a los productos necesarios básicos.

“Las mujeres más vulnerables ante la pobreza menstrual son las privadas de libertad, en situación de calle, las que viven en campamentos y por supuesto, las niñas con una alta tasa de vulnerabilidad que faltan al colegio”, explicó Toro.

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Tabú del patriarcado

“Lo que no se habla, no existe”, y la menstruación sigue siendo un tema tabú en 2024, y como dijo Toro, “existe la inteligencia artificial y recién el año pasado se probaron productos de gestión menstrual en sangre humana”, hecho calificado como “ridículo”.

“Y obviamente tiene que ver con una concepción patriarcal del mundo, si no, nos darían compresas en los consultorios en vez de condones”, añadió Toro.

El Ministerio de Salud de Chile no fue capaz de entregar ni un solo dato sobre esta cuestión, a lo que Toro denuncia: “No hay estudios en Chile, y eso ya es un dato en sí mismo”.

“Esto está vinculado a una sociedad patriarcal y machista. Si las mujeres dominásemos el mundo, la menstruación no sería un tabú, tendríamos un día para teletrabajar y se habría descubierto la cura de la endometriosis”, resaltó Toro.

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Según Lizama, hace tres años se comenzaron a hacer estudios reales en mujeres, y “en comparación a lo masculino, hay muy poca información sobre lo femenino porque el cuerpo de la mujer se ha estudiado muy poco. La medicina contemplaba a la mujer como un hombre más pequeño”.

La falta de estudios sobre la mujer y el constante tabú de la menstruación en el mundo ha creado un estigma y discriminación, donde incluso, según dice la ONU, en algunas partes del mundo, “las niñas y mujeres que tienen el periodo son consideradas impuras o intocables”.

Andrea Sanz Yus

(c) Agencia EFE