Las razones vitales y ancestrales por las que una tribu indígena en Arizona se opone al muro fronterizo

Donald Trump insiste con notoriedad en su plan de levantar un muro fronterizo en toda la frontera de Estados Unidos con México, pero no todas las tierras limítrofes son públicas: las hay privadas y comunitarias, y los propietarios de un amplio segmento en el límite de Arizona han dicho tajantemente que no permitirán que en sus terrenos se construya ninguna muralla.

Se trata de la nación india Tohono O’odham, cuyos miembros viven en el sur de Arizona y el norte de Sonora (México) y cuyas tierras ancestrales se extienden en esa zona en ambos países. Esa tribu ha reiterado desde hace tiempo su oposición al muro de Trump, y en general a la noción de separar físicamente sus espacios tradicionales. Y dado que su reservación en Arizona incluye unas 75 millas de frontera entre Estados Unidos y México, su oposición implica que, de concretarse, la muralla fronteriza tendría un amplio boquete en las tierras de los Tohono O’odham.

Su posición la han expresado claramente en un video publicado en YouTube.

Veronica Sam, de la tribu Tohono O’dham de Arizona, descansa junto a una estatuilla de San Francisco Javier en Magdalena de Kino, en Sonora, México, donde los Tohono O’odham celebran a ese santo. (AP)
Veronica Sam, de la tribu Tohono O’dham de Arizona, descansa junto a una estatuilla de San Francisco Javier en Magdalena de Kino, en Sonora, México, donde los Tohono O’odham celebran a ese santo. (AP)

En él, líderes de esa nación indígena explican por qué no quieren un muro en sus tierras. En principio, señalan que las barreras contra el paso de vehículos que ya existen allí en el límite con México y la cooperación mutua han sido efectivas para frenar el cruce de indocumentados en el área: las aprehensiones de migrantes han caído 84% entre 2002 y 2016.

Además, en colaboración con la Patrulla Fronteriza la nación Tohono O’odham ha decomisado un promedio anual de 313,000 libras (unos 142,000 kilos) de drogas e invertido en dos décadas más de 3 millones de dólares en seguridad fronteriza. No puede, así, decirse que esta nación india no hace su parte para enfrentar los problemas y las amenazas del crimen transfronterizo.

Eso no significa que no haya problemas, y los propios Tohono O’odham han resentido una suerte de militarización (por la Guardia Nacional) en ciertas zonas de su territorio. Y las rudas áreas desoladas y desérticas del lugar han sido escenario de muchas muertes de indocumentados en su intento de cruzar de México a Estados Unidos.

Una de las puertas en la valla fronteriza que ya existe en las tierras de la reservación Tohono O’odham limítrofes con México. (Getty Images)
Una de las puertas en la valla fronteriza que ya existe en las tierras de la reservación Tohono O’odham limítrofes con México. (Getty Images)

Pero la tribu cree que los muros no son efectivos en materia de seguridad fronteriza, y que la opción mejor es la cooperación entre comunidades y fuerzas del orden, como ellos mismos, de acuerdo a sus autoridades, han mostrado a lo largo de los años. Actualmente, además, gestionan con las autoridades federales la instalación de torres con sistemas tecnológicos de vigilancia en la frontera para que, sin separar sus tierras, se logre una mayor seguridad.

También es importante el componente histórico y cultural: las tierras de esta nación india quedaron divididas cuando, en 1853, México vendió a Estados Unidos el área conocida como ‘La Mesilla’, una amplia zona en lo que actualmente es el sur de Arizona y de Nuevo México. Así, porciones de esas tierras ancestrales quedaron separadas en dos países pero las comunidades Tohono O’odham viven y practican sus tradiciones en ambos lados: uno de sus principales santuarios se encuentra en el puerto mexicano de Magdalena de Kino, Sonora, y en el sur de Arizona, dentro de la reservación, se alza la Misión de San Javier del Bac, levantada en 1692.

La Misión San Xavier del Bac, histórica fundación católica establecida en 1692, en lo que hoy son tierras de la reservación Tohono O’odham en Arizona. Ese templo es parte de la tradición religiosa de esa nación nativoamericana. (AP)
La Misión San Xavier del Bac, histórica fundación católica establecida en 1692, en lo que hoy son tierras de la reservación Tohono O’odham en Arizona. Ese templo es parte de la tradición religiosa de esa nación nativoamericana. (AP)

Un muro fronterizo sería una ominosa ruptura de esa tradición y esa comunidad, pues las tierras, las aguas y el medio ambiente les son sagrados y vitales. Los nativoamericanos cruzan regularmente la frontera en sus labores de sobrevivencia y para el ejercicio de sus creencias religiosas y tradicionales, en especial sus entierros y las ceremonias en honor a sus ancestros. Un muro les arrebataría su historia y su futuro, y el citado video lo explica.

¿Pueden realmente, en términos legales, negarse los Tohono O’odham a que se levante un muro en sus tierras? En principio sí, pues como relató Yahoo Noticias en noviembre pasado, la construcción de una barrera fronteriza en ese lugar requiere el aval de las autoridades de la reservación india. Sin esa autorización el gobierno requeriría que el Congreso emitiera una ley que cambiara el estatus de las tierras fronterizas de esa reservación, lo que desataría fuerte oposición y se vería como una intromisión abiertamente hostil contra los derechos y el patrimonio de los nativoamericanos.

A la luz de la fuerte resistencia registrada contra el oleoducto Dakota Pipeline, la promulgación de una ley que modificara el estatus de las tierras fronterizas de los Tohono O’odham generaría un severo conflicto social.

Los Tohono O’odham quieren simplemente estar en paz y unidos, con su vida y su historia binacional, y sin muros que, además de no ser realmente útiles, desgarrarían su territorio ancestral y su forma de supervivencia.

Sigue a Jesús Del Toro en Twitter: @JesusDelToro