La mujer que ha convertido su enfermedad cutánea en una obra de arte

Ash Soto lleva toda la vida aguantando comentarios sobre su aspecto físico. A los 12 años los médicos la diagnosticaron de vitiligo, una enfermedad degenerativa cutánea que provoca la desaparición de la pigmentación de la piel.

Su problema cutáneo apareció a la vez que la adolescencia, por lo que tuvo que soportar todo tipo de acoso escolar. Pero lo que más le dolió no fue ningún insulto o broma de pésimo humor, sino el comentario de una niña que le preguntó si se había duchado en lejía. Ash no pudo recibir la pregunta en peor momento: lo hizo cuando se encontraba en bikini y rodeada de sus amigos, lo que contribuyó a la humillación.

Hoy en día, Ash ha desjado de ser la púber insegura que fue. Ahora es una mujer de 21 años que no se avergüenza de su piel. Es más, está decidida a sacar partido de lo que la diferencia de los demás. Y por eso utiliza su propio cuerpo como lienzo y comparte sus creaciones en su cuenta de Instagram.

“Me ha llevado mucho tiempo compartir mi verdadero yo. Y he decidido compartirlo con los demás tras ser consciente que podría manejar la reacción que va a despertar”, asegura en declaraciones concedidas a la web A Plus

Ash Soto tiene más de 90.000 seguidores en la red social de fotografía. En su perfil se pueden ver imágenes en las que sus manchas han sido destacadas como si fueran piezas de un puzzle. En otras se pueden apreciar complicados dibujos que se superponen o mezclan con su vitiligo. Y en todas se aprecia lo mismo: una mujer absolutamente segura de sí misma.

Todas sus publicaciones forman parte de un proyecto artístico que ella ha llamado ‘Las crónicas de las marcas’. Su intención es la de compartir con el mundo un mensaje de amor propio y orgullo para que otras personas con inseguridades se acepten a sí mismas. Un mensaje positivo que ella ejemplifica a la perfección.