Este juego fue como un golpe en la boca. Pitcher de los Dodgers coquetea con la historia ante los Marlins

Después de dos triunfos inobjetables, los Marlins no pudieron pasar la escoba sobre los Dodgers.

Si en los primeros encuentros de la serie batearon con mucha libertad y sacaron a pasear una ofensiva de muchos cuadrangulares, en esta ocasión vivieron en la oscuridad total, escondidos en la noche.

El principal responsable de todo fue Ryan Pepiot, quien limitó el ataque de Miami a prácticamente nada durante ocho episodios y guió el jueves a Los Angeles a un necesitado triunfo por pizarra de 10-0 delante de 12,047 aficionados presentes en el loanDepot park.

“El cambio, el cambio de Pepiot nos causó muchos problemas’’, comentó el manager Skip Schumaker.

“Por otra parte, no generamos contacto fuerte con la pelota. Conectamos mucho por el suelo, pero Pepiot lanzó en gran forma. Ya lo hizo en Los Angeles y ahora lo repitió aquí’’.

Todo comenzó y terminó con Pepiot en el montículo, pero la defensiva de los Marlins no funcionó como en otras ocasiones, mientras que la de los Dodgers se lució de manera soberbia y realizaba algunas atrapadas que ayudaron al derecho a mantener su yugo en el juego.

Y más allá de la ofensiva de los visitantes, como si fuera poco hasta un recoge pelotas ayudó a la causa contraria cuando tomó una bola de hit conectada por Freddie Freeman en la sexta entrada y, creyendo que era foul, la lanzó a las gradas con total desinterés, como si fuera lo más natural del mundo.

El abridor de los Dodgers de Los Angeles  Ryan Pepiot lanza en el primer inning del partido ante los Marlins, celebrado el 7 de septiembre de 2023 en Miami.
El abridor de los Dodgers de Los Angeles Ryan Pepiot lanza en el primer inning del partido ante los Marlins, celebrado el 7 de septiembre de 2023 en Miami.

Tras una reunión de los árbitros, se decidió que el batazo de Freeman sería considerado un doble y que Mookie Betts, quien se encontraba en la inicial al momento de la jugada, tenía abierta las puertas de la goma para anotar una carrera más.

Pero eso rayó en lo anecdótico porque el dominio de Pepiot resultó tan extremo que llegó a lanzar un juego perfecto hasta la séptima entrada, cuando Josh Bell disparó un metrallazo al jardín central que rompió la magia, pero sin más consecuencias que evitar un pedazo de historia.

La labor de un hit en siete episodios de Pepiot, quien hace unos días también había trabajado de manera sólida contra los peces en Los Angeles, contrastó con la de Braxton Garrett, quien no pudo completar ni siquiera cuatro capítulos porque los Dodgers le exprimieron en cada turno.

El zurdo se marchó luego de 3.2 innings con una carrera limpia, tres imparables tres bases por bolas y cuatro ponches, pero con 91 lanzamientos que indicaban lo complicada que había sido su faena dentro de tan poco tiempo, al punto que esta fue su salida más corta desde que el 21 de julio trabajara tres episodios en Colorado.

“A Braxton le costó mucho trabajo sacar outs’’, agregó Schumaker.

“Solo permitió una carrera y tres hits, pero cada conteo se elevaba demasiado y al final ya eran demasiados envíos y decidimos que íbamos a traer al bullpen. Pero la historia de todo esto fue Pepiot’’.

Para nada ayudó que los peces hubieran echado mano a sus relevistas para un día de bullpen y ahora tuvieran que utilizarlos de nuevo a profundidad, porque los Dodgers se soltaron a batear, sobre todo contra un George Soriano al que le fabricaron cinco carreras con seis hits y a un Devin Smeltzer que permitió otras cuatro con siete indiscutibles.

A pesar de la derrota, Miami sigue en un buen momento con cinco victorias en sus últimos seis encuentros, pero ahora va a una serie importante contra los Filis de Filadelfia, equipo que ocupa la primera de las plazas de comodines para los playoffs de la Liga Nacional.

“Nos sentimos bien y vamos a Filadelfia a seguir peleando’’, recalcó Schumaker.

“Ya pasamos la página. Este juego te hace humilde. Tienes un juego como el del miércoles y luego uno como el de esta noche que es como un golpe en la boca. Siempre vienen por ti. Pero vamos a estar bien’’.