Jesús Soto, muestra antológica por su centenario

En el marco de las celebraciones por el centenario de Jesús Soto (Venezuela, 1925-Francia-2005), han tenido lugar numerosos actos, eventos, conciertos y exposiciones para homenajear la obra del gran maestro del arte contemporáneo latinoamericano. Ahora se suma “Soto: Vibración y Luz”, curada por Isabel Soto y Tomás Mussett. Una muestra antológica organizada por la Fundación Jesús Soto, Caracas, el Atelier Soto, París, en conjunto con la Galería Ascaso, Miami.

Destacan en estas celebraciones por el centenario exposiciones como, por ejemplo, “Homenaje a Soto” (El Cubo Negro), “Inmateriales” (CCBOD). Se caracterizan por un concepto curatorial de tesis dentro de un perfil más académico, donde se ahonda en formas perceptuales de la realidad moderna. En cambio, en “Soto: Vibración y Luz” comenta en entrevista vía email Isabel Soto, hija del artista, prima “el valor/ visión sensible/ íntimo/ personal/ familiar sobre lo académico”.

“Tríptico color”, 1981, 52 x 156 x 17 cm. Foto André Morain, Archives Soto/Cortesía Ascaso Gallery, Miami
“Tríptico color”, 1981, 52 x 156 x 17 cm. Foto André Morain, Archives Soto/Cortesía Ascaso Gallery, Miami

Es una exposición con diversos formatos con volúmenes virtuales, cuadros de escritura, escultura y penetrables. Esta variedad de obras cubre más de cinco décadas, fechadas entre 1951 y 2004, proyectando una mirada no convencional y hacen que, “sea única entre las muestras -amplia Isabel Soto,- que se han llevado a cabo hasta ahora en el marco de la celebración del centenario de Soto”.

Luz y música son dos elementos fundamentales en la comprensión estética de Soto. Ambos elementos están representados en esta muestra antológica. Recordar que, antes de convertirse en un artista esencial para entender el desarrollo de las artes visuales latinoamericanas en la segunda mitad del siglo XX, Soto se ganó la vida tocando la guitarra y cantando en el París de principio de los años 1950. María Elena Ramos en texto del catalogo de la muestra, hace alusión a ello cuando apunta que una de las grandes insatisfacciones de Soto fue “aquella que sentía desde joven estudiante al lamentar que las artes plásticas no demoraban y detenían al espectador como lo hacía la música”.

Su vocación musical fue tal que ni siquiera en los años de mayor intensidad y esplendor de creación artística, dejó de dar rienda suelta a su pasión por la música como lo demuestra el hecho de que grabara en 1992 un disco: “Lara-Soto-Riera”. Álbum donde interpretaba temas de Agustín Lara, acompañando por el guitarrista venezolano Rodrigo Riera.

“Cobalto negro central”, 1976, 142 X 93 X 15 cm. Foto André Morain, Archives Soto/Cortesía Ascaso Gallery, Miami
“Cobalto negro central”, 1976, 142 X 93 X 15 cm. Foto André Morain, Archives Soto/Cortesía Ascaso Gallery, Miami

La música como vibración, como inmaterialidad que se corporiza en un espacio visible e invisible a la vez, está siempre presente en el concepto del arte cinético de Soto. El movimiento, su virtualidad energética transformada en sinfonía de colores como sucede en, por ejemplo, “Harmonie transformable” (1956). Una estructura articulada por cuatro superficies rectangulares transparentes, dispuestas verticalmente e inscritas con formas geométricas realizadas en segmentos de colores.

Soto está inmerso en una poética abstracto geométrica escorada hacia cinetismo. Hacia el movimiento, tanto en su opción ilusoria, como también física material que desarrollará más adelante en su serie de penetrables. Un ejemplo de ello es “Penetrable azul de Valencia” (1999), donde el movimiento es postulado como unos de los principios estético del orden expresivo de la modernidad.

‘Vibración pura”, 1960, 100 x 50 x 25 cm. Foto André Morain, Archives Soto/Cortesía Ascaso Gallery, Miami
‘Vibración pura”, 1960, 100 x 50 x 25 cm. Foto André Morain, Archives Soto/Cortesía Ascaso Gallery, Miami

Si la música ha jugado un papel importante en la percepción estética del arte de Soto, no menos importante es también el tratamiento de la luz, su presencia y fragmentación en el dispositivo óptico de sus obras. La luz como elemento que armoniza la mirada sobre los cuerpos y el mundo que nos rodea. La luz como ese diapasón cromático capaz de acelerar o detener la percepción de la dimensión espacio tiempo. En este sentido el impresionismo de Paul Cézanne (Francia 1839 1906) le marcó, pero fueron los vanguardistas Piet Mondrian (Países Bajos, 1872, USA, 1944) y de Kazimir Malevich (Ucrania, 1879, Rusia, 1935), quienes más despertaron el interés conceptual de Soto.

De Mondrian observó como señala María Elena Ramos “lo que algunos habían considerado error o debilidad: una leve vibración, no planificada, se producía en el punto de encuentro de dos líneas perpendiculares”. De Malevich, la representación de la luz sobre la luz, del negro sobre negro o del blanco sobre blanco. Ese leve ‘temblor’, esa vibración, pero también los recodos lumínicos de una realidad inaprensible, inspiraron una investigación especulativa sobre las magnitudes de la luz, el movimiento y sus incidencias ópticas en el proceso de recepción reticular de las obras.

“Noir et brique”, 1990, 153 x 152 x 17 cm. Foto André Morain, Archives Soto/Cortesía Ascaso Gallery, Miami
“Noir et brique”, 1990, 153 x 152 x 17 cm. Foto André Morain, Archives Soto/Cortesía Ascaso Gallery, Miami

Las consecuencias son obras, entre otras, como “Materia y vibración”, “Vibración pura”, o “Sin título”, todas de 1960. Aquí las líneas verticales en gamas de grises forman especie de surcos de anchos diversos, creando una malla reticular atravesada por trazos incisivos de carácter informe produciendo en el plano hendiduras, oquedades de las que parecen emerger otras dimensiones. El efecto es una tridimensionalidad borrosa, un equilibrio entre la organización y lo caótico, entre la materialidad y lo inmaterial, entre la realidad y lo intangible. Soto es un pionero en abrir esos horizontes de comprensión de la realidad, para descubrirnos las contradicciones que se esconde en las categorías sobre las que se construye el arte, la cultura y la sociedad moderna.

“Soto: Vibración y Luz”, en Ascaso Gallery, Miami, 1325 NE 1st Ave, Miami, FL., 33132. Hasta el 28 de febrero. www.ascasogallery.com

Dennys Matos es crítico de arte y curador que vive y trabaja entre Miami y Madrid. dmatos66@gmail.com