Khosta-2: el virus hallado en murciélagos de Rusia que alerta a los científicos


Un estudio reciente afirma que un virus detectado inicialmente en los murciélagos de Rusia, y emparentado con el coronavirus responsable de la pandemia actual, el Khosta-2, podría tener la capacidad para infectar células humanas.

Los autores del artículo, publicado el 22 de septiembre de 2022 en la revista PLOS Pathogens, demostraron también que, en condiciones de laboratorio, el virus es resistente a los anticuerpos que inducen las vacunas contra el SARS-CoV-2, agente causal del covid-19.

Asimismo, los autores opinan que, si el subgénero sarbecovirus fuera detectado en la naturaleza fuera del continente asiático, estos patógenos representarían “una amenaza para la salud mundial”, así como para los esfuerzos de vacunación contra el covid-19.

Los sarbecovirus son un subgrupo de coronavirus que incluye el SARS-CoV-2 (causante del covid-19), el SARS-CoV-1 (responsable del síndrome respiratorio agudo grave o SARS) y otros cientos de virus genéticamente similares presentes, sobre todo, en los murciélagos.

Para su investigación, los científicos estudiaron los virus denominados Khosta-1 y Khosta-2, descubiertos en 2020 en el sureste europeo de Rusia.

En un comunicado dirigido a Newsweek, el Dr. Michael Letko, coautor del estudio y profesor asistente en la Escuela Paul Allen para Salud Animal Global, parte de la Universidad Estatal de Washington, escribió:

“A principios de los años 2000, se pensaba que los sarbecovirus eran exclusivos de un tipo de murciélago endémico de China. Sin embargo, en los últimos 20 años los investigadores han descubierto que muchos de estos patógenos están presentes en numerosas especies y en distintas ubicaciones geográficas”.

LOS SARBECOVIRUS Y LA FAUNA

Hoy se sabe que los sarbecovirus circulan libremente en la fauna silvestre (murciélagos, pangolines, perros mapache y civetas de las palmeras) de países como China, Laos, Japón, Rusia, el Reino Unido, África y Bulgaria. Por lo que, en opinión de Letko, es casi seguro que los investigadores terminarán por descubrir más de virus de este tipo.

Si bien se han identificado cientos de sarbecovirus (muchos de ellos, durante los esfuerzos para determinar los orígenes del SARS-CoV-1 y SARS-CoV-2), la mayor parte de esos patógenos no tiene la capacidad para infectar células humanas. Con todo, muchos de esos virus no han sido debidamente estudiados y, por consiguiente, se desconoce su potencial para la diseminación humana.

No obstante, los autores del nuevo estudio han demostrado que Khosta-2 (uno de los dos sarbecovirus descubiertos hace un par de años en Rusia) podría utilizar los mismos mecanismos que SARS-CoV-2 para infectar células humanas.

Este hallazgo podría tener implicaciones para la salud pública debido a que un sarbecovirus que “saltó” de los animales a las personas ocasionó él brote original de SARS.

Es más, se cree que el mismo fenómeno pudo haber desencadenado la pandemia actual de covid-19 (aun cuando algunos expertos insisten en que el SARS-CoV-2 escapó de un laboratorio).

Para su estudio, los investigadores utilizaron una plataforma que Letko ya había desarrollado para evaluar, sin riesgo, el potencial de los sarbecovirus para infectar huéspedes humanos. De hecho, ya en enero de 2020, el profesor utilizó esa misma plataforma para identificar el receptor del SARS-CoV-2.

Se trata de una plataforma in vitro, lo que significa que todo el estudio se lleva a cabo en un laboratorio donde los científicos usan cultivos celulares y partículas virales no infecciosas.

KHOSTA-2 PODRÍA INFECTAR CÉLULAS HUMANAS

Letko precisó: “Quiero hacer énfasis en que nuestro estudio no utilizó virus reales, sino sustitutos moleculares que no tienen la capacidad para replicarse ni poseen genes de coronavirus, excepto por la proteína de espiga”, la cual utilizan los patógenos para unirse con el receptor e invadir la célula.

“Ya estábamos empezando a expandir nuestra investigación. Así que, obviamente, cuando los científicos rusos descubrieron los dos nuevos coronavirus en su país, me interesó muchísimo estudiarlos en mi plataforma de laboratorio”, agregó el coautor.

Entre los hallazgos clave del estudio publicado en PLOS destaca que los virus Khosta podrían infectar células humanas debido a que utilizan el mismo receptor que SARS-Co-V-2: la enzima convertidora de angiotensina 2 o ACE-2.

“A pesar de que los virus rusos tienen un parentesco genético muy lejano con el SARS-CoV-2, son muy semejantes a otros sarbecovirus hallados en África y en algunas partes de Europa”, prosiguió Letko. “En buena medida, el grupo de sarbecovirus específico al que pertenecen los virus Khosta no puede unirse al receptor ACE-2 humano ni infectar células humanas. O, al menos, tal era nuestra hipótesis”.

