La terapia online no alivia la depresión

Por Lisa Rapaport (Reuters Health) - La terapia asistida por computadora no aliviaría la depresión en las personas en tratamiento con consejería o fármacos, según sugieren los resultados de un estudio de Reino Unido. Los autores organizaron a 700 pacientes en tres grupos: uno recibió la terapia habitual y los otros dos grupos utilizaron uno de dos programas terapéuticos online combinados con la terapia habitual. A los cuatro meses, el 44 por ciento del primer grupo y el 50 por ciento de los otros dos grupos seguían conviviendo con la depresión. Por lo menos una parte del problema con la terapia asistida por computadora es que muchos pacientes asignados a este tipo de atención complementaria dejaron de utilizarla. "La computadora permite administrar la autoayuda por un medio más interactivo y, quizás, más accesible que otras formas de autoayuda", dijo el autor principal, Simon Gilbody, de la University de York, Reino Unido. "El mensaje de nuestro estudio es que la adhesión al uso de la tecnología fue muy baja. Esto genera preocupación por el uso de esos tratamientos con otras enfermedades", agregó. Su equipo probó dos versiones de la terapia cognitivo conductual asistida por computadora: un programa gratuito llamado MoodGYM y una versión paga, Beating the Blues. En la revista BMJ, el equipo publica que los participantes estaban clínicamente deprimidos y se excluyó a los candidatos con tendencia suicida, con pensamientos psicóticos, depresión posparto o duelo por la pérdida de un ser querido. Todos los participantes podían acceder a antidepresivos, consejería, servicios de psicología y otros cuidados de la salud mental. Los usuarios de la terapia online recibieron asistencia técnica para el uso del software y llamados semanales para alentarlos a utilizarlo. Beating the Blues incluye un video introductorio de 15 minutos seguido de ocho sesiones de terapia online de 50 minutos cada una, mientras que MoodGYM posee cinco módulos interactivos de uso semanal. A los cuatro meses, un cuarto de los participantes abandonó el estudio. Sólo uno de cada seis pacientes completó las sesiones online asignadas. Para los autores, a pesar de las limitaciones, los resultados sugieren que pagar por un software no tiene sentido porque las versiones gratuitas funcionaron tan bien como las versiones pagas. FUENTE: BMJ, online 11 de noviembre del 2015.