La marcha que desunió a México

Foto: EFE
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Por Ivon Alvarez Rojas

Tras los insultos, las amenazas, el bullying a nivel mundial, hoy México no vibró contra Trump. Alrededor de 20 mil personas marcharon en dos contingentes hacia el Ángel de la Independencia para exigir respeto por parte del nuevo presidente de Estados Unidos.

#VibraMéxico salió a altura del Auditorio Nacional convocada por María Elena Morera, quien es fundadora de la organización Causa Común, así como la académica María Amparo Casar; a esta causa se unieron los convocados por la Universidad Autónoma de México encabezados por su rector, Enrique Graue, e intelectuales como Héctor Aguilar Camín, Enrique Krauze y Leo Zuckerman.

Y a pesar de que lo importante para ellos era demostrar el enojo de la sociedad mexicana ante los embates del Presidente de los Estados Unidos, no pudieron evitar las muestras de hastío hacia el gobierno mexicano, Peña Nieto y Luis Videgaray. No obstante, esta multitud estaba descafeinada, no se sentía en ninguna parte la vibra que los hizo llegar ahí.

Foto: EFE
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La otra, #MexicanosUnidos salió del Hemiciclo a Juárez hacia el Ángel, encabezada por la dirigente de Alto al Secuestro, Isabel Miranda de Wallace, quien tuvo que abandonar la marcha porque, según ella, vio a una persona armada, pero la verdad es que tuvo que esconderse de la gente que comenzó a gritar consignas en su contra por el apoyo a la administración de Enrique Peña.

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Ambos contingentes llegaron al Ángel y ahí fue cuando se demostró que México, al igual que los Estados Unidos, también está dividido, esta vez quedó de manifiesto cuando el primer grupo cantó el himno a la 1:30 pm, y el que venía del Hemiciclo repitió a las 2:00 pm, así que no hubo mucha unidad y sí mucha desorganización.

El Feeling de los manifestantes

Durante la marcha la gente iba tranquila, pero para nada se sentía el enojo, la rabia o el sentimiento común de injusticia que en otras ocasiones como la primera manifestación por los 43 desaparecidos de Ayotzinapa tuvo, y que realmente mostró una cohesión en una idea.

Esta marcha del 12 de febrero fue severamente criticada y politizada desde que se propuso. La consecuencia fue una asistencia desganada y sin mucha idea; cada quien iba por lo que le parecía más injusto #fueraTrump o #fueraPeña, ahí la gran división; pues para alguno era indivisible que el gobierno responda por la crisis económica y política que vive el país, y para otros, como Miranda de Wallace se trataba de ir solo contra Donald Trump.

Foto: Notimex
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¿Cómo se vio la marcha más allá de México? Como una reunión de unos cuantos miles mostrando su apoyo a México. Así, varios medios como El País aseguran que la marcha unió a miles de mexicanos, pero si algo dejó claro la marcha es que México también vive una severa división ideológica y social.

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Los organizadores, un elemento de discordia

Como si de una ironía se tratara, los convocantes a ambas marchas no pudieron anteponer sus propios intereses políticos a la unidad que debía mostrarse hacia fuera para que el mensaje de repudio a las acciones xenófobas e injustas de Trump quedara de manifiesto.

Unos, empeñados en proteger a un gobierno desgastado y descreído, pero eso lo pagó Isabel Miranda al tener que esconderse de la muchedumbre que no iba con ella, que le importa más lo que está pasando hacia el interior del país.

Foto: Cuartoscuro
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Los otros, por no tener un liderazgo claro, parecía que sus invitados VIP a la marcha iban de picnic por Reforma. Los únicos que intentaban infundir espíritu en a gente era los integrantes del contingente de la UNAM.

Causa justa, pero algo faltó

Y sin ponerse en la indiferencia de los moralmente elevados que rechazaron integrarse a la manifestación, con seguridad hubo un elemento perdido, de cohesión que no apareció, tal vez aún somos un pueblo que necesita un caudillo.

Y sin rasgarse las vestiduras, debemos aprender como democracia incipiente que todas las voces cuentan, que una manifestación fallida no significa que México haya fracasado, que tal vez este domingo simplemente México no vibró.