La razón por la que Australia ha decidido sacrificar a millones de gatos salvajes

¿Quién se puede resistir ante la presencia de un peludo y hermoso gatito? Para muchos son animales tiernos y apachurrables, pero para los habitantes de Australia no siempre es así, e incluso les han declarado la guerra a los llamados gatos salvajes.

Un gato salvaje con una cacatúa abanderada en sus fauces, en Australia. (Wikimedia Commons)
Un gato salvaje con una cacatúa abanderada en sus fauces, en Australia. (Wikimedia Commons)

Están tan decididos que, para el año 2020, esperan matar a dos millones de gatos salvajes, de los seis millones que hay actualmente. Pero, ¿qué daño están haciendo para que quieran acabar con ellos?

Lamentablemente sí hay una poderosa razón que está obligando al gobierno a tomar esta drástica decisión: los felinos se comportan como verdaderos asesinos. Son culpables de la extinción de más de 20 especies de mamíferos, convirtiéndose así en la mayor amenaza para las especies nativas de Australia, de acuerdo con datos de CNN.

Gatos salvajes, la plaga que es necesario erradicar

El número de gatos salvajes ha crecido tanto que se estima que pueden cubrir 99.8% del país.

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Por su parte, el Departamento de Medio Ambiente y Energía de Australia asegura que este número tan impactante de gatos salvajes amenazan la supervivencia de más de 100 especies nativas en Australia, sobre todo aquellas que están en peligro de extinción como el bilby, bandicoot, bettong y numbat.

El bettong, una de las especies amenazadas por los gatos salvajes. Foto: News 18
El bettong, una de las especies amenazadas por los gatos salvajes. Foto: News 18

“Muchos animales nativos luchan por sobrevivir, por lo que reducir el número de especies cazadas por este depredador permitirá que sus poblaciones crezcan”.

Además, se señala que no sólo es en beneficio de los animales, sino para los humanos también, ya que los gatos salvajes pueden transmitirles enfermedades infecciosas a animales nativos, ganado doméstico y al ser humano.

Cebos, la estrategia planeada para acabar con ellos

La forma en que Australia ha planeado para reducir el número de gatos salvajes es la colocación de cebos en todos los hábitat donde se encuentra esta especie, como bosques, praderas, humedales y zonas áridas.

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Pero no es cualquier cebo, de acuerdo con un reportaje del New York Times e informes del mismo Departamento de Medio Ambiente y Energía de Australia.

El llamado Eradicat está elaborado con carne de canguro, grasa de pollo y una mezcla de hierbas y especias, junto con un veneno, llamado 1080, derivado de las plantas de gastrolobium y altamente letal para los animales, como los gatos, pero inofensivo para las especies nativas que han desarrollado resistencia a la toxina.

Asimismo, en los estados del norte y este de Australia, el Departamento de Medio Ambiente ha desarrollado nuevos cebos para gatos salvajes que están diseñados para minimizar o eliminar cualquier peligro que puede significar para las especies de vida silvestre.

Estos son Curiosity (pequeña salchicha a base de carne que contiene un pequeño gránulo de plástico duro que encapsula una toxina humana llamada para-aminopropiofenona o PAPP) y Hisstory (pequeña salchicha parecida a la anterior pero con la toxina fluroacetato de sodio o 1080)

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Normalmente, los cebos son colocados o arrojados sobre la tierra, para que los gatos salvajes los vean fácilmente, pues no suelen desenterrar a sus presas. Además, como los gatos no tienen dientes molares y tienden a masticar menos su comida, están diseñados para que traguen las porciones de salchicha y el sedimento que tienen se disuelva en el estómago del gato de una forma más rápida.

Otras medidas más crueles

Sin embargo, los cebos no es la única medida que los habitantes de Australia usan para acabar con esta plaga felina. De acuerdo con CNN, en el estado nororiental de Queensland hay un consejo que ofrece una recompensa de 10 dólares por la piel de un gato salvaje, una política que los defensores de PETA han criticado como “cruel”.

De manera que la guerra está declarada. Queda por ver si tendrá algún otro tipo de impacto en el ecosistema australiano.