La incómoda visita de Churchill a la Casa Blanca que originó que los invitados oficiales se alojen en otro lugar

La visita de Churchill a la Casa Blanca en 1941 se convirtió en incomoda para la Primera Dama Eleanora Roosevelt (imagen vía Wikimedia commons)
La visita de Churchill a la Casa Blanca en 1941 se convirtió en incomoda para la Primera Dama Eleanora Roosevelt (imagen vía Wikimedia commons)

Solemos tener asociado que cuando un invitado oficial del Presidente de los Estados Unidos visita Washington éste se hospeda en la Casa Blanca y así fue durante largo tiempo hasta que a inicios de 1942 se decidió que sería conveniente adquirir otro inmueble (conocido como ‘Blair House’) en el que alojar a esos ilustres invitados (mayoritariamente Jefes de Estado, reyes o Presidentes de Gobierno).

Pero el motivo principal por el que se tomó tal decisión no fue para ofrecerles una residencia más privada y cómoda a sus huéspedes especiales, sino tras una incómoda visita por parte de Winston Churchill en las navidades de 1941 que acabó con la paciencia de la Primera Dama Eleanor Roosevelt.

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En plena Segunda Guerra Mundial, el ataque japonés a Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941, fue el detonante para que los Estados Unidos entraran en el conflicto bélico. Se convocó una reunión de urgencia por parte del presidente estadounidense con el Primer Ministro británico, quien hasta ese momento había sido la autoridad más relevante en la guerra por parte del bando Aliado.

Se fijó tal reunión (conocida con el nombre de ‘Conferencia Arcadia’) para el 22 de diciembre de aquel mismo año y se prolongaría hasta el 14 de enero.

Debido a la larga estancia de tres semanas, se habilitó toda una planta para alojar allí al matrimonio Churchill y todo su séquito. Una de las peticiones expresas por parte del mandatario británico es el que no faltara champán, brandy, cigarros puros y, sobre todo, botellas de whisky.

Este detalle ya no fue del total agrado de Eleanor Roosevelt, quien a pesar de ser una mujer cordial y buena anfitriona, hubiese preferido que aquellas fechas navideñas fueran algo más ‘abstemias’ y tradicionales. Además influía el hecho de que su hermano menor (Hall Roosevelt de 50 año de edad) había fallecido en septiembre de aquel mismo año a causa de sus problemas con el alcohol.

El matrimonio conformado por Franklin Delano y Eleanor Roosevelt tenían unas costumbres muy cotidianas y llevaban una vida muy sencilla cuando no estaban de viaje y se encontraban en la Casa Blanca (cenaban ligero y se acostaban pronto, sobre todo porque al presidente le gustaba madrugar y empezar a trabajar temprano).

Franklin y Eleanor Roosevelt fue un matrimonio de costumbres sencillas a quienes la visita de Churchill llegó a incomodar (imagen vía Wikimedia commons)
Franklin y Eleanor Roosevelt fue un matrimonio de costumbres sencillas a quienes la visita de Churchill llegó a incomodar (imagen vía Wikimedia commons)

Eleanor la percepción de que la visita de Churchill y su séquito iba a ser larga y molesta (y más en unas fechas tan señaladas, las cuales prefería celebrar de manera recogida y religiosa), pero sobre todo sabía que trastocaría por completo los horarios y rutinas de su esposo.

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Y es que la intuición de la Primera Dama no falló y no satisfechos con las largas reuniones políticas que mantenían el líder norteamericano y su homólogo británico, seguían hablando hasta horas intempestivas, en las que Churchill bebía y fumaba de manera descontrolada, además de tener la molesta costumbre de pasearse de madrugada (cuando el resto de huéspedes ya estaban acostados) por las diferentes dependencias de la Casa Blanca, entrando en despachos, alcobas o aquellas habitaciones que llamaban su atención.

Pero la gota que colmó el vaso de la paciencia de Eleanor se produjo la noche en la que Winston Churchill, ataviado con su pijama y puro en mano, entró a las tres de la madrugada en el dormitorio del matrimonio Roosevelt porque quería seguir hablando con Franklin.

El enfado de la Primera Dama, ante tal situación, fue tal que convenció a su esposo para que se buscara otra residencia en la que alojar a los invitados oficiales.

Tras la marcha de Churchill el 14 de enero de 1942, Eleanor se puso manos a la obra en la busca de un lugar adecuado donde alojar a partir de entonces a los ilustres huéspedes. El lugar escogido fue un edificio muy cercano a la Casa Blanca, conocido como Blair House, y que en alguna ocasión había servido para alojar a los nuevos presidentes de Estados Unidos la noche antes de su toma de posesión o cuando se habían producido obras en la Casa Blanca.

Desde 1943 el edificio Blair House es el lugar donde se alojan los invitados oficiales del Presidente de los EEUU (imagen vía Wikimedia commons)
Desde 1943 el edificio Blair House es el lugar donde se alojan los invitados oficiales del Presidente de los EEUU (imagen vía Wikimedia commons)

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Tras casi un año de negociaciones el 20 de febrero de 1943 el edificio Blair House pasaba a ser propiedad del Departamento de Estado de EEUU por el módico precio de 175.000 dólares y tras una importante reforma (se compraron posteriormente los edificios colindantes para ampliarlo), aquel lugar se convirtió en la residencia oficial para los invitados ilustres del Presidente y la Primera Dama.

Allí se han hospedado invitados tan ilustres como la reina Isabel II de Inglaterra, el rey Juan Carlos I de España, Margaret Thatcher, Vladimir Putin o Charles de Gaulle.

El edificio Blair House (al que algunos han calificado como ‘el hotel más exclusivo del mundo’) tiene una curiosa historia tras de si desde que fue construida hace casi dos siglos (en 1824), pero eso da para otro interesante y próximo post…

Fuentes de consulta e imágenes: whitehousehistory / theatlantic / blairhouse / gsa.gov / Time / post-gazette.com / Wikimedia commons

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