“La marihuana salvó mi embarazo”: ¿Cuán segura es la marihuana para las futuras madres?

Illustration: Erik Mace for Yahoo Beauty
Ilustración: Erik Mace para Yahoo Beauty

Melissa Vaughn, una madre ama de casa de 37 años que vive en Boston, cree que los brownies salvaron a su bebé. Específicamente, los brownies de chocolate esponjosos de Betty Crocker con mantequilla de marihuana.

Antes de preparar su primera hornada, probó todas las opciones que pudo encontrar para aliviar su severa enfermedad matutina, conocida como hiperémesis, la cual comenzó alrededor de la cuarta semana del primer trimestre de embarazo y fue empeorando progresivamente.

“Vomitaba constantemente”, le comentó Melissa (aunque este no es su verdadero nombre) a Yahoo Vida y Estilo. “No podía retener ningún alimento, ni siquiera el agua. Estaba completamente incapacitada, en cama, no podía hacer nada. En siete días perdí 5,5 kilos”.

Desesperada por encontrar una solución, Melissa visitó a su obstetra, quien le prescribió recetas para varios medicamentos, entre ellos el Zofran, que le provocó una migraña terrible. Sobre esto relató: “Quería sacarme los ojos de la cabeza”. Probó con un supositorio que la hizo sentir “muy aturdida”, comentó, y “aun así seguía enferma”. Mientras tanto su esposo, Nick, que trabajaba en el sector de la publicidad, se tomó 10 días de descanso para cuidar a Melissa y a su hija en edad preescolar.

“Intentaba beber tanto líquido como pudiera, pero luego lo vomitaba”, recordó. “Estaba muy delgada. Mi piel empezó a perder su color y mis mejillas se hundían”.

En ese momento fue cuando Nick comenzó a leer en Internet sobre los beneficios médicos de la marihuana y le dijo a Melissa: ¿Y si fumas un poco de marihuana?”. Hablé con la vecina de un amigo, que es comadrona, y dijo que eso fue lo único que la ayudó durante su primer trimestre”, recordó Melissa. “Así que fumé un poco de hierba. Tosí y la tos me hizo vomitar. Sin embargo, después de eso, los síntomas simplemente desaparecieron. Fue increíble”.

Después de repetir la prueba durante par de días, decidió probar con un “comestible”, para evitar fumar y eliminar la tos por completo. El chocolate de grado médico que probó era demasiado fuerte, pero la mezcla de Betty Crocker fue la alternativa perfecta para colocar pequeñas cantidades de Blueberry Headband, un híbrido de marihuana que le compró a un amigo.

“Me percaté de que podía evitar las náuseas sin sentirme anestesiada”, comentó Melissa, quien empezó a comer entre tres y cuatro mini brownies de marihuana diarios, el equivalente a un brownie completo. “No hubo efectos secundarios. Las náuseas desaparecieron definitivamente”.

Vale aclarar que Melissa no es fumadora de marihuana. “No me gusta colocarme”, explicó, pero al menos durante unas semanas de su embarazo su amiga ‘María’ la ayudó.

Aunque su historia puede parecer extrema, no es tan inusual como podrías pensar. Un estudio publicado recientemente en la revista JAMA reveló que las mujeres estadounidenses están ingiriendo cada vez más marihuana durante sus embarazos para evitar las náuseas matutinas y otros síntomas, como la ansiedad y la depresión. El número de mujeres embarazadas que reportan usar la marihuana es bajo, aunque ha aumentado: en 2002 era de un 2,4% mientras que en 2014 casi el 4% de las mujeres embarazadas aseguraron haber consumido marihuana durante el último mes. De hecho, algunos investigadores creen que las cifras reales son mucho más elevadas.

Entonces, ¿por qué mantenerlo en secreto? A pesar de que en los últimos años muchos Estados han legalizado la marihuana, todavía existe un estigma social sobre su consumo. Recuerda: “Yo no inhalo”. De hecho, una nueva encuesta realizada por Yahoo Noticias y Marist Poll ha aportado nuevas evidencias al respecto ya que solo uno de cada cinco estadounidenses, el 21%, cree que está bien que una mujer embarazada consuma marihuana para aliviar las náuseas o el dolor, una cifra que aumenta al 40% entre los usuarios regulares de hierba.

