El jefe del OIEA se reúne con habitantes de la zona antes de visitar la central de Fukushima

FOTO DE ARCHIVO. El jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, asiste a una rueda de prensa en el Club Nacional de Prensa de Japón en Tokio, Japón

Por Sakura Murakami

TOKIO, 5 jul (Reuters) - El jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, se reunió el miércoles con los residentes para disipar las dudas sobre la seguridad del plan japonés de verter al océano agua radiactiva tratada procedente de la central nuclear de Fukushima Daiichi.

En un importante hito para el desmantelamiento de la central, destruida por el gran terremoto y tsunami de 2011, el OIEA dijo el martes que una revisión de dos años mostraba que los planes de Japón para la liberación de agua tendrían un impacto insignificante en el medio ambiente.

Los sindicatos pesqueros japoneses se han opuesto durante mucho tiempo al plan, diciendo que desharía el trabajo para reparar el daño a la reputación después de que varios países prohibieran algunos productos alimenticios japoneses por temor a la radiación. Japón analiza regularmente el marisco de la zona de Fukushima y ha comprobado que es seguro.

"El Gobierno central debe actuar entendiendo que el plan de liberar el agua tratada sigue adelante en medio de nuestra firme oposición", dijo el miércoles el jefe de la asociación de pescadores de Fukushima, Tetsu Nozaki, en una reunión del consejo.

Grossi se incorporó tras el comentario a la reunión, a la que asistían representantes de las comunidades pesqueras locales y grupos gubernamentales, y estrechó la mano de cada uno de ellos antes de garantizarles la seguridad del plan.

La realidad de la gente, la economía y las percepciones sociales pueden ser diferentes de la ciencia, dijo, reconociendo los temores que rodean la liberación de agua.

"No tengo una solución mágica para las dudas y preocupaciones que puedan existir, pero sí tenemos una cosa: (...) vamos a permanecer aquí con ustedes durante décadas (...) hasta que se haya vertido con seguridad la última gota de agua", dijo Grossi.

Grossi visitará el miércoles la central siniestrada, donde inaugurará una oficina del OIEA que supervisará el vertido del agua, que se espera que dure entre 30 y 40 años.

El Gobierno japonés pretende empezar a liberar agua ya en agosto, informó el miércoles el diario Nikkei.

El plan aún necesita la aprobación oficial del organismo regulador nuclear nacional, que se espera para el viernes.

CRÍTICAS EN EL EXTRANJERO

Algunos países vecinos también han expresado su preocupación por la amenaza al medio ambiente y Pekín se ha erigido en el mayor detractor.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin, criticó el miércoles la iniciativa de verter el agua y amenazó con tomar medidas si el plan sigue adelante.

"Los departamentos competentes del Gobierno chino reforzarán la vigilancia del medio ambiente oceánico y la inspección de las importaciones de productos marinos, con el fin de garantizar la salud y la seguridad alimentaria de la población", declaró, pero se negó a dar detalles concretos sobre qué tipo de medidas tomaría Pekín.

China prohíbe las importaciones de marisco de 10 prefecturas de Japón, entre ellas Fukushima y la capital, Tokio. Las importaciones de marisco de otras prefecturas están permitidas, pero deben pasar pruebas de radiactividad y tener pruebas de haber sido producidas fuera de las 10 prefecturas prohibidas.

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, dijo el martes que su país intentaría conseguir la aceptación tanto nacional como internacional con el respaldo del OIEA.

Kishida podría reunirse con el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, para explicarle el vertido de agua, cuando asista a la cumbre de la OTAN que se celebrará en Lituania la próxima semana, informó el miércoles el diario Mainichi.

El ministro de Asuntos Exteriores japonés, Yoshimasa Hayashi, también se dispone a reunirse con sus homólogos chino y surcoreano a mediados de julio, al margen de una cumbre del grupo del Sudeste Asiático, informó el miércoles el diario Yomiuri.

Japón afirma que el agua se ha filtrado para eliminar la mayoría de los elementos radiactivos, excepto el tritio, un isótopo del hidrógeno difícil de separar del agua. El agua tratada se diluirá muy por debajo de los niveles de tritio aprobados internacionalmente antes de ser vertida al océano Pacífico.

(Información de Sakura Murakami y Chang-Ran Kim en Tokio y Yew Lun Tian en Pekín; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)