Leo Messi frota la lámpara y salva al Inter Miami que jugará la final de la US Open Cup

Sin duda alguna, este Leo Messi es un verdadero mago y el Inter Miami está tocado por su varita mágica. Y como era imposible lo lograron.

La noche de Cincinnati, este 23 de agosto en el TQL Stadiun en Ohio, no parecía la de Miami. El Inter perdía 2-0 con goles de Luciano Acosta (18’) y Randon Vázquez (43’), en uno de sus peores partidos, pero en la cancha estaba Messi y, sin que nadie pudiera percatarse del truco, sacó dos conejos en forma de goles para empatar el encuentro 2-2 y mandarlo al tiempo extra.

Messi esta vez no marcó, pero si colocó dos goles en la cabeza de Leo Campana (68’ y 90’+7’), quien por cierto remató muy bien ambos centros, el segundo en el último suspiro, algo que ni el mejor guion de película lo hubiese imaginado.

Ya en el tiempo extra Josef Martínez (93’) dio ventaja al Inter, pero Yuya Kubo (114)’ igualó el choque y lo mandó a la tanda de penaltis y allí el Inter se impuso 5-4 para así clasificarse a la final de la Lamar Hunt US Open Cup, que se jugará el 27 de septiembre contra el ganador de la otra semifinal entre Houston Dynamo y el Real Salt Lake.

Ningún jugador del Inter Miami falló desde los 11 metros (Messi, David Ruiz, Facundo Farías, Josef Martínez y Benjamín Cremaschi); mientras el portero de Miami, Drake Callender, detuvo el quinto penal de Cincinnati muy mal lanzado por Nick Hagglund, para alcanzar su segunda final en una semana, esta vez a costa del mejor equipo de la MLS esta temporada.

Dicen que lo que funciona no se cambia, pero este miércoles Gerardo Martino le dio un ataque de entrenador y no solo cambió el sistema de juego, de un 4-3-3 a un 5-3-2 sino que cambió a varios jugadores en un partido que se preveía durísimo y por poco le cuesta no clasificarse.

El Tata hizo debutar al defensa Tomás Avilés, quien no había disputado ni un minuto de juego, sacrificando al delantero Robert Taylor, y le costó el primero; puso a Jean Mota, recién recuperado de una lesión, por Dixon Arroyo, a un Diego Gómez que no pone una por Benjamin Cremaschi y a Leo Campana por Martínez, la única apuesta que le salió bien.

La suerte es que los jugadores de la cantera le salvaron el pellejo y sobre todo que cuenta con Messi, quien una vez más volvió a demostrar por qué es el mejor jugador del mundo.

Leo ganó, aunque fuese en los penales, su octavo juego de forma consecutiva, pero vio rota su marca de juegos consecutivos anotando (10 goles en su haber). Y que más da lo de Messi ni sus rivales se lo pueden creer.

Juego

El primer tiempo terminó 1-0 favorable a Cincinnati, pese a que el Inter dominó ampliamente el juego (62%) y disparó a puerta la misma cantidad de veces (4-4).

Pero en el fútbol la estadística más importante son los goles y eso lo consiguió el equipo local al minuto 18.

Lucho Acosta tomó en el área un rechace de Gómez tras un despeje fallido de Busquets y ante la pasividad de Avilés y la poco contundencia de Miller disparó a puerta. El disparo del delantero argentino fue desviado por el propio Miller y entró lamiendo el poste izquierdo para poner el 1-0 en el marcador.

El equipo de Miami reaccionó tibiamente, pero con el sistema que tenía y los jugadores que estaban sobre la cancha no encontró el camino para llegar a puerta y terminó los primeros 45 minutos sin ver puerta.

Para colmo en el reinicio del segundo, al minuto 53, Vázquez culminó con un gran remate cruzado un contragolpe en el que medio equipo de Miami permitiendo que el goleador estadounidense rematara solo de pierna derecha desde fuera del área.

El 2-0 fue un jarro de agua fría para el Inter, que no obstante siguió cavando y al minuto 68 encontró petróleo cuando Messi lanzó una magistral falta a la cabeza de Campana, que entró con todo y remató violentamente de cabeza a las redes, para acercar el marcador 2-1.

El equipo mejoró con los cambios, pero el tiempo se agotaba, por suerte el árbitro dio 8 minutos y al 90’+7’ Messi dio un extraordinario pase de más de 30 metros a la cabeza de Campana que esta vez remató cruzado para conseguir un sensacional empate 2-2 y mandar el juego al tiempo extra.

Nada más reanudarse el choque, al minuto 93, Cremaschi dio una gran asistencia a Martínez que sin pensarlo dos veces consiguió un remate que pasó entre los pies del portero de Cincinnati para adelantarse en el marcador 3-2.

Pero cuando parecía que Miami se llevaba el triunfo llegó al minuto 114 el gol de los locales para empatar el Juego 3-3, Kubo sacó un disparo cruzado de derecha desde el lado izquierdo del interior del área al que no llegó Callender y mandó el partido a los penaltis.

Miami ganó y ahora parecer fácil, pero los que sufrieron dirán que fue un triunfo imposible.