Se conoce muy poco sobre los efectos de la exposición a la marihuana en los bebés. “Es una de esas cosas que sigues manteniendo en secreto porque no quieres que la gente te mire como si pusieras a tu hijo en peligro”, comentó Melissa, quien pidió mantenerse en el anonimato en esta historia precisamente para evitar que pudieran juzgarla. También añadió: “Me preocupaban más los productos farmacéuticos que la marihuana porque es una sustancia natural”.

Sin embargo, el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos no está de acuerdo y recomienda que se aliente a las gestantes y las mujeres que esperan quedarse embarazadas “a suspender el consumo de marihuana”. Por otra parte, las investigaciones han planteado nuevas interrogantes sobre al vínculo entre la exposición prenatal a la marihuana y los efectos adversos en la descendencia, como el bajo peso al nacer y las alteraciones en el neurodesarrollo.

Sin embargo, se necesita contar con más evidencias, explicó la doctora Shayna N. Conner, especialista en medicina materno fetal de la Facultad de Medicina de la Universidad Washington en San Luis y coautora de un reciente estudio en el que se analizaron 31 investigaciones publicadas anteriormente sobre el consumo de marihuana durante el embarazo.

Conner y su equipo concluyeron que la marihuana “no era un factor de riesgo independiente en los efectos adversos que sufrían los neonatos, después de ajustar los factores de confusión”, como sucede con el consumo de tabaco y alcohol. Sin embargo, aunque su estudio en particular resulta “tranquilizador” en relación a los efectos neonatales inmediatos que pueden sufrir los bebés, añadió que no ofrece una visión global. “Es muy difícil estudiar los efectos de la marihuana durante el embarazo porque nunca podremos hacer un ensayo controlado aleatoriamente en el que digamos: “De acuerdo, este grupo de pacientes tiene que fumar marihuana y este otro grupo no”. Eso nunca sucederá”. Mientras tanto, los investigadores se basan en estudios y pruebas que no son perfectas.

“Ambos tienen sesgos que están implícitos en los resultados”, comentó Conner. “Si confías en que las mujeres sean sinceras respecto al consumo de marihuana, los resultados no siempre serán verídicos”. Por ejemplo, una mujer podría decir que no usó marihuana cuando en verdad sí lo hizo. “Las pruebas para encontrar drogas en sangre o en la orina podrían dar resultados negativos, asegurar que no consumieron, cuando sí lo hicieron a inicios del embarazo”.

En 1994, la doctora Melanie C. Dreher, ex decana de enfermería en el Rush Medical Center de Chicago, dio mucho de qué hablar con un estudio etnográfico en el que analizó la exposición prenatal a la marihuana y los efectos en los neonatos a lo largo de cinco años, en Jamaica. La doctora y su equipo concluyeron que los niños que habían sido expuestos durante el embarazo a la marihuana incluso se beneficiaron de ella. “No digo que fumar marihuana durante el embarazo sea beneficioso para la salud del bebé. Lo que expliqué fue que las mujeres consumidoras desarrollaban competencias sociales y económicas que les permitían ser mejores madres y crear un entorno neonatal más saludable”, le comentó recientemente al historiador Joe Dolce en una entrevista publicada en Medium.

Sin embargo, el estudio de Jamaica, como se conoce, contó con una muestra pequeña. Las mujeres no se mueren por confesar que consumen marihuana durante el embarazo por miedo a que las juzguen, estigmaticen, o incluso a que los servicios sociales las castiguen una vez que el bebé nazca. “Como médicos, queremos que nuestros pacientes sean completamente honestas con nosotros”, reveló Conner, “pero suelen ser muy reticentes a discutir sobre este tipo de cosas por miedo a que las juzguen o sometan a un proceso legal. Nos cuesta mucho identificarlas a todas”.

