Se jubila Leonardo Sandri, el más poderoso de los cardenales argentinos en los pasillos del Vaticano

Leonardo Sandri, cardenal
Leonardo Sandri, el cardenal argentino

ROMA.- Después de quince años y medio al frente de la Congregación para las Iglesias Orientales, se jubila el cardenal argentino Leonardo Sandri, que cumplió la semana pasada 79 años y conocido por haber tenido el estratégico cargo de “sustituto” de la Secretaría de Estado, el tercero más importante después del Papa, durante el pontificado de Juan Pablo II (1978-2005) y en los primeros años del de Benedicto XVI, papa emérito.

El papa Francisco nombró hoy al monseñor italiano Claudio Gugerotti como su sucesor al frente de lo que ahora se llama el Dicasterio para las Iglesias Orientales, según la reforma de la curia que se implementó este año con la Constitución Apostólica “Predicad el Evangelio”.

El cardenal Leonardo Sandri
El cardenal Leonardo Sandri

La designación del reemplazante de Sandri no fue ninguna sorpresa. “Hace cuatro años, cuando cumplí 75, como es praxis presenté mi renuncia, pero el Santo Padre me aguantó hasta los 79″, dijo a LA NACION Sandri, que definió “una cosa natural” su jubilación, que entra en el orden de otras designaciones como la que hubo recientemente en el Dicasterio para la Cultura y la Educación y otras que vendrán.

“¿Cómo me siento? A los 79 años ya no soy un pibe, me sentiré más aliviado”, comentó el cardenal, que contó que el Papa le pidió quedarse como prefecto del Dicasterio de las Iglesias Orientales hasta mediados de enero, cuando asumirá su reemplazante. Al margen de eso, Sandri seguirá siendo vice-decano del Colegio cardenalicio y, además, miembro del Dicasterio de Obispos, del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica, del Dicasterio para las Comunicaciones y del Estado de la Ciudad del Vaticano, entre otros entes, al menos hasta que cumpla 80 años.

Hay otros tres cardenales argentinos: el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, de 74 años; y los arzobispos eméritos de Paraná y de Tucumán, Estanislao Karlic y Luis Héctor Villalba, que no tienen derecho a voto en un eventual cónclave ya que superaron los ochenta años.

Más “romano” que argentino ya que vivió casi toda su vida a la sombra de la cúpula de San Pedro, Sandri nació en Buenos Aires el 18 de noviembre de 1943 de padres que emigraron a la Argentina desde Ala, un pueblo de la provincia de Trento, al noreste de Italia. Después de estudiar en Roma e ingresar en 1971 en la carrera diplomática, tras diversas funciones en el exterior y 12 años en la secretaría de Estado, fue nuncio en Venezuela y México. Llegó a ser muy poderoso al ser nombrado por Juan Pablo II “sustituto” de la Secretaría de Estado en septiembre de 2000, convirtiéndose en el brazo derecho del influyente secretario de Estado, el cardenal Angelo Sodano. Desde ese cargo, la noche del 2 de abril de 2005 anunció a los fieles la triste noticia de la muerte del papa polaco.

El cardenal argentino Leonardo Sandri, durante la entrevista que mantuvo en el Vaticano
El cardenal argentino Leonardo Sandri en el Vaticano años atrás

Fue “creado” cardenal por Benedicto XVI, papa emérito, en noviembre de 2007, pocos meses después de haber sido designado prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, dicasterio que se ocupa de las Iglesias católicas orientales. En vísperas del cónclave de 2013, en el que fue electo su compatriota y conocido Jorge Bergoglio, fue considerado “papable” por muchos vaticanistas italianos y norteamericanos por su doble condición de latinoamericano y a la vez “romano”, es decir, conocedor de la curia.

En diálogo con LA NACION, Sandri no ocultó que, en cierto sentido, le va a costar retirarse después de quince años en los cuales, como jefe de las Iglesias Orientales, viajó y se ocupó de zonas del mundo castigadas por terribles conflictos, como los de Tierra Santa, Siria, Irak, el Líbano y ahora la “martirizada” Ucrania.

No obstante, destacó la designación de Gugerotti como su sucesor. “Está más que calificado y era un candidato natural”, subrayó, al recordar que este prelado italiano de 67 años, a quien conoce muy bien y hasta ahora nuncio en el Reino Unido, comenzó su carrera en la Congregación para las Iglesias Orientales, donde llegó a ser subsecretario del entonces prefecto, el cardenal italiano Achille Silvestrini. Sandri destacó que Gugerotti tiene mucha experiencia en iglesias orientales porque fue nuncio en Armenia, Georgia, Bielorrusia y Ucrania. “Habla ruso, armenio, lo visité en muchos de sus destinos e incluso junto a él y el arzobispo Sviatoslav Shevchuk, jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana, fuimos al Donbass en 2018, cuando ya había bombardeos”, evocó.

“Gugerotti tiene un background que lo habilita para ser prefecto”, aseguró Sandri, que reveló que por esas cosas del destino cuando este prelado fue ordenado obispo en 2001, él tuvo un rol protagónico. “Juan Pablo II ya no estaba bien de salud y yo fui uno de los co-consagrantes principales de esa ceremonia. Se lo dije al papa Francisco”, contó.

En vísperas de jubilarse, Sandri tampoco escondió su amargura por la “tremenda” situación de guerra y conflictos que sigue habiendo en el mundo y que padecen especialmente sus amadas iglesias orientales. “Cuando asumí como prefecto en 2007 me regalaron un ícono de la Virgen de Kikkos, de Chipre, que puse junto a una lámpara, que prendí para pedir por la paz y que pensé que iba a poder apagar pronto... Pero me equivoqué: Siria está en su treceavo años de guerra y en Ucrania está ocurriendo algo inenarrable”.