La enigmática joven que se convirtió en asistente personal de Trump y gana 95.000 dólares al año

Cuando la Casa Blanca divulgó su nómina salarial el pasado 30 de junio, sobresalió un nombre: Madeleine Westerhout, la asistente personal del presidente Trump, que con apenas 26 años recibe un salario de 95.000 dólares.

Pero, ¿quién es esta atractiva mujer de piel blanca, cabello negro y curvilínea figura?

Westerhout ha tenido una carrera meteórica en los círculos políticos republicanos.

Cuando comenzó a llamar la atención de la prensa, a finales de 2016, se encontraba a punto de un importante salto en su carrera, precisa el sitio web Business Insider.

En ese período era frecuentemente fotografiada en el vestíbulo de la Torre Trump, conduciendo a los invitados del presidente electo Donald Trump -como Rick Perry, Mitch McConnell y Gary Cohn, ejecutivo de Goldman Sachs. Al no conocer su nombre, los cuerpos de fotógrafos y periodistas comenzaron a llamarla “la chica del elevador”, algo que ella misma pareció disfrutar como puede verse:

En enero de este año, “la chica del elevador” fue designada como asistente ejecutiva y especial del presidente Trump, encargada de hacer llamadas en su nombre y ayudar a programar su agenda diaria.

Westerhout creció en un estado demócrata, California, pero asistió al Colegio de Charleston en Carolina del Sur. De filiación republicana, por supuesto, en 2012, Westerhout pidió una licencia escolar para trabajar como pasante en la fallida campaña presidencial de Mitt Romney.

Al año siguiente se graduó con una licenciatura en ciencias políticas y comenzó a trabajar de inmediato como coordinadora de proyectos especiales y voluntarios para el ex senador estatal de Carolina del Sur, John Kuhn, durante su fracasado intento de llegar al Congreso federal.

Después trabajó con el representante conservador de California, John Campbell. Campbell, que representaba el área del Condado de Orange, había ocupado un puesto en el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes pero no buscó la reelección en 2014.

Westerhout consiguió entonces una posición como empleada en el Comité Nacional Republicano (RNC, por sus siglas en inglés).

Allí ayudó a Katie Walsh, quien fue brevemente jefa de personal de la campaña de Trump. Fue en ese momento que le encargaron escoltar a los huéspedes desde las puertas de entrada y en el ascensor en la Torre Trump.

Westerhout comenzó a asistir al equipo de transición Trump, que incluyó al entonces presidente del RNC, Reince Priebus. Como es evidente, rápidamente captó la atención de este y del propio Trump.

Otra asistente de Trump, Rhona Graff, se encargó de entrenar a Westerhout para su posición en la Casa Blanca. Graff había trabajado con Trump en la organización Trump desde 1987.

La joven no habla mucho de sus responsabilidades, aunque sí declaró al diario universitario The College Today de Charleston que “era un honor” ser asistente del presidente.

Más elocuentes son las fotos que la muestran en la Casa Blanca, junto a Trump y sus distinguidos huéspedes.