Kylian Mbappé y su reto con el Real Madrid sin margen de error: ahora deberán ganarlo todo

Kylian Mbappé se toma fotografía con fan del Real Madrid tres días antes de que su pase fuera oficial. (FRANCK FIFE / AFP)
Kylian Mbappé se toma fotografía con fan del Real Madrid tres días antes de que su pase fuera oficial. (FRANCK FIFE / AFP)

Kylian Mbappé tenía un perfil de Facebook cuando era niño. En la sección de trabajo, hizo lo que todo infante que usa redes sociales: colocó uno ficticio, soñado. Delantero en el Real Madrid. Lo ha cumplido. El atacante francés de 25 años jugará en el Santiago Bernabéu a partir de la próxima temporada. Después de eternos años de drama, de falsas alarmas, desilusiones y rencores, el negocio está hecho: Mbappe salió libre del PSG y el Madrid ahora lo tendrá en sus filas.

Llega en un momento de plenitud: justo cuando acaban de ganar su Champions League número quince tras derrotar al Borussia Dortmund por 2-0 el sábado pasado en Wembley. Fue un cierre de campaña inmaculado: Liga y Champions. Les faltó la Copa del Rey para tener el triplete, pero nadie se acordó cuando el árbitro anunció el final y otra orejona fue a parar a la vitrina blanca. Toni Kroos, emblema del madridismo, se marchó como campeón de Europa y con un total de seis Champions en sus registros personales.

La vida deportiva no podría ser más feliz para el Real Madrid en estos momentos. Están viviendo un sueño. Mbappé, además, tendrá muchas ganas de, al fin, ser protagonista a nivel de clubes en Europa. En París, sus sueños se vieron truncados de manera infinita —de hecho, en dos ocasiones, 2018 y 2022, el Madrid fue su verdugo en la Champions—. Llegó a una final, la de 2020, que perdió de forma insípida con el Bayern Múnich. Cada año la sensación era exactamente la misma: Mbappé podía dar más, pero el contexto lo limitaba o hasta él mismo dejaba de rendir acorde a las expectativas que siempre se han tenido de él.

Desde que irrumpió en la élite del futbol, en 2015, su crecimiento fue fugaz y grandilocuente. No parecía tener un techo de rendimiento. Con sólo 18 años, en 2017, el PSG lo firmó para que, junto a Neymar, llevara al club de su ciudad natal a las nubes. No pasó nunca. Se cansó de meter goles en la Ligue 1 (un total de 193), pero eso no basta cuando se habla de alguien destinado a la gloria. Y de Mbappé siempre se sospechó que era un jugador con alcances históricos.

Así fue cuando ganó el Mundial de Rusia 2018 deslumbrando hasta al más escéptico. Y en Qatar 2022, cuando cargó en sus hombros con la heroica reacción francesa que llevó la final contra Argentina a unos penales agónicos. Tiene 12 goles en Copas del Mundo con toda una carrera por delante. Es cuestión de tiempo, si la lógica y la tendencia prevalecen, para que supere a Miroslav Klose, que tiene el récord con 16 anotaciones.

Todo en él ha sido así: rápido, histórico, exagerado. Ahora llega al mejor club del mundo en el mejor momento posible. Tiene todo por aportar en un plantel que hoy destila talento y juventud: Vinícius Jr., Rodrygo, Jude Bellingham, Federico Valverde, Camavinga y Tchouaméni. Son los reyes de Europa y ya tienen consigo al delantero más cotizado y anhelado del orbe. ¿Qué puede salir mal? Lo dirá el futbol mismo. Porque ahora el reto para este Madrid es ganarlo todo.

Si ya lo hicieron sin Mbappé, el deber llamará: todo lo que no sea marcar época a punta de oro, goles y espectáculo, sabrá a poco. Además, Kylian debe llenar un vacío que ni con dos Champions League ha sido saciado: el de Cristiano Ronaldo, un ídolo planetario, experto en romper récords y fidelizar afición. A eso aspira Mbappé, que lo conoció cuando era un niño y soñaba ser como él. Hoy todo está en sus manos, por fin.