Se levantó el paro de trenes que regía desde la medianoche

Tras más de 12 horas de interrupción del servicio, este martes, minutos antes de las 14, se levantó el paro de trenes que regía desde la medianoche por una medida de fuerza del gremio de La Fraternidad, que se negó a acatar la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Transporte.

Según pudo saber LA NACION, el líder del gremio, Omar Maturano, acordó reunirse esta tarde con los ministros de Trabajo, Kelly Olmos, y de Transporte, Alexis Guerrera, para intentar destrabar el conflicto que mantuvo paralizado el servicio durante largas horas.

“Postergamos la medida por 20 días y vamos a tener mesas de negociaciones hasta que la directora de la Anses y el ministro de Economía, Sergio Massa, les den una respuesta a los ministerios de Trabajo y Transporte”, dijo Maturano en declaraciones a los medios y agregó: “Ahora tenemos que esperar y [de haber una nueva medida de fuerza] vamos a avisar con tiempo, como hicimos esta vez”.

Con relación al tiempo que el servicio demorará en restablcerse, dijo: “Calculo que tardará 15 minutos. A las 14 hora estará normalizado”.

Por último, les dejó un mensaje a los pasajeros: “Que nos disculpen, pero esta es la única forma de que nos escuchen”.

A raíz del paro llevado a cabo por el gremio, miles de personas realizaron desde temprano extensas filas, que superaron los 100 metros de largo -sobre todo en los principales centros de transbordo-, para tomarse distintas líneas de colectivos con destino al centro porteño.

Tanto en Liniers como en los centros de transbordo de Retiro se veían esta mañana, en plena hora pico, largas filas de personas que esperaban su turno para subirse a micros ante la falta de trenes. Los colectivos no daban abasto de tanto caudal de pasajeros.

Se calcula que el paro afectó a más de un millón de pasajeros. Según el ramal, los afectados fueron 508.000 de la línea Roca, 280.000 del Sarmiento, 160.000 del Mitre, 125.000 del San Martín y 54.000 del Belgrano Sur.

En la estación de trenes Aristóbulo del Valle, de la línea Belgrano Norte, en Vicente López, cerca de las 9 de la mañana el movimiento de personas era escaso.

“Yo llegue 7.30 y no había nadie. Es como que se paró el mundo”, dijo Romina García, comerciante de la zona, donde habitualmente hay mucho movimiento de gente dado que frente a la estación ferroviaria hay una terminal de colectivos y su cercanía con la ciudad de Buenos Aires.

Julio, empleado en un puesto de diarios en la estación, confirmó que el clima estaba muy tranquilo. “Vino muy poca gente. Creo que la mayoría ya sabía y planeó alternativas”, dijo. Frente a su quiosco, la entrada a la estación se encontraba directamente cerrada.

El embudo se hizo en las paradas de colectivos, con largas filas desde temprano.

Melisa Candia se enteró del paro al salir de su casa en José C. Paz en dirección a su trabajo en Olivos. Tenía que estar allí a las 9, pero, según dijo, los colectivos de la línea 365 estaban con poca frecuencia, muy colapsados y circulaban muy lento. “Son las 9.30 y no sé a qué hora voy a llegar”, dijo.

Por su parte, Isaías, un joven de 17 años, dijo: “Es un lío todo”. Él sabía desde ayer a la noche sobre el paro, por lo que planificó reemplazar el tramo del tren San Martín por los colectivos 176 y 28. A pesar de su anticipación, no logró llegar a tiempo a su destino.

En Constitución, por ejemplo, las mujeres y hombres debían esperar unos 40 minutos para subirse a la línea 1. La medida de fuerza es por el reclamo del pago de un bono de 50.000 pesos a jubilados y pensionados.

Entre las 7 y las 8 de la mañana se vieron las colas más largas en las paradas de las diferentes líneas de colectivos.

La ausencia de disturbios o manifestaciones de enojo no impidió que para cerca de las 10.30 siguieran observándose largas filas de gente esperando abordar a un colectivo. Por ejemplo, Agustina Dos Santos, aguardaba subir a alguna unidad de la línea 45 para regresar a su hogar en zona sur tras haber llevado a su hija al Hospital General de Niños Pedro de Elizalde, conocido como Casa Cuna. “Nos enteramos del paro por la mañana antes de salir, entonces nos tomamos un Uber que nos cobró 1900, pero fue al cuete porque los médicos no fueron por el paro”, dijo.

Daniel Páez salió a las 4.30 de Ezeiza, donde vive, para entrar a trabajar a las 6 en Lanús. “Son las 11 y sigo dando vueltas todavía. Es un desastre porque incluso cuando no hay paro se viaja mal”, dijo.

Fabián Agudero llegó a paso apurado a las escalinatas de ingreso de la estación cuando se encontró con las puertas cerradas y, ante su cara de sorpresa, un comerciante le informó que no había trenes por la medida de fuerza. “Esto me cambia todo el panorama. Voy a Gerli y voy llegar tarde ahora. Supongo que me tomaré el 45 ahora”, dijo aún desconcertado por la noticia.

Desde Morón, una joven se quejaba, en diálogo con LN+, porque había salido de su casa con una hora de anticipación, ante la noticia del paro, y así y todo no alcanzaba a hacer tiempo para cumplir con sus obligaciones. “Está lleno de gente”, decía otra mujer formada en la cola para ascender a un colectivo.

En algunos casos, los pasajeros no podían ocultar su preocupación por lo que ocurrirá cuando sea el momento de retornar a sus hogares, en el horario pico vespertino: “Va a ser otro infierno”.

“Prefiero no opinar. Quiero ser educada”, reflexionaba otra pasajera, enojada con la situación. Es que la mujer sabe que perderá el presentismo en su lugar de trabajo. “Estamos presos, somos rehenes. Tenemos que llegar al médico, al trabajo. Si quieren hacer una medida que levanten los molinetes”, se quejaba otra joven. A través de las redes sociales, los habituales usuarios de los trenes dan cuenta de su malestar por la medida gremial.

Si bien en principio a la medida de fuerza también se iba a sumar la Unión Tranviarios Automotor (UTA), finalmente ese gremio acató la conciliación obligatoria. En tanto, a través de la red social Twitter, Trenes Argentinos informó a los usuarios que “desde las 00.00 de hoy, martes 8/11, no circulan trenes en el área metropolitana, ni regionales y ni de larga distancia por una medida de fuerza del gremio La Fraternidad”.

Más complicaciones para la gente

A este inconveniente con todas las líneas y ramales ferroviarios, se sumará, entre las 14 a 15, la interrupción del servicio del subte D por una protesta organizada por los metrodelegados que pretenden una reducción en la jornada laboral.

A raíz de las medidas de fuerza que afectarán a las Líneas D y E mañana martes 8/11 y el viernes 11/11, respectivamente, la empresa concesionaria Emova explicó los motivos de su rechazo. “El incremento en la cantidad de francos manteniendo la jornada diaria de 6 horas (condición que AGTSyP ha planteado reiteradamente) resulta inviable porque implica una disminución de la jornada semanal de 36 a 30 horas semanales, incompatible con una operación adecuada de este servicio esencial y por debajo de niveles razonables de productividad”, consideraron.

Informe de Josefina Gil Moreira y Valeria Musse