La travesura del príncipe George que acabó en llanto

El príncipe George, el primogénito de Kate Middleton y el príncipe Guillermo, es aún muy pequeño y aunque sea el tercer heredero al tono británico hace travesuras como cualquier niño de su edad. La última trastada del pequeño príncipe ha sido precisamente durante la imponente boda de su tía Pippa Middleton con James Matthews, donde el pequeño hacía con esmero su papel de “paje”.

Príncipe George / Kate Middleton (Gtres)
Príncipe George / Kate Middleton (Gtres)

Pero como todo niño de 3 años en algún momento dejas de cumplir tu papel y te saltas el guión. Eso fue lo que le pasó a George y al hijo de Kate la travesura le costó una buena regañina de su madre. George acabó llorando desconsoladamente un buen rato a la salida de la iglesia. ¿Pero, cúal fue la trastada?, ¿y por qué la hizo? Pues resulta que la culpa la tuvo en realidad nada menos que su hermana pequeña la princesita Charlotte.

Príncipe George
Príncipe George

Más que culpable vamos a decir que la pequeña Charlotte fue la causante, o la incitante a la travesura de su hermano. Resulta que George estaba desarrollando su tarea como paje con toda tranquilidad hasta que se dio cuenta de que su hermana pequeña estaba situada justo encima de la cola del vestido de novia de su tía Pippa. Charlotte estaba directamente pisando con ambos pies la cola del fabuloso diseño de Giles Deacon. Aquella situación de Charlotte sobre la cola del vestido, le debió parecer al pequeño George divertida, o incluso emocionante, tenemos que situarnos en la mente de un crío de 3 añitos. El asunto es que george decidió entonces imitar a su hermana y también se colocó sobre la cola del vestido de Pippa.

Príncipe George
Príncipe George

En ese momento, Kate Middleton se dio cuenta del desastre. Había que evitar inmediatamente que sus dos hijos estuvieran sobre el vestido de la novia. Las consecuencias si se movía Pippa hubieran podido ser desastrosas. Kate cogió a Charlote y a George rápidamente por las manos y los alejó del bello vestido protocolario. Tras retirar a sus hijos del peligro vino la regañina. Y tras la regañina George salió llorando. Charlotte no, Charlotte siguió tan tranquila. Quizá porque Kate regañó más a George por ser más mayor y considerarle más responsable, o quizá porque la pequeña Charlotte se toma menos a pecho los enfados de su madre.

De una u otra manera, como se dice “la sangre no llegó al río”, y pasados unos minutos de tristeza y berrinche, George retomó su alegría y sus juegos junto al recto de los invitados más pequeños de la boda de Pippa Middleton. Cosas de críos.