Jean-Marie Le Pen, el provocador rostro de la extrema derecha en Francia

Jean-Marie Le Pen, fallecido este martes a los 96 años, encarnó durante décadas a la extrema derecha en Francia, a la que sacó de su marginalidad política a golpe de provocaciones, condenas por antisemitismo y críticas contra la inmigración.

Este antiguo paracaidista del ejército francés entró en la memoria colectiva con el parche negro que cubría su herido ojo izquierdo, y cultivaba una imagen provocadora y transgresora desde su juventud.

A finales de los años 1960, cuando la Segunda Guerra Mundial todavía estaba bien presente en la memoria, fue condenado por apología de crímenes de guerra por publicar un disco de canciones del Tercer Reich alemán.

"Soy un hombre libre", repetía, deseoso de mantener una postura antisistema. El fundador en 1972 del partido Frente Nacional (FN) tampoco expresó ningún arrepentimiento por sus excesos.

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Desde las cámaras de gas descritas como "un detalle en la historia de la Segunda Guerra Mundial" (1987) hasta la "desigualdad de razas" (1996), pasando por la agresión a una rival socialista (1997), las condenas fueron múltiples.

¿Buscaba gobernar? "Yo creo que, en el fondo, no", estima el periodista Serge Moati, que lo siguió durante 25 años y para quien esta imagen de "antisistema" le dotó de una "popularidad que se tradujo poco a poco en las urnas".

- Acusaciones de torturas -

El 21 de abril de 2002, Le Pen conmocionó a Francia al acceder al balotaje de la elección presidencial, que acabó ganando el conservador Jacques Chirac tras manifestaciones masivas contra la ultraderecha.

Pero, aunque no ganó, impulsó una extrema derecha francesa hasta entonces descalificada por su colaboración con los ocupantes nazis y allanó el camino al auge de los movimientos nacionalistas y populistas en Europa.

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Nacido el 20 de junio de 1928 en La Trinité sur Mer, en el oeste de Francia, este hijo de pescador, que murió cuando tenía 14 años, estudió Derecho en París, donde privilegió el activismo.

En la capital francesa, cultivó amistades pintorescas como el cineasta de izquierdas Claude Chabrol, que veía en él un "magnífico pendenciero".

Tras alistarse en los paracaidistas de la Legión Extranjera, combatió en la entonces colonia francesa de Indochina, donde conoció a Alain Delon, futura leyenda del cine.

De regreso a Francia, se convirtió en 1956 en el diputado más joven de la Asamblea Nacional y, a continuación, se marchó de nuevo a luchar a Argelia, donde fue acusado de torturas, aunque siempre lo negó.

- "Tienda familiar" -

Este anticomunista visceral frecuentó la ultraderecha y, en 1972, fue nombrado líder del naciente FN.

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El movimiento se estancó antes de irrumpir en 1983 con un tema obsesivo: "Un millón de parados significa un millón de inmigrantes de más".

Con su lema favorito "Los franceses primero", este reputado orador se autoproclamó líder de los "pequeños", él que se había hecho millonario al heredar la fortuna de su amigo Hubert Lambert.

Pero el hombre que dirigió el Frente Nacional como "una tienda familiar" también registró reveses.

A finales de los años 80, su esposa Pierrette Lalanne y madre de sus tres hijas --Marie-Caroline, Yann y Marine-- lo abandonó bruscamente, antes de posar desnuda en la revista Playboy.

Durante su divorcio, Lalanne se habría llevado incluso el ojo de cristal de repuesto de Le Pen, según el libro "L'enfer de Montretout" del periodista Olivier Beaumont.

Diez años más tarde, repudió en televisión a su hija Marie-Caroline, que debía sucederle, por apoyar a un rival dentro del partido y fue Marine quien finalmente tomó el relevo en 2011.

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Al principio le declaró su lealtad, pero en 2015 tras una nueva polémica antisemita, expulsó a su padre del partido, en plenos esfuerzos para moderar su imagen.

- "Gran reemplazo" -

Su hija cambiará en 2018 el nombre del partido por Agrupación Nacional (RN), "un suicidio", según su padre, que abogaba por la unión de todas las extremas derechas.

Jean-Marie Le Pen se refugia entonces en sus Memorias, donde retoma sus temas favoritos como la teoría conspirativa del "gran reemplazo" de la población francesa por la inmigración.

En los últimos años, se dedicaba a recibir en su mansión de Montretout, pero un problema cardíaco en 2023 le obligó a renunciar a los actos sociales. Un año después, la justicia designó a sus hijas para gestionar sus asuntos cotidianos.

En sus últimos meses de vida, pudo ver cómo el partido heredero del FN venció en las elecciones al Parlamento Europeo y cómo un "cordón sanitario", como en 2002, frenó su auge en las legislativas francesas semanas después.

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