La secta satánica atea que logró lo impensable en EEUU: el estatus de iglesia

Símbolo del Templo Satánico (Foto Yahoo)
Símbolo del Templo Satánico (Foto Yahoo)

Son ateos, individualistas y rechazan la existencia de lo sobrenatural. Sin embargo, el Templo Satánico (Satanic Temple) fue reconocido como una religión de pleno derecho por el gobierno estadounidense a pesar de las críticas de los grupos cristianos conservadores.

Y al mirarlos bajo la lupa, los seguidores del Templo Satánico parecen ser el ejemplo vivo que no todo es lo que parece.

Aunque algunos usan cuernos y una extravagante vestimenta negra, los seguidores del Templo Satánico rechazan la violencia. La misión publicada en su página web es “estimular la benevolencia y la empatía entre todas las personas, rechazar la autoridad tiránica, promover la práctica de la justicia y el sentido común y ser guiados por la conciencia humana para emprender actividades nobles impulsadas por la voluntad individual”.

Los satanistas parecen ser todo lo contrario a lo que parecen: patriotas, bondadosos, éticos, igualitarios. (Huffpost)
Los satanistas parecen ser todo lo contrario a lo que parecen: patriotas, bondadosos, éticos, igualitarios. (Huffpost)

Los postulados del Templo Satánico y las declaraciones públicas de su portavoz Lucien Greaves son diametralmente opuestos a la idea generalizada que se tiene sobre los satanistas, como personas que torturan, matan y promueven el mal en honor a la idea del dominio de las creencias cristianas.

Por el contrario, los satanistas no creen fuerzas sobrenaturales del bien o el mal y consideran a la ciencia como su única fuente de conocimiento. Se oponen por completo a los métodos de sanación alternativos y denuncian a sus practicantes como nocivos y fraudulentos. Y tampoco aceptan personas que deseen pertenecer a un grupo de brujería o de magia negra.

Paradójicamente, la sede del Templo Satánico está en Salem, una ciudad de unos 40 mil habitantes ubicada en el norte de la costa atlántica de Estados Unidos, que se hizo célebre por los juicios contra la brujería a finales del siglo XVII, con 150 acusados y una veintena de colgados por tener vinculaciones demoníacas.

El portavoz del Templo Satánico, Lucien Greaves, reconoce que no sabe cómo afectará el nuevo estatus fiscal a su organización. (Foto Rolling Stones)
El portavoz del Templo Satánico, Lucien Greaves, reconoce que no sabe cómo afectará el nuevo estatus fiscal a su organización. (Foto Rolling Stones)

Los satanistas no creen en Satán, ente o persona con poderes extraterrenales. Usan la figura de Satán como el símbolo máximo del individualismo. Para ellos, la moral y los valores son elaboraciones culturales que nada tienen que ver con mandatos divinos.

Motivaciones mundanas

Los detractores del Templo Satánico lamentan que sea el Servicio de Rentas Internas de Estados Unidos (IRS, según sus siglas en inglés) sea el ente que decide si una organización cumple con los requisitos para ser catalogada como una iglesia.

Aunque no creen en dios ni en el diablo, se trata del cuarto grupo satanista en recibir el estatus de exención fiscal que se otorga exclusivamente a las iglesias.

La primera polémica decisión ocurrió hace poco más de 40 años, cuando en 1976 el Templo de Set recibió el beneficio de no pagar impuestos siempre y cuando se adhiriera a los reglamentos fiscales estadounidenses. En 1980 le tocó el turno a Lilith Grotto y en abril de 2019 el Ordo Sororitatis Satanicae fue incluido en la listas de las iglesias reconocidas por el IRS.

Una de las excepciones más notorias es la Iglesia de Satán, la más antigua y más popular de los grupos satánicos, fundada en 1966 por Anton Szandor LaVey, quien consideraba que las iglesias debían pagar tributos y por lo tanto no ha buscado ser incluida como una religión formal por las autoridades fiscales.

