Líderes mundiales estudian en Suiza posible hoja de ruta para paz en Ucrania, con ausencia de Rusia

OBBÜRGEN, Suiza (AP) — Decenas de líderes mundiales se reunieron el sábado en un destino turístico suizo para debatir cómo llevar la paz a una Ucrania devastada por la guerra, aunque las esperanzas de un avance real se vieron mermadas por la ausencia de Rusia.

Más de dos años después del inicio de la guerra, las partes beligerantes siguen tan distanciadas como siempre, mientras Kiev se aferra a sus exigencias de que Rusia abandone todo el territorio ucraniano del que se ha apoderado, y Moscú persiste en su dura ofensiva, que ya se ha apoderado de amplias zonas del este y el sur de Ucrania.

A pesar de la ausencia de Rusia en la cumbre, realizada en el centro turístico de Bürgenstock, con vista al lago de Lucerna, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy indicó que una medida del éxito del evento de dos días era “devolver al mundo la idea de que los esfuerzos conjuntos pueden detener la guerra y establecer una paz justa”.

Los asistentes realizaron un difícil acto de equilibrio, donde muchos criticaron a Rusia por violar las leyes internacionales al tiempo que defendían su postura de dejar la puerta abierta para que Moscú pueda unirse a futuras conversaciones de paz que pudieran dar fin algún día al conflicto.

“Aquí hay representantes de América Latina, África, Europa, Oriente Medio y Asia, el Pacífico, América del Norte y líderes religiosos”, dijo Zelenskyy. “Ahora bien, Rusia no está aquí. ¿Por qué? Porque si a Rusia le interesara la paz, no habría guerra”.

“Debemos decidir juntos lo que significa una paz justa para el mundo y cómo se puede lograr de una manera realmente duradera”, enfatizó. “En la primera cumbre de paz, debemos determinar cómo lograr una paz justa, para que en la segunda podamos ya establecer un verdadero final de la guerra”.

Cerca de la mitad de las aproximadamente 100 delegaciones fueron encabezadas por jefes de Estado y de gobierno. Los analistas dijeron que el número de asistentes será un indicador clave del arrastre de Ucrania y sus incondicionales occidentales entre la comunidad internacional en general.

El presidente ruso Vladímir Putin buscó el viernes proyectar una sombra sobre la iniciativa de Suiza y Ucrania para la conferencia. Algunos países como India, Turquía y Arabia Saudí, que han mantenido lazos, a veces lucrativos, con Moscú, a diferencia de las potencias occidentales que han sancionado a Rusia por la guerra, también asistieron.

El ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudí, el príncipe Faisal bin Farhan, reconoció la desconfianza entre Rusia y Ucrania, diciendo que “cada bando considera los pasos de la otra parte (en la presentación de propuestas) como una extensión de un esfuerzo de guerra más amplio”.

“Excelencias, también debo observar que esta cumbre podría haber estado más orientada a resultados si la otra parte del conflicto —Rusia— estuviera presente en la sala”, añadió.

Al entrar al recinto, el presidente Gitanas Nauseda de Lituania, país miembro de la OTAN que ha sido uno de los partidarios más inquebrantables de Ucrania que, al igual que su país, formó parte de la Unión Soviética, dijo que las tropas rusas deben salir de Ucrania, y que Moscú debe rendir cuentas por los crímenes cometidos en ese país y pagar indemnizaciones por los daños de la guerra.

“Ahora mismo, parece poco realista, pero pienso que debemos mantenernos unidos, y si la sociedad internacional presiona a la Federación Rusa, todo es posible”, afirmó a The Associated Press. “Pienso que la situación es muy clara: Ucrania debe buscar la integridad territorial”.

La vicepresidenta estadounidense Kamala Harris, que asistió en representación de Estados Unidos en un momento en que el presidente Joe Biden acudía a un evento de recaudación de fondos en California, reiteró el apoyo total de Estados Unidos a Ucrania y anunció 1.500 millones de dólares en ayuda estadounidense para distintos proyectos, como infraestructura energética y seguridad civil.

China, que respalda a Rusia, se unió a las decenas de países que no asistieron a la cumbre. Beijing ha dicho que cualquier proceso de paz requiere la participación de Rusia y Ucrania, y ha planteado sus propias ideas para la paz.

