Dos juicios penales de Trump pudieran decidirse antes de la convención del Partido Republicano

El 15 de enero, el mismo día que los caucus de Iowa dan inicio a las primarias presidenciales republicanas, está previsto que comience en Nueva York un juicio civil en que se acusa al favorito del Partido Republicano, Donald Trump, de difamación contra una mujer que lo acusa de violación.

Al día siguiente, en el sur de la Florida, una jueza federal estudiará si admite material clasificado en un juicio penal que pudiera ponerlo tras las rejas.

El calendario de las primarias republicanas se topa de frente con las realidades legales que enfrenta Trump, quien actualmente encabeza las encuestas a pesar de enfrentar cargos penales en Nueva York y la Florida, con posibles encausamientos adicionales en las próximas semanas en Washington DC y Georgia.

Muchas de las contiendas más competitivas que pudieran determinar al nominado republicano serán antes que comience el primer juicio penal el 24 de marzo, incluidas las contiendas del supermartes, obligando a los electores de las primarias republicanas a decidir si eligen a Trump como líder de su partido una vez más sin conocer su destino legal final.

“Cuando tomamos todos estos casos y cómo han surgido, la mayoría de los republicanos ven estos casos como cargos políticos disfrazados de cargos penales”, dijo Ford O’Connell, estratega republicano. “Creo que va a costar encontrar a un republicano que no lo vea así”.

Pero al menos dos de los casos penales que enfrenta Trump pudieran llegar a juicios con en primavera, antes que se celebre la Convención Nacional Republicana en Wisconsin el 15 de julio, lo que aumenta la perspectiva de una convención disputada si Trump es declarado culpable.

“Esa es realmente la fecha clave”, dijo Norm Eisen, zar de Ética de la Casa Blanca durante la presidencia de Barack Obama y coasesor legal de la Comisión Judicial de la Cámara de Representantes durante la primera impugnación de Trump en 2020.

“El principal punto de decisión va a llegar durante la convención, donde se tendrán dos de estos cuatro grandes casos penales resueltos en juicios con jurado”, dijo Eisen. “Y tendrán que decidir, si Trump ha sido declarado culpable, si quieren nominar a un delincuente convicto aunque haya ganado el mayor número de votos”.

Trump ha sido encausado por el fiscal del distrito de Manhattan por presunta falsificación de registros comerciales para encubrir pagos a una estrella porno con la que supuestamente tuvo una relación extramatrimonial en los meses previos a las elecciones presidenciales de 2016. El juez que supervisa ese caso programó un juicio que comenzará el 24 de marzo y dijo que tiene la intención de mantenerse firme en la fecha.

El fiscal especial independiente Jack Smith ha acusado a Trump de manejar indebidamente documentos altamente clasificados bajo la Ley de Espionaje al almacenarlos en su casa en Mar-a-Lago en Palm Beach, negarse a devolverlos a las autoridades federales y confabularse para obstruir a la justicia. La jueza del caso fijó la fecha del juicio para mayo en la Florida.

Y cualquier día de estos, Smith pudiera acusar a Trump en un caso separado alegando que intentó anular las elecciones presidenciales de 2020. Ese caso, con sede en Washington DC, pudiera avanzar rápidamente, especialmente si se retrasa el calendario del caso en el sur de la Florida. “Anticipo que él programará eso en una doble vía, de modo que, si el caso de los documentos tiene un resbalón, se pueda conseguir que el caso de interferencia electoral en Washington DC sea juzgado”, dijo Eisen.

Trump también enfrenta posibles cargos penales por delitos graves a nivel estatal en Georgia por sus intentos de subvertir los resultados de las elecciones ahí en 2020. Los cargos derivados de esa investigación pudieran llegar el próximo mes.

Demandas civiles

Trump también enfrenta dos casos civiles en Nueva York. La demanda por difamación, que irá a juicio el 15 de enero, es una demanda enmendada de E. Jean Carroll, que había ganado previamente su caso contra el ex presidente después que este negara haberla agredido sexualmente en Manhattan en la década de 1990. Poco después de esa decisión, Trump la criticó verbalmente en la televisión por cable, lo que llevó a Carroll a modificar sus demandas.

Y en octubre Trump y su organización familiar enfrentarán acusaciones de fraude “asombroso” en otro juicio en Nueva York, acusados por el procurador general de mentir a prestamistas y aseguradoras sobre el valor de sus propiedades y su patrimonio personal a lo largo de una década.

El ex presidente ha dicho que es inocente en todos los casos.

La apretada agenda de compromisos legales subraya los diversos retos políticos y logísticos que enfrenta Trump en su intento de regresar a la Casa Blanca en 2024.

“La interrogante va a ser: ¿puede el Departamento de Justicia conseguir una condena?”, dijo O’Connell. “¿Y ocurrirá antes de la convención? No estoy tan seguro de eso, pero no creo que sea una locura decir que pudiera ocurrir algo antes de las elecciones generales”.

Las distintas acusaciones también han creado un incómodo enredo entre el mundo político y la justicia. Trump y sus aliados han aprovechado los encausamientos e investigaciones durante la campaña para argumentar que es víctima de una “cacería de brujas” por parte de sus adversarios políticos, y han criticado repetidamente a fiscales y jueces a los que considera una amenaza.

Los electores republicanos se han mostrado en gran medida dispuestos a apoyar la afirmación de Trump de que los casos contra él son puramente políticos. Una encuesta de la Universidad Quinnipiac divulgada en junio, por ejemplo, reveló que aproximadamente nueve de cada 10 electores del Partido Republicano dijeron que creen que las acusaciones de que Trump manejó mal documentos clasificados después de dejar el cargo tienen motivaciones políticas.

Y aunque más de una docena de republicanos aspiran a la candidatura presidencial del partido para 2024, Trump sigue siendo el gran favorito en las primarias. La mayoría de los sondeos nacionales y estatales le dan una ventaja de dos dígitos. Su principal rival, el gobernador Ron DeSantis, ha tenido dificultades en los últimos meses para ganar terreno ante Trump.

Aun así, los juicios previstos de Trump suponen un reto para un político que prefiere estar en la campaña electoral que en la sala del tribunal. Dallas Woodhouse, un veterano operador republicano que ha trabajado en la política del Partido Republicano en Carolina del Norte y Carolina del Sur durante años, dijo que la contienda sigue siendo fluida y que los encausamientos solo agravan esa dinámica.

“En este momento, la mayoría de los republicanos piensan que Trump debería ser el nominado”, dijo. “La pregunta es si seguirán pensando lo mismo en enero, febrero y marzo. Están estos encausamientos, estos juicios. Y no se puede estar en dos lugares a la vez”.