Kea, el loro que comprende el concepto de la probabilidad

Ejemplar de Kea de las montañas. (Imagen creative commons vista en Pixabay).
Ejemplar de Kea de las montañas. (Imagen creative commons vista en Pixabay).

El Kea es un papagayo que se sale de lo normal. No solo porque vive lejos de los trópicos (habita en las nevadas montañas del suroeste de Nueva Zelanda) sino porque además no es exclusivamente vegetariano como todos sus primos, sino que también le da a la carne – caza polluelos de otra especies y hasta ataca al ganado. Pero sobre todo el Kea – que es capaz de trabajar en equipo de forma altruista – destaca por una cosa: es el pájaro más listo del mundo.

En efecto, el Kea (Nestor notabilis), que tiene una estructura social compleja en la que deben recordar las identidades diferentes del resto de miembros del grupo, lleva años sorprendiendo a los científicos por su astucia e inteligencia. En realidad parece ser el único animal (además de los grandes simios) capaz de realizar predicciones basadas en probabilidades, para lo cual no emplea simplemente información visual, sino que también toma en cuenta los sesgos sociales de sus diferentes cuidadores.

Para entender lo que digo os recomiendo que veáis este vídeo publicado en el canal Youtube de la revista Nature, en el que descubro asombrado que los Kea podrían ser incluso más inteligentes de lo que pensábamos:

La presentación del trabajo corre a cargo de la bióloga brasileña Amalia Bastos quien en estos momentos realiza un doctorado en psicología comparativa en la Universidad de Auckland (Australia).

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El trabajo sobre los Kea de Amalia Bastos (dirigido por su profesor Alex H.Taylor) acaba de publicarse en Nature communications. En él la joven bióloga ponía a prueba un aspecto clave del pensamiento de domino general: la capacidad de integrar información obtenida a través de diversos dominios cognitivos.

A lo largo de diversos experimentos, pusieron a prueba la capacidad de estos loros para ver si eran capaces de predecir resultados de toma de muestras en base a cantidades relativas. Me explico, situaban dos frascos a la vista del loro, uno con mayoría de fichas negras y otro con mayoría de fichas amarillas.

Cuando los cuidadores extraían una muestra de cada frasco sin que el loro pudiera verlas, ocultándolas dentro de las manos, se les daba a elegir. Los loros recibirían una recompensa alimentaria únicamente si acertaban la mano en la que estuviera la ficha negra.

No solo no lo hicieron correctamente, sino que luego pudieron integrar esa información con otros aspectos de los experimentos, incluso con información segmentada (frascos divididos en dos compartimentos por una barrera, en los que la mitad superior mostraba un porcentaje de fichas diferente a la de la mitad inferior). Los loros eran capaces de ignorar la probabilidad de la mitad inferior y hacer sus elecciones en función a lo observado en la mitad superior del frasco, de la que sabían que saldría la ficha oculta.

No solamente eso, también entendían el contexto social del experimento. Cuando una colaboradora miraba hacia el cielo y extraía una muestra “a ciegas” del frasco, sin saber por tanto qué ficha saldría, mientras que la otra colaboradora buscaba deliberadamente una de las pocas fichas negras, el kea tenía clara su elección.

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Pero es que más tarde, cuando esa misma cuidadora participó en otro experimento en las que los frascos mostraban igualdad entre fichas negras y amarillas, los loros recordaron su aparente preferencia por las fichas negras. Es decir, los loros parecían tomar en consideración las pistas sociales.

Los resultados de este trabajo proporcionan evidencias de que, además de los grandes simios, existen otras criaturas con auténtica capacidad de inferencia estadística, y que los aspectos del pensamiento de dominio general pueden evolucionar, de manera convergente, en cerebros con una estructura muy diferente a la de los primates.

Después de ver este trabajo y otros efectuados con pulpos está claro que no se debe menospreciar a los animales en función a una supuesta falta de inteligencia comparativa.

Me enteré viendo el canal Youtube de Nature.

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