Las cartas me dicen tu historia: el tarot

Las cartas me dicen tu historia: el tarot

De lunes a viernes, Alfonso de León, mejor conocido como el Arquitecto de los sueños, lee el tarot desde Venezuela para todo el mundo. En México, su programa se transmite en Cadena Tres. Su éxito radica en lo acertado de sus predicciones y la efectividad de sus consejos para que la prosperidad, el dinero o el amor invadan a un individuo y a sus seres queridos.

Con voz alegre y fuerte, el astrólogo dice en cada signo zodiacal el significado de las cartas que toma al azar, el número de suerte de ese día, el color con el que la persona debe vestirse y lo que podría suceder en los siguientes días o semanas. Principalmente, las amas de casa toman nota de lo que va diciendo y lo aplican en su vida.

¿De dónde viene el tarot? ¿Por qué se convirtió en una herramienta poderosa que tanto éxito tiene a nivel mundial? ¿Es cierto que podemos ver nuestro futuro y decidir qué y cómo pasarán todos los acontecimientos?

La práctica de tirar las cartas en la historia

No se conoce exactamente en qué región y año se creó. Los primeros vestigios se han descubierto en Egipto, China y Corea; las piezas podían o no tener imágenes. El tarot más antiguo es el de Visconti-Sforza, que fue pintado en 1432, cuando Francesco Sforza y Bianca Maria Visconti se casaron.

Está compuesto por sesenta y ocho cartas, de las cuales  sesenta y dos fueron repartidas entre la Piermont Morgan Library, la Academia Carrara de Bérgamo y la familia Colleone. Su peculiaridad radica en tres aspectos enumerados por Emilio Salas en El gran libro del Tarot (Robinbook, 2009): En El carro, aparece una mujer en lugar de un hombre, La templanza se llama La esperanza y posee una carta que no existe en otra baraja, La caridad.

El auge de esta forma de arte adivinatorio se dio en Francia, a partir del reinado de Enrique II hasta los años dorados de Luis XIII. Fueron cien años de conocer lo que deparaba el futuro a través de la baraja. Posteriormente, el Siglo de las Luces, totalmente alejado de lo que no se podía comprobar y de la intuición, causó que la lectura de las tarjetas se mantuviera relegada durante varios siglos.

¿Egipcio o de Marsella?

Los tarots más conocidos son dos: el egipcio y el de Marsella. El primero fue conocido en 1783 como el Tarot de Etteilla; lo escribió Jean-Baptiste Alliete “Etteilla”. Cuando salió a la venta, declaró que se había basado en el legendario Libro de Toth, cuyo valor radica en que posee la historia de la antigua civilización egipcia.

Está compuesto por 78 cartas (22 Arcanos Mayores y 56 Arcanos Menores). Las imágenes muestran aspectos de la vida cotidiana del Egipto regido por los faraones. Para leerlo, es necesario barajar las piezas y sacar cinco cartas, que representan lo que guía; lo que se debe aprender; la solución o los aspectos de los que depende algo; lo que nos ayudará a superar una situación y lo que sólo nosotros conocemos.

La baraja de Marsella fue creada en 1930 por Paul Marteau, mezclando las versiones del  tarot de Besançon realizadas por Grimaud y Lequart, respectivamente. Contiene 78 piezas (21+1 de Arcanos Mayores y 56 Arcanos menores, que se dividen en cuatro series de diez cartas y cuatro figuras).
Es el más utilizado por los cartomantes en todo el mundo; resalta por sus colores vivos y el significado que se provee a los números (los Mayores representan aspectos de los seres vivos y el mundo material. Los Menores muestran principios filosóficos para entender el universo). Su lectura se hace a través de tres cartas; muestran los rubros materiales, la intuición y el cambio.

Controlar lo incontrolable: el porvenir

La búsqueda imparable de las personas por evitar sufrir y encontrar la felicidad, es parte importante para que la lectura de cartas sea vital en cualquier sociedad. Pero, ¿dónde está su capacidad de atracción? Vanessa Bell en el libro The art of Reading the Tarot (Robinbook, 1999) explica que los psicólogos han llegado a la conclusión de que “lo importante no es lo que dice el tarot, ni lo que se interpreta de los dibujos de las láminas, sino lo que desencadenan sus símbolos en el interior del consultante… Se trata de signos que penetran en la psicología interna del individuo, asaltan su subconsciente y se mueven en zonas cartográficas de la mente que no están en el espacio y tiempo que creemos vivir”.

Por otra parte, Georges Morin en el texto El tarot intuitivo del siglo XXI (De Vecchi, 2012) dice que este periodo ayudará a reposicionar a la baraja como una herramienta para exaltar los valores humanos, con el propósito de encontrar el equilibrio personal. No obstante, todavía hay algunos escépticos que aseguran que las cartas son una charlatanería y que cada quien construye su propio destino. Ustedes, ¿qué opinan?