Buscan regular el peor enemigo de tus comidas (y no es el azúcar)
Con el afán de aminorar la cantidad de sal que cada día consumen los estadounidenses –y con ello reducir los padecimientos asociados a ello– la Administración Federal de Alimentos y Medicamentos (FDA) decidió emitir una serie de nuevos lineamientos que, como comentó The New York Times, podrían conducir a salvar miles y miles de vidas.
El llamado de la FDA a las compañías del sector alimenticio y de los restaurantes tiene como meta reducir los 3,400 miligramos de sal diarios que las personas consumen en promedio en el país a 2,300 miligramos al día, y para ello se propone hacer bajar la cantidad de sal incluida en cerca de 150 categorías de alimentos procesados, de acuerdo a The Wall Street Journal. Los platillos de los restaurantes también están incluidos en este esfuerzo.
Sopas, pizzas, carnes frías, panes y un sinnúmero de botanas, bocadillos y demás productos que se venden en tiendas y supermercados están en la mira, en el entendido de que un consumo elevado de sodio, elemento presente en cantidades sustanciales en los alimentos procesados, conduce a que las personas desarrollen mayor propensión a desarrollar hipertensión y, con ello, una amplia variedad de padecimientos, algunos de ellos potencialmente letales como el ataque cardiaco o el infarto cerebral.
Los estadounidenses consumen actualmente un 50% más de la cantidad de sal recomendada en la dieta. (AP)
Pero los nuevos lineamientos, que señalan que los fabricantes de alimentos procesados tendrán dos años para comenzar a reducir los niveles de sodio en sus productos y una década para hacer reducciones adicionales (que requieren en gran medida una reformulación completa del producto), no serán obligatorios sino voluntarios, lo que le quita filo a las disposiciones pero representa un avance de todos modos.
Como señalaron testimonios recogidos por el Times, las recomendaciones son útiles aunque no son obligatorias porque se crearán con ellas puntos de referencia con los cuales medir el manejo de la sal en los alimentos procesados, pues quedará evidente qué empresas y qué productos se distinguen por su menor contenido de sal y, presumiblemente, podrían resultar beneficiados de una mayor demanda en comparación con la de los alimentos más salados.
Miles de alimentos procesados y platillos en restaurantes tienen altas cantidades de sal en su formulación. (Vox.com)
Y, además, los lineamientos de la FDA en cierto modo siguen a reducciones anteriores ya hechas por las propias empresas y restaurantes, que por su propia cuenta han decidido reducir, o afirmado que lo harían, los niveles de sal en sus productos. Con todo, aún hay reticencias como la de la Asociación de Fabricantes de Comestibles, quien de acuerdo al Times consideró que aún hace falta más investigación para establecer cuál es la ingesta adecuada de sal para una persona y, en concordancia, para determinar la cantidad de sodio que debe ser incluida en un alimento, sea este vendido en estanterías de un supermercado u ofrecido en el menú de un restaurante.
Esta iniciativa resulta importante porque, a fin de cuentas, el objetivo general es lograr por un lado una concientización general de la población en favor de un menor consumo de sal y, por el otro, contar en el mercado con productos con niveles de sodio cada vez menores y no solo en las variantes “bajas en sal” o “low-sodium” que ya se miran en muchos supermercados, sino como una situación general.
Actualmente, de acuerdo a la propia FDA, los estadounidenses consumen 50% o más de la sal recomendada por los expertos, y estudios científicos han concluido que reducir esa ingesta en 40% contribuiría a salvar 500,000 vidas en la próxima década y a evitarse gastos médicos del orden de los 100,000 millones de dólares.
Así, un grano de sal menos en la dieta es un grano de arena a favor de la salud pública.