Jugar a las Barbies con los libros de texto

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Ahora que los libros de texto están en el centro del debate, aquí hay un dato que valdría la pena incorporar: más del 92 % de los personajes destacados que aparecen en sus páginas son hombres. Una escena del mundo real, en tremendo contraste con el de Barbieland.

La información viene de Aprender con referentes femeninos: un legado cultural para la igualdad, un libro publicado en 2021 por Ana López Navajas, quien analiza a detalle con mirada de género los materiales educativos. Curiosamente, entre toda la vorágine informativa de las últimas semanas, no he escuchado un solo comentario que revise la representación de las mujeres, un tema que en definitiva considero más relevante en el contexto actual que el extrañísimo riesgo de formar infancias comunistas.

Muy lejos de ese territorio ideológico, en el corazón del capitalismo, vive Barbie. La película ha roto récords en taquilla y con gran simpatía nos presenta una versión sencilla y sí, caricaturizada, del feminismo, el patriarcado y los estereotipos de género. ¿Quién es más estereotípica que la famosa muñeca que puede ser lo que quiera ser?

El problema es que las niñas que juegan con ella, lamentablemente, no podrán cumplir ése que ya no es un sueño sino un derecho. Y no es un problema de capacidad; son las brechas que en el mundo profundizan la desigualdad y el acceso a oportunidades para ellas.

Por eso, la iniciativa Proyecto Barbie Dream Gap lanzada en 2018 por Mattel y Save the Children es tan relevante y tenemos que hablar sobre ella como una manera de encauzar el furor por Barbie hacia una buena causa. En resumen, se trata de unir fuerzas para cerrar la brecha que existe entre los deseos de éxito que tienen las niñas y los prejuicios de la sociedad que habitan. Con el estreno de la película, se sumaron Warner Bros. Discovery, así como Margot Robbie y Ryan Gosling para darle mayor atención al proyecto a través de plataformas digitales, programas de TV y asociaciones como Charity Buzz o anuncios de servicio público.

No es sólo un tema de moda, sino uno central en la agenda de los objetivos de desarrollo 2030 de la ONU. La Unesco, que publicó el informe Descifrar el código: la educación de las niñas y las mujeres en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), evidencia cómo niñas y niños se exponen a una educación sesgada que condiciona su comportamiento y desarrollo. Por ejemplo, desde los seis años, las niñas ya se consideran menos brillantes que sus compañeros, menos hábiles para participar en ciertas actividades físicas y creen que sus aptitudes son innatamente inferiores. Esto las aleja del deporte, de las profesiones relacionadas con las asignaturas STEM y las llena de una serie de inseguridades y complejos que afectan diversos ámbitos de su vida.

México ocupa el lugar 33 de 146 países evaluados en el Índice Global de Brecha de Género del Foro Económico Mundial, pero afortunadamente y gracias al capítulo nacional de Save the Children, dirigido con extraordinario compromiso por Maripina Menéndez, Barbie Dream Gap también tiene incidencia en nuestro país.

Bienvenida la posibilidad de acercar a las niñas mexicanas a que las más de 250 carreras personificadas por Barbie sean una verdadera elección para ellas y no sólo un juego con la imaginación.

* María Elena Esparza Guevara (@MaElenaEsparza) es Consejera en Género del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la CDMX y fundadora de Ola Violeta AC, desde donde trabaja por el derecho a la conciencia corporal de niñas y mujeres. Doctoranda en Historia del Pensamiento en la UP, Maestra en Desarrollo Humano por la Ibero y egresada del Programa de Liderazgo de Mujeres en la Universidad de Oxford. Su buzón de X está disponible en @MaElenaEsparza