Jesús Luzardo y Bryan De La Cruz cierran a toda máquina el 2022, pero los Marlins caen en Nueva York

En una época de demostrar para el futuro, Jesús Luzardo y Bryan De La Cruz han reafirmado que con ellos habrá que contar para el 2023. Básicamente, la mayoría de los jóvenes peloteros de Miami están siendo evaluados por el alto mando de la organización.

Dentro de todo lo complicado de la temporada para los peces, ambos jugadores van cerrando a toda máquina, como lo dejaron en claro el miércoles por la noche en la derrota 5-4 ante los Mets, que encontraron en Eduardo Escobar a un súper héroe que remolcó cinco carreras, incluida la del triunfo.

Con una desventaja de dos carreras, los Mets aprovecharon otro pésimo momento del relevo visitante -Tanner Scott llenó las bases y Richard Bleier permitió el hit- y empataron el desafío cuando Escobar remolcó dos anotaciones en la parte baja de la entrada y le negó una potencial victoria a Luzardo.

Una vez más, Escobar sería importante para los de casa cuando en la décima pegó el sencillo que traía para el plato al hombre que estaba en segunda base y dejaba al campo a los peces.

Cuando menos, conforta en parte saber que el núcleo de pitcheo abridor cuenta con figuras más que establecidas como Sandy Alcántara y Pablo López, y otras que se van consolidando como Edward Cabrera y el propio Luzardo, quien lo ha hecho muy bien en sus últimas aperturas.

A ese joven que se aturdía al primer signo de complicación, que lo dejaba escapar todo en un inning, le ha sucedido un lanzador maduro y seguro de sí mismo, sin miedo a mezclar sus lanzamientos, sobre todo la curva y la recta de cuatro costuras, por encima de la sinker y el cambio de velocidad.

Frente a uno de los mejores clubes de la Liga Nacional, Luzardo lanzó de manera sólida durante seis entradas hasta que en la séptima permitió un cuadrangular de dos carreras de Escobar, apenas su tercer imparables permitido, además de ponchar a siete y regalar dos pasaportes.

Para Luzardo, esta faena tuvo un cierto sabor de redención porque en su labor previa el 11 de septiembre contra Nueva York las cosas no le habían salido de la mejor manera posible al admitir cinco anotaciones y seis indiscutibles en solo 3.1 capítulos.

Sin duda, De La Cruz fue un factor importante en el ataque de Miami con un cuadrangular de dos rayitas en la cuarta entrada, porque el dominicano ha pisado el acelerador de la ofensiva y se ha convertido en el motor de la alineación desde que regresara de un viaje a las Menores debido a un bajón en su rendimiento.

Desde que fuera llamado de vuelta al equipo grande, el jardinero central exhibe promedio de .417 con siete dobles, cinco jonrones, 17 carreras impulsadas y 12 carreras anotadas en 18 juegos, como si quisiera decirles a todos: a la granja no regreso más.

Los peces sumaron una en la sexta con un elevado de sacrificio de JJ Bleday y la cuarta en la séptima con un doble de Brian Anderson que en ese momento parecía más que suficiente para mantener a raya a los Mets, aunque el resto del juego se encargó de demostrar lo contrario.