Donald Trump y sus fallos de protocolo con la reina Isabel II

La visita de estado del presidente estadounidense Donald Trump al Reino Unido ha estado marcada por las protestas en su contra que se realizan en la capital británica, por las alusiones a palabras insultantes del mandatario en contra de Meghan Markle, esposa del príncipe Harry, y el alcalde de Londres, y por la elegante recepción que la reina Isabel II dio al mandatario estadounidense y su familia.

Y es justo en el contexto de ese evento de gala que han llamado la atención algunas faltas al estricto protocolo y la etiqueta establecidos por la casa real británica para esa clase de encuentros que habría cometido Trump, sobre todo en sus interacciones con la reina.

Algunos criticaron que Trump chocara su copa con la reina Isabel II durante el brindis que ella hizo en su honor. (Getty Images)
Algunos criticaron que Trump chocara su copa con la reina Isabel II durante el brindis que ella hizo en su honor. (Getty Images)

Por ejemplo, se ha criticado que hacer chocar las copas como hizo Trump cuando Isabel II realizó un brindis en su honor no es precisamente lo más apropiado según la tradición (y puede dañar el cristal), pero más grave aún fue que el presidente estadounidense hubiese tocado la espalda y luego el codo de la soberana británica, algo que en el contexto del protocolo real no resulta aceptable, salvo si es la reina quien inicia el contacto.

Menciones a ese asunto cundieron en las redes sociales, y existe cierta controversia sobre si en realidad los videos disponibles muestran a Trump tocando a la reina, o si todo es cuestión de perspectiva.

Es cierto que los estadistas republicanos con frecuencia desconocen, desdeñan o encuentran exageradamente apretado el protocolo de las casas reales, y muchos critican que todo ello resulta obsoleto o hasta ridículo, pero es una solemnidad vigente y que se acostumbra tener en cuenta en la Gran Bretaña en señal del respeto a la monarca.

Con todo, como recuerda The Washington Examiner, las faltas de protocolo de Trump en esa cena son de poca monta si se compara con el beso que en 1977 el entonces presidente Jimmy Carter le dio a la reina madre. O cuando la entonces primera dama Michelle Obama, cuenta The Guardian, le dio una suerte de abrazo a Isabel II en un encuentro en Londres en 2009.

En todo caso, en la presente visita de estado de Trump ni la reina ni la Casa Real británica habrían expresado malestar por esos deslices de Trump e incluso, al menos en el caso del choque de copas, difundieron el momento en sus redes sociales.

Y, en todo caso, como señaló la revista People, el website de la casa real británica indica que “no hay códigos de conducta obligatorios durante un encuentro con la reina o un miembro de la familia real, pero muchas personas desean observar las formas tradicionales”.

Aunque no se trató de un problema de protocolo, algunos criticaron que Trump posiblemente necesita un mejor sastre, pues el atuendo que llevó en la cena de gala con la reina no le ajustaba del todo. En las redes sociales se criticó, por ejemplo, que las mangas de la levita y sus pantalones eran demasiado largos, lo mismo que el desmesurado chaleco blanco.

El traje del presidente Donald Trump, se ha comentado en redes sociales, no le ajustaba del todo bien por tener mangas, chaleco y pantalones demasado largos. (AFP/Getty Images)
El traje del presidente Donald Trump, se ha comentado en redes sociales, no le ajustaba del todo bien por tener mangas, chaleco y pantalones demasado largos. (AFP/Getty Images)

Y, como se comenta en USA Today algunos sugirieron que Trump en realidad no tendría un traje de esa naturaleza hecho a la medida.

Sea como sea, esos detalles en el protocolo lucen menores si se compara con, por ejemplo, los ataques que Trump hizo en contra del alcalde de Londres, Sadiq Khan, al que llamó “desagradable” o contra el líder laborista Jeremy Corbin al que calificó de “negativo”. Y con las considerables protestas y muestras de desagrado que miles de británicos expresaron en las calles en relación a la visita de Trump.