La plaga que acaba con los electrónicos y la cordura humana en Texas
Las llaman ‘locas’ pero quizá la locura la padecen más los seres humanos que se cruzan en su camino y sufren sus singulares estragos.
Se trata de las grandes enjambres de hormigas de la especie Nylanderia fulva, comúnmente conocidas como ‘hormigas locas’, que existen en inmensas cantidades en Sudamérica (de donde son originarias) y que se han expandido desde hace años en Estados Unidos, al grado de que tienen ya presencia en todos los estados de la costa del Golfo de México.
Como relata el periódico The Washington Post, desde 2002 se ha identificado un notable aumento de la cantidad de hormigas locas y sus enjambres se mueven constantemente colonizando nuevas áreas del país. Y Texas sería el estado que actualmente enfrenta más afectación.
Aunque el avance de estos insectos es relativamente lento, no hay quien las detenga ni frene sus estragos cuando infestan casas y edificios. Uno de los daños más notorios que estas hormigas causan a su paso es la destrucción de aparatos electrónicos e infraestructuras eléctricas. Por alguna razón esos insectos tienden a concentrarse en esos equipos y han sido causa, como indica el Post, de cortocircuitos por daño al cableado eléctrico y de la destrucción de celulares, televisores y otros equipos ya sea por causarles corrosión o porque dentro de ellos quedan acumuladas ingentes cantidades de hormigas. Todos los aparatos electrónicos de un parque industrial en Houston sufrieron daño perpetrado por las ‘hormigas locas’.
Un celular inteligente, así, estaría sentenciado ante un pelotón de ‘hormigas locas’.
Y muchas personas en áreas como Pearland, al sureste de Houston, se han visto abrumadas por el ataque de enjambres de esos insectos, como relata el Austin American Statesman. Ese periódico narra casos de viviendas infestadas, y aunque se les ha atacado con insecticidas e incluso se les ha retirado con aspiradoras en enormes cantidades, los insectos reaparecen al poco tiempo.
Estas hormigas tienen, por añadidura, otras peculiaridades además de su proclividad a destruir los bienamados artilugios de la tecnología digital. Al parecer viven en colonias muchas veces más densas que otros tipos de hormigas, con varias reinas en una misma colonia, y por ello sus enjambres serían, en su caso, mucho más numerosos y destructivos. Además, las ‘hormigas locas’ profesan un odio singular contra otras hormigas, en especial las llamadas ‘Fire ants’ (‘Hormigas de fuego’), notorias por su poderoso veneno y las rudas picaduras que provocan.
Ambas clases de hormigas están en una suerte de guerra a muerte en el que las ‘locas’ tendrían una ventaja: son capaces de segregar una sustancia, ácido fórmico, capaz de neutralizar el veneno más poderoso de las ‘fire ants’ y por ello han logrado desplazar de su hábitat a su rival más ponzoñoso. Y otros seres, como arañas y otros insectos, también sucumben cuando se topan con el masivo empuje. Al menos, en Texas, no habría ningún otra especie de insecto (como sí sucede en Sudamérica) capaz de competir y con ello contener naturalmente a las ‘hormigas locas’.
Son tan persistentes y dañinas que muchos añoran, como se comenta en el Statesman, a las desplazadas ‘Fire ants’, que de por sí ya eran una molestia pero ahora parecen mucho más tolerables. Y, si les preguntaran, las ‘Fire ants’ presumiblemente expresarían su total rechazo a sus locas competidoras.
Así, la lenta pero imparable marcha de las ‘hormigas locas’ prosigue en Estados Unidos. Ya están presentes en Texas y en los estados del área del Golfo y en 2016 se establecieron en Carolina del Sur. En tanto, dado que las ‘hormigas locas’ resisten y se recuperan rápidamente ante fumigación o destrucción física, científicos de la Universidad de Texas están investigando soluciones alternativas para enfrentar esta plaga: un hongo capaz de crecer en los cuerpos de las hormigas hasta rápidamente exterminar a la colonia o una mosquita que deposita huevos en la cabeza de las ‘hormigas locas’, que mueren devoradas desde dentro por la larva resultante (una técnica que ha sido usada con variantes contra las ‘Fire ants’).
Con todo, aún es pronto para saber si esas soluciones biológicas son viables y no nocivas para otras especies, por lo que aún queda mucha locura humana por sufrir en las áreas infestadas por la singular hormiga Nylanderia fulva.