El investigador continuó: “El receptor que utiliza cualquier tipo de virus determina los tejidos que es capaz de infectar y esto, a su vez, determina los síntomas de la enfermedad que ocasiona y la forma como el patógeno se transmite de un huésped a otro.

Dado que Khosta-2 utiliza el mismo receptor celular humano que SARS-CoV-2 (y SARS-CoV-1, junto con otros coronavirus estacionales), podría infectar el mismo tipo de células humanas”.

En un segundo hallazgo, los investigadores determinaron que el suero de los individuos vacunados contra el covid-19 no neutraliza al virus Khosta-2 en condiciones de laboratorio. Lo cual, en opinión de Letko, no resultó sorprendente.

LA VACUNA NO SERVIRÍA

“Un método estándar para medir la eficacia de una vacuna es el ‘ensayo de neutralización’”, explicó Letko. “La premisa de nuestro experimento era que, si los anticuerpos del suero se ligaban con el virus, entonces este no podría infectar las células. Y así, para nuestro experimento, combinamos el virus —en nuestro caso, partículas semejantes a virus— con el suero de personas que recibieron las vacunas de Moderna o Pfizer en un tubo de ensayo, y añadimos células. Esto nos permitiría medir el resultado”, detalló el investigador.

“Ahora bien, cada vez que SARS-CoV-2 adquiere una nueva mutación hablamos de una variante, y esta, en general, es cada vez más resistente a las vacunas. Si consideramos que Khosta-2 es muy distinto de SARS-CoV-2, no sorprende que las vacunas que administramos para combatir a SARS-CoV-2 no impidan que Khosta-2 infecte las células”, dijo Letko.

El tercer hallazgo del equipo fue que la infección con la variante ómicron de SARS-CoV-2 no brinda protección contra Khosta-2. Confirmaron esto cuando el suero de personas infectadas con dicha variante no neutralizó por completo al sarbecovirus.

De nueva cuenta, la razón es que Khosta-2 es lo bastante distinto para hacer que la vacuna resulte eficaz.

Pese a lo anterior, Letko enfatizó que es importante no pasar por alto que los hallazgos segundo y tercero no permiten aseverar que la respuesta imita fielmente una infección en un ser humano, ya que sus resultados derivan de experimentos con cultivos celulares.

“Cabe la posibilidad de que la respuesta inmunológica de una persona real sea muy distinta y más eficaz que la observada en el sistema experimental simplificado que utilizamos para nuestra investigación”, advirtió el investigador.

NO HAY CERTIDUMBRE

En opinión de Letko, a estas alturas no es posible afirmar que Khosta-2 tiene el potencial para desatar una epidemia o una pandemia.

“El hecho de que el virus sea capaz de infectar células humanas no significa que desencadenará una pandemia o que pueda transmitirse a una persona”, aclaró. “Hay muchos factores que determinan la capacidad de transmisión de un virus, así como su potencial para diseminarse entre individuos con la eficacia necesaria para dar origen a una pandemia”.

Letko agregó: “Por lo pronto, desconocemos la prevalencia de este virus e incluso su distribución real en la naturaleza. Como señalaron en su estudio los científicos que descubrieron los virus Khosta, [estos agentes] carecen de los genes que tienen los sarbecovirus humanos patógenos y que, probablemente, son los responsables de la evasión inmunológica y del desarrollo de la enfermedad”.

Aun así, lo más inquietante para los investigadores es la posibilidad de que ocurra un proceso denominado “recombinación”.

“Las últimas cuatro décadas de investigaciones han demostrado que dos coronavirus genéticamente semejantes, y ubicados dentro de la misma célula, son capaces de recombinarse”, añadió el comunicado de Letko. “Esto significa que pueden reemplazar pequeños fragmentos de su genoma con el genoma del otro virus, dando origen a un genoma híbrido formado por ambos”.

RECOMBINACIÓN DE VIRUS

Debido a que la genética de SARS-CoV-2 y Khosta-2 es lo bastante parecida para que ambos reciban el nombre de sarbecovirus, y ya que los dos utilizan el mismo mecanismo para infectar las mismas células, es posible que estos virus se recombinen de manera que SARS-CoV-2 adquiera la resistencia de Khosta-2 ante las vacunas, pero sin que SARS-CoV-2 pierda sus otras características de virulencia.

“Es muy baja la probabilidad de que SARS-CoV-2 se ‘tope’ alguna vez con Khosta-2 en la naturaleza. Sin embargo, hay cada vez más informes que documentan el ‘salto’ de SARS-CoV-2 nuevamente hacia la naturaleza; como es el caso del ciervo de cola blanca, endémico de la costa oriental de Estados Unidos”, agregó Letko.

“Aunque sería el peor escenario imaginable, ese el tipo de planteamiento que hacemos en mi laboratorio mientras estudiamos la manera de impedir que se desate la próxima pandemia”, concluyó. N

(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek).

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