Kali Uchis es una cantautora complicada y no quiere dejar de serlo

Kali Uchis en Culver City, California, el 10 de abril de 2023. (Elizabeth Weinberg/The New York Times).
Kali Uchis en Culver City, California, el 10 de abril de 2023. (Elizabeth Weinberg/The New York Times).

En el escenario principal de Coachella, las estrellas invitan a famosos para hacer gala de sus inspiraciones y contactos. En los primeros minutos de su actuación en el festival del domingo, la cantautora colombianaestadounidense Kali Uchis hizo alarde de tres rápidos cameos: de Don Toliver, Omar Apollo y Tyler, the Creator.

Esos duetos —y un repertorio bilingüe que incluyó sus éxitos, algunos favoritos de reguetón y una canción inédita de su próximo álbum— fueron una muestra de las afinidades musicales y personales de Uchis: con el R&B, el pop, el hiphop, la música para bailar y las raíces latinas. (Toliver, rapero texano con discos de platino, además es su novio).

“Soy muchas cosas diferentes”, dijo Uchis, de 28 años, en una entrevista en video unos días antes del espectáculo. “Para ser comercializable a gran escala, tienes que diluirte como persona, como artista, porque eso es lo que las masas pueden entender. Pero para mí siempre ha sido importante ser yo misma, mantener mi alma intacta en la medida de lo posible”.

“En esta industria hay muchas maneras de perderse como persona. Pero creo que es importante que no intentes comprometer lo que tienes como artista”.

Uchis acababa de regresar de actuar en los festivales de Lollapalooza en Sudamérica y estaba ensayando para Coachella y su propia gira como solista, que comienza el 25 de abril en Austin, Texas.

“Me gusta que un espectáculo parezca mágico”, comentó, “que la gente se sienta como en otro lugar, o que cuestione un poco la realidad”.

Kali Uchis en Culver City, California, el 10 de abril de 2023. (Elizabeth Weinberg/The New York Times).
Kali Uchis en Culver City, California, el 10 de abril de 2023. (Elizabeth Weinberg/The New York Times).

Hablando desde Los Ángeles en la pausa de un ensayo coreográfico, se le notaba el cansancio. Uchis se desplomó en un sofá de cuero en un camerino, envuelta en una frazada blanca de felpa, y al principio se mostró vacilante. Fuera del escenario, desaliñada y relajada, su figura era muy distinta a la de su presencia bailarina y deslumbrante sobre el escenario o en los sensuales y reveladores videos musicales que dirige para sus canciones.

“No voy a tener este cuerpo para siempre, ¿sabes?”, reconoció.

Uchis se describe a sí misma como una persona introvertida que disfruta de estar a solas. Pero soledad no significa ociosidad. Todos los días escribe letras para canciones, y señala: “No hay botón de apagado. No se siente como un trabajo”. A menudo se le ocurren palabras y melodías mientras se baña, y las graba en su teléfono como notas de voz. Cuando las comparte con sus productores, con frecuencia alcanzan a oír el agua de la regadera.

Su tercer álbum de estudio, “Red Moon in Venus”, lanzado en marzo, está repleto de canciones de R&B que desafían la fuerza de la gravedad y se deleitan con el placer y el deseo, pero también exploran lo que pasa cuando las cosas van mal. “I Wish You Roses”, que ha sido reproducida más de 50 millones de veces tan solo en Spotify, es una rara canción posterior a una ruptura que no guarda rencor: “Todo el amor que te di es tuyo para siempre”, canta.

Uchis ya grabó su cuarto álbum, con canciones en español y, como sugirió en su estreno en Coachella, ritmos latinos; la nueva canción es un bolero lloroso con sabor añejo. Tiene previsto empezar a publicar los nuevos temas en español este verano.

Omar Apollo, que ha cantado a dúo con Uchis, nació, como ella, en Estados Unidos de padres inmigrantes; pero él es de padres mexicoestadounidenses.

“Hay tantos latinos bilingües de primera generación en Estados Unidos que hablan como nosotros y tienen los mismos orígenes”, afirmó en una entrevista telefónica. “Es otra subcultura de latinos, y creo que mucha gente se siente identificada”.

Pero lo que lo llevó a su amistad y colaboraciones con Uchis, explicó Apollo, fue simplemente escuchar el sonido de su voz en sus primeras grabaciones, que subió a SoundCloud a mediados de la década de 2010.

“Su tono es hermoso y fascinante”, dijo. “Tiene una canción que se llama ‘Melting’, y suena como si te estuvieras derritiendo”.

Uchis nació como Karly-Marina Loaiza en Virginia, la menor de cinco hermanos; Kali Uchis era un apodo de la infancia. Pasó sus primeros años en Pereira, la ciudad natal de sus padres en Colombia; la familia regresó a Virginia cuando ella estaba en primaria.

Cuando Uchis tenía 17 años, su padre la echó de casa por llegar a deshora y no ir a la escuela, así que pasó meses viviendo en su auto antes de volver a casa. Usó su laptop y muestreos musicales para grabar una “mixtape”, “Drunken Babble”, y la subió al sitio DatPiff en 2012, poco después de graduarse de la preparatoria.

Un video que hizo para una canción, “What They Say”, llamó la atención de Snoop Dogg, y los dos lanzaron una colaboración, “On Edge”, en 2014. Con la esperanza de tener oportunidades como directora de videos o intérprete, Uchis se mudó a Los Ángeles.

Sus compañeros músicos se fijaron en su voz ágil y en las canciones tan sinceras que escribía. Su primer EP en 2015, “Por Vida”, contó con Diplo, Kaytranada y Tyler, the Creator como productores. (Uchis ganaría más tarde un Grammy a la mejor grabación dance/electrónica por “10%” con Kaytranada).

En lugar de limitar su enfoque, Uchis siguió ampliándolo. Construyó armonías vocales cada vez más elaboradas. Incorporó más letras en español. Trabajó con más colaboradores, entre ellos Gorillaz, SZA, Juanes, Little Dragon, Daniel Caesar y Jorja Smith. Añadió bailarines a sus espectáculos. Y amplió su registro vocal alto y bajo cada vez más, llegando incluso a la voz de silbido.

En 2021, Uchis tuvo un éxito internacional con “Telepatía”, una canción bilingüe sobre amantes separados por la distancia, un tema que adquirió mayor resonancia durante la pandemia. Al principio, el sello discográfico dudó de su potencial.

“Me dijeron que tendría que cambiar la batería para que la quisieran poner en la radio”, contó Uchis. “Y yo dije: ‘No, gracias. Prefiero no estar en la radio que cambiar mi canción’”.

De todos modos, la canción arrasó en TikTok y la pidieron tanto que sí sonó en la radio. Ahora se ha reproducido más de mil millones de veces en Spotify y YouTube.

c.2023 The New York Times Company

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