Jesús Luzardo lanza para ganar, pero los Marlins han perdido la brújula en casa y el camino hacia la victoria

Poco antes de que comenzara la serie contra los Rojos, el manager Don Mattingly comentó de que el equipo estaba jugando “fuerte’’. Lo cierto es que esa dureza no está arrojando resultados en el terreno, a pesar de que los Marlins pusieron una nota interesante justo al final del choque.

Ya no se trata de que los potentes Mets les pasen por encima como una aplanadora, siguiendo una lógica del momento y la situación, sino que Cincinnati, que no sobresale precisamente por su profundidad y talento, les arranque el primer juego de la serie particular con pizarra de 3-1 delante de 7,701 aficionados en el loanDepot park.

Los Rojos llegaron con peor récord que los locales en la Liga Nacional, que ya es mucho decir, pero los Marlins que se encuentran atascados en un momento oscuro y, sin hacer mucho ruido, llevan cuatro reveses seguidos y siete derrotas consecutivas en casa, cortesía de dos barridas frente a Filadelfia y Nueva York, más otra fracaso ante los Rangers.

Miami ha sufrido, innegablemente, del flagelo de las lesiones, pero el regreso de Jesús Luzardo era contemplado como un alivio, porque el zurdo no vestía el uniforme del club desde el 10 de mayo, cuando salió de un choque contra Arizona debido a molestias en el antebrazo, luego de apenas seis aperturas en lo que iba de temporada.

“Este regreso es muy importante para mi, porque hace unos meses no sabía qué esperar en relación con mi salud’’, expresó Luzardo.

“Trabajé muy fuerte y estudiaba pitcheo cuando no podía lanzar. Luego me enfoqué en fortalecer mi brazo y esta noche me sentí muy bien’’.

De raíces venezolanas y nacido en Florida, Luzardo lanzó en gran manera y se fue con eso que dan en llamar una apertura de calidad al permitir solo dos anotaciones y tres imparables en cinco entradas, manteniendo a su equipo en cercanías de dar caza a los Rojos.

El jardinero de los Marlins Bryan De La Cruz batea un hit en el quinto inning del partido ante los Rojos de Cincinnati, celebrado el 1ro de agosto de 2022 en Miami.
El jardinero de los Marlins Bryan De La Cruz batea un hit en el quinto inning del partido ante los Rojos de Cincinnati, celebrado el 1ro de agosto de 2022 en Miami.

Mucho había comentado Mattingly de los progresos de Luzardo en las Menores y, sin duda, lo demostró casi siempre, menos en una segunda entrada en la cual el cubanoamericano y residente de Miami, Albert Almora Jr., le conectó un doble que remolcó esas dos primeras carreras.

Decir que Luzardo lanzó para ganar es una frase que bien pudo aplicarse a varias aperturas de sus colegas de rotación, y que la ofensiva se comportó con apenas cinco indiscutibles, también es algo que se ha repetido en múltiples ocasiones, como ahora contra un conjunto que posee el segundo peor pitcheo de las Grandes Ligas con una efectividad de 5.12, incluyendo una peor efectividad de 5.21 para el bullpen.

Estos números, sin embargo, no se vieron en Hunter Greene, un novato que realizó su apertura número 20 de la contienda, que llegaba con una horrible foja de 3-12, un promedio de carreras limpias de 5.59 y que lanzó en tremenda forma al no permitir libertades durante seis episodios.

El torpedero de los Marlins Miguel Rojas batea en el cuarto inning del partido ante los Rojos de Cincinnati, celebrado el 1ro de agosto de 2022 en Miami.
El torpedero de los Marlins Miguel Rojas batea en el cuarto inning del partido ante los Rojos de Cincinnati, celebrado el 1ro de agosto de 2022 en Miami.

“La otra vez que nos vimos nos lanzó bien y esta vez lo hizo de manera muy efectiva’’, comentó Mattingly del abridor de los Rojos. “Tiene las herramientas para lanzar con poder, mezclar lanzamientos. Honestamente, nos faltan unos cuantos hombres, pero vamos a tener que lidiar contra alguien como él’’

La única carrera de los peces se produjo en la novena entrada cuando Nick Fortes vino en calidad de emergente y disparó un sencillo al jardín central, pero luego el equipo no pudo capitalizar una oportunidad con las bases llenas cuando Jacob Stallings conectó un elevado para el tercer out.

Y así, a nueve juegos por debajo de la marca de .500, cada vez más alejados de cualquier ilusión, los Marlins entran en las horas finales de los cambios límites en las Mayores con la noción de que, pase lo que pase, se vaya alguien o llegue otro, las cosas no pintan bien para el resto de la temporada.