“Eso es lo que faltaba: historias reales”, añadió Dolce, autora de Brave New Weed: Adventures into the Uncharted World of Cannabis (en español: Nueva hierba desafiante: Aventuras dentro del desconocido mundo del Cannabis). Y hasta que no se elimine el estigma, no se escucharán verdaderamente esas historias. Dolce cita un artículo publicado recientemente en el New York Times, ‘Las mujeres embarazadas recurren a la marihuana, quizá perjudicando a sus bebés’. “El titular podría haber sido: “Las mujeres embarazadas recurren a la marihuana porque no piensan que es peligroso. Sin embargo, no decía eso”, le comentó a Yahoo Vida y Estilo. “Afirmó: ‘Quizá perjudicando a sus bebés’. Las palabras importan. “Quizá” es una de esas palabras. Implica evidencia, pero la evidencia que citan es completamente errónea”. El mismo día en que publicaron el artículo online, el Times intentó recopilar más pruebas anecdóticas a través de una encuesta.

Melissa evaluó seriamente los riesgos que implicaba consumir marihuana durante el embarazo. “Obviamente, me preocupaba”, confesó, “pero parecía menos arriesgado que las alteraciones que podían provocar los otros fármacos. Tienes que investigar y decidir qué riesgo estás dispuesta a asumir”.

Uno de esos riesgos era el legal, Melissa lo supo más tarde en el hospital. En una de sus visitas prenatales, le comentó nerviosamente a su médico que la marihuana había aliviado sus náuseas matutinas. “En aquel momento estaba, literalmente, a un día de ser hospitalizada para detener las náuseas recurriendo a las drogas intravenosas”, recordó, “así que cuando finalmente fui capaz de retener los líquidos y los alimentos sólidos me dije: ‘Esto es lo que realmente funciona’”.

El médico le dijo que estaba contento con que le funcionara, pero también escribió ese dato en su expediente. “Cuando mi hijo nació, recogieron una muestra de meconio para analizarlo y asegurarse de que no había THC en su organismo, porque entonces habría tenido que ir a los servicios sociales”, explicó. “¿No es horrible?” Al final, no se encontraron rastros de THC porque pudo reducir el consumo durante el inicio del segundo trimestre. Sin embargo, la idea de criminalizar a una madre por querer resolver una situación insoportable le parecía muy injusta. “Me amenazaban con los servicios sociales porque tenía que tomar marihuana para evitar los vómitos”, comentó Melissa.

Conner ha visto pacientes en situaciones similares, que usan marihuana para tratar la hiperémesis o incluso la epilepsia que sufrían antes de quedar embarazadas. “Y luego salen embarazadas”, dijo. “Es una situación difícil: ¿Cómo aconsejas a estas pacientes? ¿Qué les dices? Creo que es difícil decir, ‘Oh, está bien, no te preocupes’”. Hasta ahora, la doctora recomienda evitar el consumo de marihuana y cambiarlo por una terapia alternativa, aunque algunos pacientes deciden continuar de todas maneras.

“La epilepsia no controlada tampoco es positiva para el embarazo, por lo que evalúan los riesgos y beneficios de consumir marihuana en cada caso”, explicó Conner. “La lección que debemos aprender es que ahora mismo, basándonos en el conocimiento limitado que tenemos, no debe alentarse el consumo de marihuana. No le recomendaría a nadie consumir marihuana por una enfermedad matutina severa u otros motivos médicos durante el embarazo, al menos hasta que conozcamos más al respecto. Quizá en el futuro podríamos encontrar nuevas evidencias y recetarla en aquellas condiciones médicas que lo requieran. Cada sustancia que recetamos durante el embarazo tiene ventajas y desventajas que debemos sopesar”.

El riesgo, al menos para Melissa, valía la pena. “Estaba llegando al punto en el que empezaba a ser horrible también para él”, confesó mientras sostenía a su bebé en brazos. “Básicamente, la marihuana salvó mi embarazo”.

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