La ‘nueva Guerra Fría’ entre Estados Unidos y Rusia

La tensión entre Estados Unidos y Rusia ha escalado recientemente a niveles no vistos en años, y dadas las actuales circunstancias en las relaciones bilaterales y el contexto de Siria y Europa Oriental la confrontación podría mantener su alta temperatura por lo menos hasta las elecciones presidenciales estadounidenses del 8 de noviembre próximo.

La aparente hondura de los desencuentros ha motivado afirmaciones de que el mundo estaría entrando en una nueva Guerra Fría que confronta a Rusia con Occidente y, en casos extremos, se ha llegado incluso a afirmar que se podría desatar una confrontación mucho más caliente.

Según ABC News, en la televisión estatal rusa se han deslizado recientemente preguntas a la audiencia sobre si conoce la ubicación del refugio más cercano en caso de una guerra nuclear. Medios británicos como Daily Mail incluso han difundido la versión de que Rusia habría ordenado a sus diplomáticos traer de vuelta a su país a sus familiares en el extranjero ante el riesgo de guerra, afirmaciones que según la cadena Russia Today el Kremlin ha desmentido.

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Las relaciones entre los gobiernos de Putin (Rusia) y Obama (Estados Unidos) se encuentran en un nivel de tensión bilateral no visto en muchos años. (AP)

Desde hace ya varios años el presidente ruso Vladimir Putin ha emprendido una agresiva política exterior, que estaría orientada a restablecer la posición de Rusia como una potencia mayúscula en el contexto internacional. La ocupación y anexión de Crimea (que era parte de Ucrania) y su ruda intervención en Siria en apoyo del gobierno de Assad son dos ejemplos en los que Putin habría optado por mostrar el músculo ruso y mandar un áspero mensaje a Occidente.

Eso mientras el diálogo entre Washington y Moscú se deteriora y, en el contexto de la campaña presidencial estadounidense, Rusia y Putin han aparecido como factores de hostilidad y de reproche, incluso con señalamientos de fuentes oficiales estadounidenses de que detrás de la irrupción y robo de mensajes de cuentas de correo electrónico vinculadas al Partido Demócrata podrían estar implicados ‘hackers’ rusos o apoyados por Rusia.

Y en la retórica de campaña es usual que Hillary Clinton y Donald Trump recurran a la figura de Putin para atacarse mutuamente, al grado de que recientemente una de las arenas de la discusión propagandística más recurridas es la de tratar de mostrar qué candidatura está más entremezclada con intereses cercanos al mandatario ruso.

Putin, en tanto, no se estaría limitando al papel de espectador. Por un lado Moscú ha negado tener relación con los ciberataques al Partido Demócrata y rechazó las afirmaciones de que busca interferir con las elecciones estadounidenses, pero ha dado pasos inquietantes de carácter militar: Rusia desplazó misiles de capacidad atómica al enclave de Kaliningrad, fronterizo con Polonia, y previamente se ha constatado la devastación causada por ataques contra la ciudad siria de Aleppo, en la que fuerzas rusas habrían participado en apoyo al régimen de Assad y en contra de las fuerzas rebeldes en esa ciudad. La tremenda mortandad de civiles allí sucedida ha consternado al mundo, pero la actitud rusa en Medio Oriente parece ser de una intervención creciente.

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Rusia desplegó sistemas móviles con capacidad de lanzamiento de misiles nucleares en Kaliningrad, enclave ruso cercano a Polonia. (Dig24.ro)

Rusia por su parte tiene sus propias quejas, como el fortalecimiento de la capacidad militar de la OTAN en Europa oriental. Las afirmaciones del secretario de Estado John Kerry de que los gobiernos de Rusia y Siria podrían encarar investigaciones por crímenes de guerra por sus ataques contra civiles habría sentado mal en Moscú, si bien no son sino el reflejo del sentir de muchos en las capitales de Occidente.

El presidente de Francia, François Hollande, por ejemplo, mostró su disgusto con los bombardeos rusos en Aleppo al señalar que solo recibiría a Putin, quien tenía una visita programada a París para inaugurar una nueva catedral de la Iglesia Ortodoxa, construida con apoyo financiero ruso, para hablar sobre Siria. El gobierno ruso reprochó esa actitud de Hollande y en general voces desde Rusia acusan a Estados Unidos y a sus aliados europeos del deterioro de sus relaciones dada su actitud ante la implicación de Moscú en Siria y Ucrania.

La confrontación ha llegado a tal nivel que, como relata CNN, Mikhail Gorbachov, el último premier de la Unión Soviética, ha pedido que se reactive el diálogo y se frene la escalada de tensiones, que encuentra peligrosa. En ese contexto, como comenta Reuters, Kerry y el ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, se reunirán en Suiza el próximo sábado para discutir la situación en Siria.

Así, aunque la temperatura del desencuentro entre Washington y Moscú ha alcanzado ciertamente niveles no vistos en muchos años (algunos señalan que no se había dado nada similar desde el fin de la Guerra Fría en la década de 1990), y ha cundido cierta histeria (como las alusiones a una “guerra nuclear”), expertos encuentran poco probable que vaya a suscitarse una confrontación bélica a gran escala entre Estados Unidos (y sus aliados) y Rusia, si bien Putin al parecer mantendría su puño firme y su apuesta de elevar el perfil de Rusia justo cuando Estados Unidos se encuentra en un cierto impasse por su acalorada elección presidencial.

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Los ataques de la aviación rusa y del régimen sirio contra la ciudad de Aleppo, bastión de rebeldes en Siria, han causado enorme mortandad civil y consternación entre la comunidad internacional. (AFP)

Ciertamente, como señala Business Insider, Moscú ha advertido que ataques aéreos occidentales contra fuerzas del gobierno sirio enfrentarían una respuesta armada de Rusia, y del lado estadounidense, sobre todo desde el Partido Republicano, se hacen llamados a añadir fortaleza estadounidense en el caso de Siria. Con todo hay en ello una suerte de esquizofrenia pues mientras Donald Trump llegó en el segundo debate a destacar que los ataques rusos en Siria son, según él, para destruir al terrorista Estado Islámico, su candidato a vicepresidente, Mike Pence, expresó que apoya acciones militares estadounidenses en Siria para frenar el bombardeo ruso de Aleppo.

En contraste, por años Washington se ha mostrado renuente a intervenir de modo mayor en Siria (salvo en sus ataques aéreos contra el Estado Islámico) y tanto la campaña de Trump como la de Clinton han usado la noción de tener nexos con Putin como carta de desprestigio mutuo.

Moscú, ante ello, podría buscar sacar provecho del río revuelto actual en espera de negociar desde una posición de fuerza con quien al final ocupe la Casa Blanca tras la elección presidencial del 8 de noviembre.

Sea como sea, las tensiones presentes y sus peligros son indeseables y es inquietante que la presente escalada y su necesaria distensión tengan como coprotagonistas a figuras tan conflictivas y escenarios de alta incertidumbre. Y es desolador que el telón de fondo sea la tragedia de la población civil de Aleppo, y que hasta ahora la diplomacia no haya sido capaz de frenarla.

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