Las fragancias en cosméticos y antibacteriales que pueden dañar la piel
El sentido del olfato es maravilloso. Basta con percibir un aroma para transportarnos en el tiempo hacia algún recuerdo especial, o para que sintamos placer, calma y un sinfín de sensaciones.
De hecho, un estudio realizado en 2014 del Laboratorio de Neurogenética de la Universidad Rockefeller, en Nueva York, demostró que los humanos podemos distinguir más de un billón de olores, mucho más de lo que se creía. Y cómo no va a ser mucho más si un billón suena a demasiados aromas por oler.
Parece un universo infinito fascinante para muchos consumidores que aprecian que los productos que empleamos para la limpieza, para nuestro cuidado personal nos digan algo a través de sus aromas.
Las empresas productoras de cosméticos lo saben y es por ello que en muchas de sus fórmulas se incluyen fragancias que incluso se convierten en un sello distintivo para muchas marcas. Es fascinante cómo las fragancias pueden complementar la satisfacción de una necesidad brindando una experiencia sensorial.
Champús, cremas hidratantes, antiarrugas, protectores solares, maquillaje, gel para afeitar, tónicos, son innumerables los productos que provocan por su olor más que por sus propiedades e incluso por su calidad, pero lamentablemente la fragancia no es imprescindible porque no aporta un valor concreto al producto.
Es así como, quienes tienen la piel sensible y quienes son propensos a alergias, deben preferir productos sin fragancia pues estas pueden ser muy irritantes, tanto, que incluso quienes no padecen ninguna condición pueden sufrir enrojecimiento, eczema, inflamación a causa de los componentes relacionados con el perfume en los productos.
De hecho, según el Comité Científico de Seguridad de los Consumidores de la Unión Europea, “las alergias cutáneas a los ingredientes de fragancia se producen cuando la piel del individuo se ve expuesta a una cierta dosis mínima de una fragancia alergénica, por ejemplo mediante el uso habitual de un producto cosmético perfumado. Una vez que se desarrolla una alergia, se convierte en una afección de por vida…Las alergias cutáneas a los ingredientes de fragancia suelen producirse por el uso de productos cosméticos perfumados, y con frecuencia afectan a la piel de la cara, las manos o las axilas”.
Lo que dice la etiqueta…
La mejor opción para identificar las fragancias en los productos que debemos evitar es leer los ingredientes del producto. Por lo general los ingredientes que dan olor a los productos son aceites esenciales que en su composición pueden tener otros elementos irritantes.
El mismo comité europeo elaboró una lista de sustancias alérgenas, así como también de los aceites esenciales que pueden ser dañinos par nuestra piel, entre los cuales encontramos nombres tan comunes como aceite de limón (Citrus Limonum Peel Oil), aceite de eucalipto (Eucalyptus spp. Leaf Oil), aceite de lavanda (Lavandula Officinalis Flower Oil), entre muchos otros.
Sin embargo, en esta investigación, el organismo también determinó que un nivel de 0,01% de una fragancia alergénica en un producto cosmético puede ser tolerable para la mayoría de las personas. El asunto está en que no siempre se especifica la concentración en la etiqueta.
Qué ocurre con los antibacteriales
Son fascinantes, huelen delicioso, tienen colores provocativos y dan ganas de usarlos mil veces al día. Malas noticias: no es recomendable abusar de estos productos por más inofensivos que parezcan pues también puede ser perjudicial.
La cosmetóloga Johana Méndez explica, en primer lugar, que cualquier químico que apliquemos en la piel tiene la posibilidad de ser un irritante, pero cada quien tiene condiciones y tolerancia diferentes por lo que dependerá de muchos factores que determinado producto nos cause algún daño.
Al ser estos productos especiales para las manos a base de alcohol o isopropanol se combinan otros productos como glicerina y, a veces, esta mezcla arroja olores extraños. También hay gente que no tolera el olor del alcohol, y es por esto que es frecuente que a este tipo de desinfectantes se les incorpore algo de perfume.
“El detalle está en que las fragancias, cuando se añaden en los productos cosméticos para usarse sobre piel, se usan en dos versiones: en base de aceite o solubles en alcohol. Los que vienen perfumados con aceites esenciales pudieran aumentar la toxicidad del producto porque el aceite cuenta con un potencial irritador alto. Cuando lo mezclas con una sustancia tan agresiva como el alcohol, que además debe estar en una concentración de 70% para que el gel antibacterial sea efectivo, puede ser realmente perjudicial”.
“Por otra parte, las fragancias disueltas en alcohol, pueden romper el manto hidrolipídico -la capita de grasa protectora que tenemos todos en la piel- y esto puede ocasionar que muchas de las sustancias nocivas químicas de estos productos puedan penetrar en la piel”.
La recomendación de Méndez es que, después de lavar las manos y usar antibacteriales, hidratemos nuestras manos con cremas adecuadas. Sin embargo, advierte que esto no debemos hacerlo en zonas de riesgo pues la película que queda sobre la piel al usar hidratantes puede acumular bacterias. De esta manera, si queremos oler rico, usemos por separado perfumes de otros productos cosméticos, incluyendo antibacteriales.
Para cuidar y prevenir daños en la piel, además de evitar el exceso de fragancias en productos cosméticos, es recomendable usar protector solar todos los días, mantener una alimentación balanceada que incluya nutrientes antioxidantes; seguir una rutina de cuidado diario limpiando, tonificando e hidratando la piel, y, por sobre todas las cosas, evitar el estrés.
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