En una iniciativa por separado y presentada el mes pasado, China y Brasil acordaron seis “entendimientos comunes” sobre una solución política a la crisis ucraniana, y pidieron a otros países que los respaldaran y desempeñaran un papel en la promoción de las conversaciones de paz, que se realizarán “en el momento adecuado” con la participación de Rusia y Ucrania.

El enfrentamiento en torno a Ucrania está impregnado por el tema de la seguridad en Europa —se trata del conflicto más mortífero en el continente desde la Segunda Guerra Mundial— así como por la geopolítica de las grandes potencias.

Oficiales de inteligencia estadounidenses afirman que China ha aumentado su venta de máquinas, herramientas, componentes microelectrónicos y otras tecnologías a Rusia, y que Moscú utiliza esos elementos para producir misiles, tanques, aeronaves y otras armas para avivar su esfuerzo de guerra.

“Está claro que China no está aquí, y supongo que no está aquí porque Putin le pidió que no viniera, y (China) obedeció a Putin”, dijo Jake Sulivan, el principal asesor político de Biden. “Y pienso que eso habla de cuál es la postura de China con respecto a la guerra de Rusia en Ucrania. Pienso que los demás países deben tomar nota de ello”.

Harris y Sullivan reconocieron que no todos los participantes coincidían respecto a un posible acuerdo de paz.

Las tropas rusas, que controlan vastas franjas del este y el sur de Ucrania, han logrado avances territoriales en los últimos meses. Cuando el verano pasado se empezó a hablar de una cumbre de paz auspiciada por Suiza, las fuerzas ucranianas habían recuperado recientemente grandes extensiones de territorio, sobre todo cerca de la ciudad meridional de Jersón y la septentrional de Járkiv.

La conferencia se centra en tres elementos de la agenda considerados como las partes menos polémicas de una “fórmula” de paz de 10 puntos presentada por Zelenskyy: Seguridad nuclear, incluso en la central eléctrica de Zaporiyia, ocupada por Rusia; un posible intercambio de prisioneros de guerra, y seguridad alimentaria mundial. La guerra ha interrumpido los envíos de alimentos y fertilizantes a través del mar Negro.

El plan de Zelenskyy también contempla el retiro de las tropas rusas del territorio ucraniano ocupado, el cese de las hostilidades y la restauración de las fronteras originales de Ucrania con Rusia, incluido el retiro de Rusia de la Crimea ocupada. Con Ucrania principalmente a la defensiva en estos días, estas esperanzas parecen cada vez más distantes.

Putin quiere que cualquier acuerdo de paz se base en un borrador de acuerdo negociado en las primeras fases de la guerra que incluía disposiciones sobre el estatus neutral de Ucrania y límites a sus fuerzas armadas, mientras que retrasaba las conversaciones sobre las zonas ocupadas por Rusia. La presión ejercida por Ucrania para ingresar en la OTAN durante años ha irritado a Moscú.

También desea que Ucrania renuncie a su propósito de unirse a la OTAN y retire a sus fuerzas de las regiones que Rusia se anexó ilegalmente en 2022.

“La situación en el campo de batalla ha cambiado dramáticamente”, dijo Alexander Gabuev, director del Centro Carnegie de Rusia y Eurasia, y observó que, si bien Rusia “no puede lograr sus objetivos maximalistas rápidamente con medios militares”, está adquiriendo impulso en el campo de batalla.

Mientras los líderes mundiales analizaban en Suiza una vía hacia la paz, la guerra continuaba en Ucrania, donde los bombardeos mataron a al menos tres civiles e hirieron a 15 más el viernes y la madrugada del sábado, señalaron autoridades regionales.

Por su parte, Vyacheslav Gladkov, gobernador de la región de Bélgorod, en el sur de Rusia, culpó a Ucrania en una publicación de redes sociales por un bombardeo que impactó el viernes un edificio de apartamentos de cinco pisos en la ciudad de Shebekino, provocando la muerte de cinco personas. Hasta el momento, Kiev no se ha pronunciado al respecto.

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Los periodistas de The Associated Press Ken Moritsugu en Beijing y Joanna Kozlowska en Londres contribuyeron a este despacho.