Las Malvinas están ahora en territorio argentino, pero... ¿son argentinas?

La argentina agrandó un 35 por ciento su espacio marítimo por una resolución de la ONU. Más allá del beneficio a nivel económico por los recursos pesqueros y en torno a otras economías del mar, una cuestión de extremada sensibilidad nacional ahora cambia: las Malvinas están ahora en aguas argentinas. ¿Qué significa esto y cómo reaccionó Gran Bretaña, Estado soberano dueño del archipiélago sureño?

(Foto: La Nación)

Malvinas para los argentinos. Falkland para los ingleses. Dos pedazos de tierra inhóspitos, alejados y con mucho frío que han generado no solo disputas diplomáticas, sino miles de muertes por una guerra en 1982. Lo cierto es que el archipiélago es un tema de mucha sensibilidad para los argentinos, desde hace años que, en distintos reclamos ante organismos internacionales, el Estado argentino viene reclamando por la soberanía de las islas. Pero un planteo en 2009 hecho por Cristina Fernández de Kirchner fue la clave para la expansión que se anunció recientemente: ahora las islas están en territorio argentino.

En primer lugar, es necesario entender qué se aprobó. La comisión de Naciones Unidas dio por bueno resultado del estudio científico y jurídico realizado por la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental (COPLA), que limitó el exterior de la plataforma continental argentina. Fue un trabajo de más de 20 años que implicó un estudio interdisciplinar entre geógrafos, oceanógrafos y juristas que analizaron por qué la plataforma marítima correspondiente a la Argentina se extendía más allá de los límites ya demarcados. La plataforma abarca ahora el lecho y el subsuelo de las áreas submarinas, extendiendo el límite del mar territorial.

La presentación argentina fue realizada en 2009 por Cristina Fernández de Kirchner. Este incluía el reconocimiento del límite exterior de la plataforma continental de todo el territorio argentino: continental, Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y Antártida Argentina. Lo que el dictamen de la ONU hizo fue ratificar los límites argentinos y la soberanía nacional sobre el Atlántico Sur.

Desde la Cancillería argentina explicaron que por esta decisión el país ahora tendrá 1.700.000 kilómetros cuadrados más (lo que representa un grueso 35 por ciento más que la superficie actual) de plataforma continental.

La implicancia política de esta cuestión técnica reconocida por la ONU es muy fuerte: sí, las Malvinas están ahora en territorio argentino. Pero eso no significa que automáticamente ellas también lo estén: Argentina tiene que seguir reclamando ante las Naciones Unidas. Argentina sigue sin poder ejercer derechos soberanos sobre ellas ni los espacios marítimos que el Reino Unido administra desde el año 1833.

La tranquilidad inglesa se vio agitada, de hecho, tras la noticia. La cancillería británica habló, en relación al informe presentado en 2009, de “recomendaciones que no son legalmente obligatorias”. Una vocera de la Oficina de Relaciones Exteriores dijo al diario argentino ‘Clarín’ que el informe oficial de la resolución aún no ha llegado a suelo inglés.

“La Comisión sobre Límites de la Plataforma continental no tiene jurisdicción (…) la propia ONU ha reconocido que la CLCS no podía y no consideró reclamos relacionados a las islas Falkland (por las Malvinas) dentro de la presentación argentina. El gobierno británico continúa sin tener la menor duda sobre la soberanía de las islas Falkland y el derecho de los isleños a determinar su propio futuro”.

Sin embargo, Argentina ganó en tres sentidos con esta resolución. En primer lugar, por una cuestión de recursos económicos (pesqueros, por sobre todas las cosas). De hecho, las acciones de las dos compañías que operan en las Islas, (Northern Falkland Basin y Rockhopper Exploration) cayeron una vez conocida la novedad. En segundo lugar, porque la ONU reconoció que la soberanía, si bien pertenece a Gran Bretaña, está en disputa. Y en tercer lugar, el país gobernado por Mauricio Macri tendrá un nuevo (y sólido) argumento para los próximos reclamos ante los organismos internacionales.

Quedará en la administración del presidente argentino, Mauricio Macri, intensificar los reclamos llevados adelante por el kirchnerismo. Las cartas están echadas y el as de picas le llegó a la Argentina cuando Cristina Kirchner abandonó el poder. Quedará en Macri la decisión de jugarlo.