La gonorrea se puede transmitir por un beso

Por desgracia, hay algunas enfermedades de las que creíamos que nos podíamos ir olvidando que vuelven con fuerza. Un caso que preocupa especialmente es el de la gonorrea, una enfermedad de transmisión sexual muy preocupante por ser una de las más resistentes a antibióticos, y que se está expandiendo de manera notable.

Y lo hace porque la gonorrea, según se demuestra en un artículo, se puede transmitir por vías no sexuales. O más bien parasexuales: se ha comprobado que no hace falta una relación sexual, basta con un beso entre una persona infectada y una sana para que la segunda coja la enfermedad.

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Hasta ahora no se había demostrado nada parecido. Pero los investigadores comenzaron a sospechar al ver el sorprendente incremento en la cantidad de infectados por gonorrea que aparecían. Y que, de hecho, lo hacían en personas que declaraban haber mantenido relaciones con protección o incluso no haber mantenido sexo.

Algo no cuadraba. Una ETS que se transmite a personas que no mantienen relaciones sexuales es algo extraño. Sobre todo si se pueden descartar otras vías de contagio. En estas circunstancias, parecía que no había manera de que los nuevos pacientes se hubiesen infectado.

Así que diseñaron un estudio para tratar de descubrir la vía de infección. Para ello, pusieron en marcha todas las medidas para asegurarse de la fiabilidad de las respuestas obtenidas, y pasaron a contemplar otras opciones. Como, por ejemplo, que la gonorrea se transmitiese por un simple beso.

Obviamente, no un beso en la mejilla. Lo que planteaban como hipótesis los investigadores es que se debía dar contacto entre saliva y/o mucosas de una persona infectada y una sana. Una vía de transmisión posible, pero que se había descartado hasta el momento.

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Al recoger los datos de encuestas y análisis, tuvieron su respuesta. Tenían razón: en muchos casos el contacto que habían tenido las personas recién infectadas de gonorrea había sido por besos. Quedaba claro que esta vía de transmisión era la responsable del crecimiento en el número de casos que se observaba.

Visto lo visto, ¿qué se puede hacer? En primer lugar, informar a la población. Si se quiere reducir el riesgo de infecciones de cualquier ETS, lo primero que hay que hacer es informar de las vías de transmisión. Las personas infectadas pondrán todos los medios a su alcance para evitar nuevos contagios.

Y a partir de ahí, tratar de desarrollar nuevos métodos profilácticos. Enjuagues bucales antibacterianos serían la primera opción, pero recordemos que se trata de una bacteria en muchas ocasiones resistente a antibióticos. Aquí aún queda mucho trabajo por hacer.