El fundador de la Iglesia de Satán, Anton LaVey, junto a la actriz Jayne Mansfield, quien obtuvo el título de “Alta Sacerdotisa de la Iglesia de Satán en San Francisco en 1966. (Ozy).

Pero no todos sus afiliados tenían la misma opinión de LaVey. Un satanista llamado Martin Lambers intentó disfrazar un lucrativo negocio sexual bajo los hábitos religiosos pero fracasó de manera rotunda. Abrió una “abadía” satánica en el célebre distrito rojo de Amsterdam, Holanda, donde los visitantes pagaban por mirar a “monjas satánicas” realizar actos sexuales.

Lambers alegaba que sus actividades debían estar exentas de impuestos porque los actos sexuales eran en realidad actividades religiosas y el dinero desembolsado no eran pagos sino donaciones. Tras décadas de luchas legales, un tribunal declaró en 1987 que la abadía era un club de sexo y no una institución religiosa. A Lambers no le quedó más remedio que pagar una deuda millonaria en tributos no declarados.

¿Una iglesia para ateos?

Tradicionalmente, las religiones son sistemas de creencias vinculadas con una deidad o algún tipo de espiritualidad. Y las iglesias son grupos de personas que profesan una religión.

Pero para los estadounidenses, 2 más 2 no siempre son 4. En Estados Unidos, a una iglesia no la definen sus postulados teológicos sino la lista de requisitos del IRS.

Los que defienden que las iglesias no deben pagar impuestos consideran que son organizaciones sin fines de lucro que luchan por el bien de toda la sociedad. Su impacto en una comunidad puede ayudar a elevar la escolarización, reducir el crimen y promover la tolerancia.

La gran interrogante es si el Templo Satánico es una buena influencia para la sociedad. Y seguramente no existirá una única respuesta sobre el tema. Pero para el IRS, la organización cuenta con todas las características de una iglesia.

El Templo Satánico demandó en 2018 a Netflix por copiar la imagen de Baphomet, una figura antropomórfica, mitad hombre, mitad cabra cuyo original dicen les pertenece, como parte de la escenografía de la serie Sabrina. Luego de meses de negociaciones, la empresa de streaming llegó a un acuerdo de 38 millones de dólares con los satanistas .
El Templo Satánico demandó en 2018 a Netflix por copiar la imagen de Baphomet, una figura antropomórfica, mitad hombre, mitad cabra cuyo original dicen les pertenece, como parte de la escenografía de la serie Sabrina. Luego de meses de negociaciones, la empresa de streaming llegó a un acuerdo de 38 millones de dólares con los satanistas .

Todas las iglesias aprobadas por el IRS deben ser exclusivamente sin fines de lucro, los ingresos no deben beneficiar directamente a individuos o accionistas, ningún porcentaje de sus ingresos deben estar dirigidos a influenciar al poder legislativo, no puede intervenir en campañas políticas y las actividades que propone no deben ser ilegales o violar las políticas públicas.

A los que preguntan por qué el Templo Satánico es una religión si no cree en lo sobrenatural, sus miembros responden que la idea de lo sobrenatural es ignorante, retrógrada y ofensiva para un creyente. “El satanismo ofrece todo lo que una religión debe ofrecer sin estar atado de manera obligatoria sin los asuntos imposibles de alcanzar de las creencias basadas en la fe”.

¿Farsa o realidad?

El Templo Satánico tiene detractores dentro de los satanistas. La Iglesia de Satán, por ejemplo, dice que no pertenece al satanismo sino que es un grupo de activistas satíricos que usan las vestimentas y el lenguaje satánico para recibir la atención de los medios y el público.

Otros opinan que al igual que Lambers en Holanda, Greaves intenta disfrazar algún tipo de actividad económica camuflageada como iglesia para no pagar impuestos.

Los miembros del Templo Satánico dicen que el público “está tan seguro de la idea de que sólo hay una voz monolítica en la agenda religiosa que cualquier intento de ejercer un contrapeso o darle voy a una minoría, generalmente es visto como un acto de provocación contra la autoridad que disfrutan de los tradicionales privilegios religiosos”.