KID GAVILÁN, la vida de un campeón, un libro necesario a ambos lados de la distancia
Como tantas cosas de una época que se trató de enterrar, Gerardo González no le dirá nada a ningún cubano de pie. Quizá si se interpone su sobrenombre de Kid Gavilán alguien levante una ceja y recuerde algo.
Esa fue la gran misión de Michel Contreras, quien junto a Damarys Rodríguez se dieron a la tarea de rescatar del olvido a esta leyenda del boxeo.
KID GAVILÁN, la vida de un campeón (UNOSOTROS EDICIONES) no es solo un homenaje a uno de los mejores púgiles de todos los tiempos, sino un recordatorio de los tantos hechos y personas que fueron parte de una nación que, a pesar de los intentos de ruptura, no puede desprenderse de ellos ni por decretos oficiales ni por desidias personales.
Ambos periodistas cubanos, Rodríguez emigró a Estados Unidos en el 2013, mientras que Contreras permanece en la isla donde ha recorrido un arco laboral desde medios como Juventud Rebelde a independientes como Cubanet, su actual sitio de trabajo.
Para todo amante del boxeo, este libro debiera ser imprescindible. Contreras ha sido desde hace mucho tiempo una de las mejores plumas y voces del panorama deportivo cubano, especie de conciencia crítica de las últimas décadas que escribe con una soltura y dinamismo que carecen muchos otros en la profesión.
No escribías tanto de boxeo, ¿por qué decides este deporte para el libro?
Desde niño mis deportes favoritos siempre fueron el béisbol, el boxeo y el atletismo. Por el camino se sumaron el ajedrez y el football, pero el boxeo siempre tuvo lugar en la zona alta. Lo que pasa es que a mí el boxeo que me gustaba de veras (lo mismo en el llamado amateurismo que en el ring profesional) nada tiene que ver con el que se entronizó desde hace muchos años, así que no me atrae hacer la cobertura de los eventos boxísticos. Son pocas las peleas grabadas de la época de oro que no he visto; en cambio, de los últimos 20 o 25 años tengo poco que decir’’.
¿Por qué Gavilán?
“De Mike Tyson para acá puedo contar con los dedos los púgiles que me han parecido verdaderamente grandes. Sinceramente, no me motiva contar las “proezas’’ de Floyd Mayweather y Saúl “Canelo’’ Álvarez, ni tampoco las de los pobres ganapanes que hoy integran la escuadra olímpica cubana. Entonces, ¿por qué Gavilán? Porque es uno de esos tipos que brillaron en el tiempo donde yo siento que el boxeo llegó a su punto de esplendor. Y como era cubano, y encima de eso un cubano desconocido en su país, me pareció un magnífico tema de investigación’’.
Cuando investigabas su historia, ¿qué atrajo más tu atención?
“A medida que la coautora (Damarys Rodríguez) y yo fuimos encontrando información en los archivos de las bibliotecas y a través de personas que combatieron contra Gavilán o fueron sus amigos, nos percatamos de que la dimensión deportiva de aquel hombre era infinita, a veces superior a la que habíamos calculado inicialmente. Así que al placer de revelar la historia de alguien condenado al olvido de los hombres (sus propios compatriotas) se unió la satisfacción de estar perpetuando la trayectoria de un atleta excepcional’’.
¿Cómo perciben hoy en Cuba a Gavilán, si es que lo hacen?
“Desgraciadamente este libro no estará al alcance del cubano residente en la Isla, por lo que de este lado del charco Gavilán seguirá siendo un nombre raro. Pero fuera del país, Amazon mediante, habrá quienes conocerán paso a paso la carrera boxística de quien yo considero el pugilista profesional más glorioso nacido en Cuba, en disputa con José “Mantequilla’’ Nápoles’’.
¿Qué te sigue deslumbrando de él?
“Que un tipo con más de 60 años después de su última pelea conserva espacio en los top ten históricos de la categoría welter, y que formó parte del primer grupo de exaltados al Salón de la Fama del Boxeo’’.
¿Qué te parecen los intentos del “regreso’’ cubano al boxeo profesional?
“No creo que sea más que la confirmación de que nadie puede remar toda la vida contra la corriente. Ojalá lo ocurrido en la Ciudad Deportiva sea la primera piedra de un camino que devuelva el aliciente del profesionalismo a los campeonatos nacionales de otras disciplinas, especialmente el béisbol’’.